Sugestiva portada del recopilatorio. Binomio: sexo y violencia. Inherentes a la Humanidad |
Descubrir a JAMES Ellroy: fue como, en su
momento, “conocer” a PHILIP JOSÉ FARMER. Demostraban que escribir de otro modo,
y exitosamente, era factible. Frescos, reveladores, irreverentes, descriptivos.
Introducen al lector: en un aterrador submundo de conductas alienadas y
marginales que están muy relacionadas con el día-a-día que nos estremece en las
noticias, no obstante.
Así
quiero escribir, me
propuse. Poseen el nervio que deseo transmitir en mis relatos. Y exhiben las
herramientas indispensables para lograrlo. Sin embargo, y como todo escritor
honrado admitirá: los personajes a veces se apoderan de la narración e imponen la
tónica. Una historia que ‘cuente’ alguien del siglo XIX: invariablemente
poseerá una estructura más barroca, elaborada, que una directa aunque escueta
fábula noir. Intentarás negociar
parcelas con el del XIX. Adaptarlo a lo imperante hoy día. Pero apenas tendrás
éxito.
JAMES ELLROY (¡aclamad al escritor!). En pose: desafiante. Lo que deberían dar much@s por tener una ínfima parte de su talento. Tanto "escritor" de AMAZON ensoberbecido... |
Y me puse a “escribir como ellos”. Lo
conseguí. Proporciona pequeños placeres basados en conquistas sobre la Palabra.
Te desmarca: del usual estilo impuesto por los numerosos mediocres, saturados
de vanaglorias de FaceBook o Twitter, que “escriben”. (En Facebook y Twitter: cualquier cosa es un “escrit@r”.) Y más satisfacción
acontece cuando tu relato “a contracorriente” obtiene triunfo. Logras demostrar
que otro modo de hacerlo, aparte de ser posible, se admira. Abandonas al resto en
el emponzoñado pantano de nulidades y mediocridades y demás porquerías góticas.
Son fósiles. Incapaces de crecer, progresar. El nicho que ocupan: les basta. Soportan
sus estrecheces. Porque ¿qué habitan? Una tumba.
A riesgo de errar: la novela que nos descubrió a Ellroy en España |
Loco
por Donna: como pudiera
ocurrir con los relatos de GIOVANNI GUARESCHI sobre su contundente párroco de
pueblo, DON
CAMILO, podría encuadrarse en la literatura fantástica. Pese a su poderosa
factura de género policíaco. Escritas en primera persona, las tres narraciones
contenidas en este recopilatorio las efectúa un muerto, RICK RINO JENSON. Evoca tres períodos clave
de su vida. Y la relación, apasionada y virulenta, con la actriz Donna DONAHUE,
su mujer ideal; el complemento adecuado. (Anótalo: Ellroy, como STAN LEE, rey
de la aliteración).
Desde la morgue: abre estos pasajes
espaciotemporales para mostrarnos Los Ángeles desde encuadres muy parecidos. No
importa cuánto tiempo transcurrió. Muchas cosas permanecen inalterables; sólo
fingen mutar. Cuanto más: reciben un lacado nuevo. Se confunden con lo
novedoso.
Ellroy, ¡aclamad al escritor!,
confecciona estas historias con esa literatura “de impacto” que es su sigul más
representativo, junto a la abrupta naturaleza de sus personajes. Ellory: no se
anda con tonterías. Ni sutilezas. Desnuda sujetos que podemos conocer, u ocupan
espacio en noticias. Gente que, otros autores, más clementemente, prefieren
mostrar de forma menos hosca. Podrían espantar a sus lectores.
La que mayor repercusión mediática, me parece, ha tenido. Parte del ascenso que continúa en AMERICA, Ellroy depura su estilo característico en LOCO POR DONNA |
Ellroy no escribe sobre héroes que se
tuercen a la izquierda, y luego algo los fuerza a buscar la redención, regresar
al paraíso perdido. Directamente: describe villanos que se camuflan de héroes y
que el populux prefiere ver así. Pues necesita que exista gente así. Para hacer
cuanto no se atreven. La hipocresía de anublar su maldad: uno de los precios
dispuestos a pagar por no aceptar responsabilidades onerosas.
