Ha vuelto. Lo enigmático del afiche lo dice todo. O permite imaginarlo, el gran fuerte del personaje de VIN DIESEL |
VIN DIESEL, que puso de moda a los
musculosos héroes calvos, regresa a la pantalla de plata (que nunca abandonó;
la ha visitado frecuentemente pero con diversos proyectos) encarnando de nuevo
al convicto RICHARD B. Riddick, personaje que facilitó su camino al estrellato
y le permitió dejar huella en la memoria, y retina, de una saga de espectadores
que acogimos, con agrado y sorpresa, al reo de remotos sistemas solares.
Riddick es puro personaje de cómic. Aventuro
que de 2000AD, por más señas. Rebosa
de los elementos de madurez y cinismo del buen tebeo europeo confeccionado por
autores que saben qué resortes tocar para que el icono no caída en
degradaciones de melifluos estereotipos “norteamericanos” capaces de diluir su
grandeza. Tiene un “bastante de más” de otro preso del celuloide: SNAKE
PLISSKEN.
"Antepasado" más bien directo de Riddick: SNAKE PLISSKEN. ...y la recurrente pesadilla americana de ver su nación hecha una dictadura |
Sucede que el bandolero interpretado por
KURT RUSSELL desde el principio se arropó de un mensaje político cargado de
anarquía (en el contexto de “desconfía de
los líderes. En especial, de cuantos dicen que es por tu bien cercenarte derechos; son
los peores”) y el presunto estudio de cómo la llamada ‘tierra de la
libertad’ o ‘el mayor arsenal de la democracia del mundo’ puede desfigurarse en
una pesadilla totalitaria que emplearía sus abundantes recursos para el bien para
convertir EE.UU. en una formidable prisión.
Riddick es superviviente nato. Sin
patria, fe ni ideología. Su breve bosquejo de su infancia lo advierte. Es un
endurecido convicto y sus experiencias en presidios salvajes instalados en
distantes Mundos Exteriores abandonados de toda compasión humana o divina, han
fortalecido su desapego por toda creencia.
MAD MAX, otro al que Riddick debe demasiado: el qué no cuentan estos personajes hace más por ellos que el saber qué hicieron entre tanto |
Riddick va a lo suyo. Cuando “nace” en PITCH BLACK únicamente pretende fugarse.
Huir para “dedicarse a sus asuntos”. Ignoramos cuáles. Hablan de asesinatos.
Pero no de sociopatías o psicopatías aberrantes. Riddick es un sujeto culto,
controlado. Tiene amplios conocimientos y extrañas facultades (más que
superpoderes) que lo distinguen del habitual perturbado del cine, como el de
RAY LIOTTA en TURBULENCIAS.
El tío empieza sosegado, afable y
cooperativo, en plan “soy víctima tanto
de una inquina personal como de desidia policial”, para descontrolarse más
allá de toda histeria y convertirse en una absurda desmesura asesina nada
convincente.
Riddick no es así. Siempre al mando.
Teñido del todo/completamente de cinismo, la lente ahumada con la que, en
verdad, enfoca al mundo. Sucedió algo durante su pasado que todo lo torció. Lo desconocemos.
Ni necesitamos saberlo. Lo mejor de Riddick es eso: sus misterios le refuerzan
y aportan carisma. Lo hacen ilimitado porque merodea los vastos pagos de
nuestra imaginación. Casi todo en él es posible.
PITCH BLACK puede verse como una "réplica masculina" a la combativa amazona RIPLEY de ALIEN |
Ejemplo similar es Plissken: ¿por qué
quedó tuerto? Fue en una batalla (pues ¿no fue soldado?), intuimos, y tampoco
precisa saberse. Sus cicatrices hablan de lo bárbaro de su existencia. Tanto
Plissken como Riddick son tipos que mejor tener a tu lado en una pelea y no
enfrente, machacándote. Es cuanto interesa conocer de ambos. ¿A que sí?
