sábado, 26 de octubre de 2013

LOCO POR DONNA — ELLROY A PLENA POTENCIA

Sugestiva portada del recopilatorio.
Binomio: sexo y violencia. Inherentes
a la Humanidad
Descubrir a JAMES Ellroy: fue como, en su momento, “conocer” a PHILIP JOSÉ FARMER. Demostraban que escribir de otro modo, y exitosamente, era factible. Frescos, reveladores, irreverentes, descriptivos. Introducen al lector: en un aterrador submundo de conductas alienadas y marginales que están muy relacionadas con el día-a-día que nos estremece en las noticias, no obstante.

Así quiero escribir, me propuse. Poseen el nervio que deseo transmitir en mis relatos. Y exhiben las herramientas indispensables para lograrlo. Sin embargo, y como todo escritor honrado admitirá: los personajes a veces se apoderan de la narración e imponen la tónica. Una historia que ‘cuente’ alguien del siglo XIX: invariablemente poseerá una estructura más barroca, elaborada, que una directa aunque escueta fábula noir. Intentarás negociar parcelas con el del XIX. Adaptarlo a lo imperante hoy día. Pero apenas tendrás éxito.

JAMES ELLROY (¡aclamad al escritor!). En pose: desafiante.
Lo que deberían dar much@s por tener una ínfima parte de
su talento. Tanto "escritor" de
AMAZON ensoberbecido...
Y me puse a “escribir como ellos”. Lo conseguí. Proporciona pequeños placeres basados en conquistas sobre la Palabra. Te desmarca: del usual estilo impuesto por los numerosos mediocres, saturados de vanaglorias de FaceBook o Twitter, que “escriben”. (En Facebook y Twitter: cualquier cosa es un “escrit@r”.) Y más satisfacción acontece cuando tu relato “a contracorriente” obtiene triunfo. Logras demostrar que otro modo de hacerlo, aparte de ser posible, se admira. Abandonas al resto en el emponzoñado pantano de nulidades y mediocridades y demás porquerías góticas. Son fósiles. Incapaces de crecer, progresar. El nicho que ocupan: les basta. Soportan sus estrecheces. Porque ¿qué habitan? Una tumba.

A riesgo de errar: la novela que nos
descubrió a Ellroy en España
Loco por Donna: como pudiera ocurrir con los relatos de GIOVANNI GUARESCHI sobre su contundente párroco de pueblo, DON CAMILO, podría encuadrarse en la literatura fantástica. Pese a su poderosa factura de género policíaco. Escritas en primera persona, las tres narraciones contenidas en este recopilatorio las efectúa un muerto, RICK RINO JENSON. Evoca tres períodos clave de su vida. Y la relación, apasionada y virulenta, con la actriz Donna DONAHUE, su mujer ideal; el complemento adecuado. (Anótalo: Ellroy, como STAN LEE, rey de la aliteración).

Desde la morgue: abre estos pasajes espaciotemporales para mostrarnos Los Ángeles desde encuadres muy parecidos. No importa cuánto tiempo transcurrió. Muchas cosas permanecen inalterables; sólo fingen mutar. Cuanto más: reciben un lacado nuevo. Se confunden con lo novedoso.

Ellroy, ¡aclamad al escritor!, confecciona estas historias con esa literatura “de impacto” que es su sigul más representativo, junto a la abrupta naturaleza de sus personajes. Ellory: no se anda con tonterías. Ni sutilezas. Desnuda sujetos que podemos conocer, u ocupan espacio en noticias. Gente que, otros autores, más clementemente, prefieren mostrar de forma menos hosca. Podrían espantar a sus lectores.

La que mayor repercusión mediática,
me parece, ha tenido. Parte del
ascenso que continúa en
AMERICA,
Ellroy depura su estilo característico
en
LOCO POR DONNA
Ellroy no escribe sobre héroes que se tuercen a la izquierda, y luego algo los fuerza a buscar la redención, regresar al paraíso perdido. Directamente: describe villanos que se camuflan de héroes y que el populux prefiere ver así. Pues necesita que exista gente así. Para hacer cuanto no se atreven. La hipocresía de anublar su maldad: uno de los precios dispuestos a pagar por no aceptar responsabilidades onerosas.