Sus protagonistas van ascendiendo una
escarpada cresta hasta una cima de honradez bastante aceptable. No termina de
exonerarles. Pero les hace mucho más amables que como eran antes. También
relata: sobre la pérdida, más que de inocencia, de ingenuidad, y sus funestas
consecuencias. Este cambio suelen inducirlo instituciones, o figuras, en apariencia
impecables.
Su tercer elemento: un pícaro que se
adultera del todo/completamente. Se trueca un villano más perverso que el malo
principal del relato. Ellroy no suele empatizar con este tipo. No lo descuida, mas
las conductas que le obliga a adoptar desvelan su antipatía por él.
Ellroy, bien adaptado, o bien al guión, de filmes poblados por personajes muy en su línea, marginalmente inquietantes |
Admira al malo que abandona la oscuridad;
se compadece del cándido al que fuerzan a envilecerse. Detesta al sinvergüenza
que cae directamente al Reverso Tenebroso. Porque: pudo impedirlo, con
mínimo-nimio esfuerzo. No quiso.
Rino Jenson pertenece al primer ejemplo. Pero
no sube hacia la superficie, como pudieran hacer el BUD WHITE de L.A. CONFIDENTIAL, o el PETE BONDURANT
de AMERICA. Rino: tipo duro,
constante, implacable. Inexorable. Como la muerte y los impuestos. Integrado en
la elite corrupta del DPLA (otra constante de Ellroy: la policía vista como un
Cuerpo de podredumbre; sus amplios poderes coercitivos a disposición de sujetos
maleados que los emplean en su beneficio, todo lo opuesto a sus glamurosos
lemas). Aunque como ocurre con los corruptos de Ellroy: no persigue dinero o
prestigio social. Ser alcalde, algo similar. Quiere hacer las cosas a su manera: pegar palizas a los
detenidos, no para en la forma como obtiene una confesión. Disparar, luego
preguntar.
Otra cinta obra de un concepto suyo; en ésta, la acción sucede durante los disturbios raciales de Los Ángeles |
Desea: titulares. Le permitirán cierto
prestigio. Holgada posición para campar a sus anchas. Pero mantiene un perfil
bajo. Porque, pese a todo, intuye que lo suyo no son las grandes maniobras, las
especulaciones millonarias. Se sabe: pez pequeño al que engullirían tiburones
de mayor tamaño en el proceloso estanque de las grandes relaciones. Lo usarían:
de carnaza para tapar grandes corrupciones perpetradas por sujetos de notable
posición.
Rino: adquiere una fijación,
correspondida, por Donna Donahue. Ella: lucha por labrarse una carrera actoral
en la difícil, inefable, Tinseltown.
Comparten un romance “telegráfico”, que sostienen, interrumpen, retoman, a lo
largo de los años como consta en las tres novelas cortas. Donna: para nada
damisela sensiblera. Se implica A TOPE en la espiral de violencia que Rino
surfea. Comparte tiroteos con él, aprende trucos sucios del oficio del fascista
policía. Viven, con agresiva pasión, su amor. Lo consumen, mientras dura, como
si fuese el último día de sus vidas.
Su más 'reciente' colaboración con Hollywood es este impresionante filme, en la absoluta antípoda de las memeces CSI |
La huella dejada en el colectivo los
atentados del 11-Septiembre-2001: también se refleja en Loco por Donna. Rino a modo efectúa su Guerra Al Terror. Emplea
medios tan salvajes como expeditivos, que Ellroy relata con un lenguaje
xenófobo, sin tapujos. En ningún momento busca subterfugios. Efectúa una narración
descarnada, otra vez, de una realidad pulsante que la Propaganda procura
edulcorar. O negar.
Causa sensación de alivio ver que, en un
mundo gobernado por ideas represoras que dicen perseguir lo opuesto, quede
gente capaz de decir, con meridiana claridad, tanto lo que piensa como que así
es el mundo real. Para empalagosos embustes: apúntate a CSI.
Vuestro Scriptor.
También en: http://spnkgirl.blogspot.com.es/