Siempre he contemplado Pitch Black como el Reverso Tenebroso
Masculino de ALIEN. RIPLEY rompía la
tónica de héroes macho, arquetipo usual en ese tipo de narraciones. Ella se
enfrenta a una amenaza incógnita y con facultades tampoco vistas en el 35mm.
hasta entonces. Lo habitual hubiera sido que algún héroe solar arrasase con
todo. Pero RIDLEY SCOTT sólo contaba, entonces, con SIGURNEY WEAVER.
Pitch
Black devolvía al hombre
al estrellato (obviemos THE THING, o PREDATOR, por ahora, ¿eh?). Los aliens
“con sonar” de la película guardan paralelos con el del filme de Scott. Cambia
el ejecutor: volvía a ser varón. Era como sacarse esa espina que la ficción de Humans VS. Aliens tenía incrustada en su
costado.
En este "episodio intermedio" de animación, DAVID TWOHY intentó ahondar más en el icono Riddick. (Resultado desigual, a mi parecer) |
Pero no un héroe solar. Sino su opuesto.
Un existencialista que pregonaba, cargado de hiriente sarcasmo (una coraza, no
obstante, que protege sus nobles sentimientos), que el mundo y sus inquilinos
le importaban un carajo. Lanzado a los cuatro vientos.
Mas regresa a salvar a los pocos
supervivientes del grupo que quedó del aparatoso naufragio. Dentro de Riddick,
al modo ignoto como en esos personajes suele suceder, resonó, se rompió,
admiró, algo, y cuanto afirmaba estar al fresco de convencionalismo y piedad se
transforma en una combativa fuerza benefactora.
Pese al amago por ser el Riddick que
afirma, cuando intenta escapar con el esquife, este marginado letal demuestra
la inmensa calidad de su buen corazón, que supera su tenebrosa leyenda urbana.
Puede ser de los buenos.
En INVASIÓN A LA TIERRA podemos hallar cuantos anti-Riddick queramos. Por desgracia, ninguno con su carisma |
Y, como MAD MAX, es (anti)héroe a la fuerza. (Y otro ejemplo de que no
precisamos conocer qué fue de su vida en el páramo entre filmes, sino
especular, con gozoso ocio, sobre cómo adquirió esto o perdió aquello.)
Presionado por circunstancias superiores y la energía/aguijonazo, en el amor
propio, que brinda su obstinada decisión de que los malos no se salgan con la
suya, ataca. A bestia, no me ganan.
LAS
CRÓNICAS DE Riddick tuvo
el defecto (más allá de su apabullante imaginería visual) de explicar un origen
de Riddick. Y en plan superguerrero del planeta de SON GOKUH, además. Y lo
marró. Lo acotó a realidades, posibilidades y contextos que lo volvían mundano.
La brecha luminosa en su alma oscura, no obstante, seguía abierta, y pese a sus
presunciones de que alguien va a pagarlo,
y caro, vuelve a sacrificarse como héroe abnegado, indiferente al inmenso
poderío enemigo.
En absoluto malograda secuela de Pitch Black. Problema: intentaba emular cierta saga. Más problema: fijaba a Riddick en el espacio y el tiempo. No le conviene |
El planteamiento de Las crónicas de Riddick quizás fue erróneo. Pretender hacer de
ellas un STAR WARS del siglo XXI las
vicia. Limítate a contar una estupenda historia con un personaje emblemático y
propia solera. Haz cuantos homenajes desees, pero no sigas ese camino. Lábrate el tuyo propio, porque cuentas con sobradas
facultades para hacerlo. Este parece el sendero tomado en esta nueva entrega de
Riddick, un retorno a orígenes más modestos y puros.
Confío sea así y que la intención se
salde con considerable éxito. Los tíos como Riddick no crecen en los árboles.
Vuestro Scriptor.
También en: http://spnkgirl.blogspot.com.es/
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