Sus protagonistas van ascendiendo una escarpada cresta hasta una cima de honradez bastante aceptable. No termina de exonerarles. Pero les hace mucho más amables que como eran antes. También relata: sobre la pérdida, más que de inocencia, de ingenuidad, y sus funestas consecuencias. Este cambio suelen inducirlo instituciones, o figuras, en apariencia impecables.

Su tercer elemento: un pícaro que se adultera del todo/completamente. Se trueca un villano más perverso que el malo principal del relato. Ellroy no suele empatizar con este tipo. No lo descuida, mas las conductas que le obliga a adoptar desvelan su antipatía por él.

Ellroy, bien adaptado, o bien al guión,
de filmes poblados por personajes muy
en su línea, marginalmente inquietantes
Admira al malo que abandona la oscuridad; se compadece del cándido al que fuerzan a envilecerse. Detesta al sinvergüenza que cae directamente al Reverso Tenebroso. Porque: pudo impedirlo, con mínimo-nimio esfuerzo. No quiso.

Rino Jenson pertenece al primer ejemplo. Pero no sube hacia la superficie, como pudieran hacer el BUD WHITE de L.A. CONFIDENTIAL, o el PETE BONDURANT de AMERICA. Rino: tipo duro, constante, implacable. Inexorable. Como la muerte y los impuestos. Integrado en la elite corrupta del DPLA (otra constante de Ellroy: la policía vista como un Cuerpo de podredumbre; sus amplios poderes coercitivos a disposición de sujetos maleados que los emplean en su beneficio, todo lo opuesto a sus glamurosos lemas). Aunque como ocurre con los corruptos de Ellroy: no persigue dinero o prestigio social. Ser alcalde, algo similar. Quiere hacer las cosas a su manera: pegar palizas a los detenidos, no para en la forma como obtiene una confesión. Disparar, luego preguntar.

Otra cinta obra de un concepto suyo; en
ésta, la acción sucede durante los
disturbios raciales de Los Ángeles
Desea: titulares. Le permitirán cierto prestigio. Holgada posición para campar a sus anchas. Pero mantiene un perfil bajo. Porque, pese a todo, intuye que lo suyo no son las grandes maniobras, las especulaciones millonarias. Se sabe: pez pequeño al que engullirían tiburones de mayor tamaño en el proceloso estanque de las grandes relaciones. Lo usarían: de carnaza para tapar grandes corrupciones perpetradas por sujetos de notable posición.

Rino: adquiere una fijación, correspondida, por Donna Donahue. Ella: lucha por labrarse una carrera actoral en la difícil, inefable, Tinseltown. Comparten un romance “telegráfico”, que sostienen, interrumpen, retoman, a lo largo de los años como consta en las tres novelas cortas. Donna: para nada damisela sensiblera. Se implica A TOPE en la espiral de violencia que Rino surfea. Comparte tiroteos con él, aprende trucos sucios del oficio del fascista policía. Viven, con agresiva pasión, su amor. Lo consumen, mientras dura, como si fuese el último día de sus vidas.

Su más 'reciente' colaboración con
Hollywood es este impresionante filme, en
la absoluta antípoda de las memeces
CSI
La huella dejada en el colectivo los atentados del 11-Septiembre-2001: también se refleja en Loco por Donna. Rino a modo efectúa su Guerra Al Terror. Emplea medios tan salvajes como expeditivos, que Ellroy relata con un lenguaje xenófobo, sin tapujos. En ningún momento busca subterfugios. Efectúa una narración descarnada, otra vez, de una realidad pulsante que la Propaganda procura edulcorar. O negar.

Causa sensación de alivio ver que, en un mundo gobernado por ideas represoras que dicen perseguir lo opuesto, quede gente capaz de decir, con meridiana claridad, tanto lo que piensa como que así es el mundo real. Para empalagosos embustes: apúntate a CSI.

Vuestro Scriptor.