martes, 8 de octubre de 2013

WANTED (FILME) — DESTINO DECIDE

Prefiero exhibir este afiche, censurado
en Gran Bretaña, para compararlo...
Para adaptar (¿o readaptar?) al celuloide la miniserie de homónima de cómic de MARK MILLAR y J.G. JONES, el director ruso TIMUR BEKMAMBETOV despacha bravío una espectacularidad visual tipo THE MATRIX y las artimañas pistoleras del cine de JOHN WOO. Confía suplir así las riquezas del material original que no recoge esta cinta.

En la miniserie, los protagonistas tenían superpoderes; aquí, recurren al efecto bombeado de balón alto por la escuadra y saque de esquina ambidireccional para alojar una bala a quien el DESTINO destacó para morir. Respeta la línea argumental del tebeo (vengar la muerte del padre del protagonista, WESLEY GIBSON —JAMES MCAVOY—, que luego resulta no ser su progenitor), historia que encajaba con cualquiera similar que, en un cajón, guardara el guionista.

CROSS (THOMAS KRESTCHMANN), experto en el tiro a
larguísima distancia. Posee un secreto que causará muertes
No se debe esperar mucho de Wanted; entretiene, pero sus excesos visuales obligan a que los futuros repasos se hagan muy espaciados. Porque, ajá, sí, las proezas filmadas están calcadas de The Matrix, o las hongkongadas de Woo y similares, y, para ver sucedáneos, prefiero el original, ¿no?

Y, parece ser, que para no perder los derechos de explotación del cómic, la productora lo rodó pero eliminando los disfraces ceñidos y extravagantes, o al brutal FUCKHEAD, que sustituyó por una estoica ANGELINA JOLIE, como FOX (la THE Fox del tebeo), surtida de barrocos tatuajes, y merced al gancho de su erótica desnutrida, rentabilizar la inversión.

Empezando por la de este tío. WANTED derrocha FX así
para compensar el ambiente superheróico del cómic
Pero no se abandona del todo el estilo “saltimbanqui” del tebeo; hacen guiños, como las armas del siglo XVI customizadas, o las balas labradas con las que CROSS (THOMAS KRESTCHMANN) mata, tras emplazarte sobre una X (Cross-cruz-equis: tirado), o las exorbitantes persecuciones en coche, que rebosan cine de JAMES BOND, acrobacias imposibles de hacer con autos Pinto o Corvette. Y las sentencias tejidas en el inmenso telar, confeccionadas por el Destino (¿o la codicia de SLOAN —MORGAN FREEMAN—?), tienen suficiente de irreal como para encuadrarlos en las más frenéticas viñetas.

La máquina de escribir del DESTINO, según SLOAN
(MORGAN FREEMAN). La enseña a WESLEY (JAMES
MCAVOY), recientemente enrolado en la HERMANDAD
El detalle del telar procura darle a Wanted un aire de fantástico que pareciera buscar su encaje en algún lugar específico para así poder clasificarla. No es thriller, ni ciencia ficción, ni espionaje bondiano, ¿entonces? Es un cóctel nitroexplosivo para nuestro solaz que necesita, empero, anclarse a algo. Y dándole ese “aire de fantástico”, se espera lograrlo. Wesley inquiere: “¿De dónde surgen los objetivos?” Sloan replica: “De la necesidad”. Da entender que el Recto Dedo Índice Justiciero de Dios así lo quiere, proveyendo, además, de fondos a la HERMANDAD de asesinos para su sostenimiento.

Feroz fotograma de ANGELINA JOLIE, como FOX, que
aparentemente es ángel guardián del esnortado Wesley
Pero también Wanted exhibe defectos (inevitables; es obra humana). Como le sucede al cómic, no queda especificado claramente qué motiva el título. En la secuencia de los periódicos-como-pasquines se justifica por qué estamos viendo algo llamado Wanted (cosa que Millar no hace en el tebeo), pero luego advertimos que la poli no remacha el asunto, pese a tener identificada y reclamada a la pareja Wesley-Fox. Ellos, Sloan, la demás estrambótica peña de sicarios, desaparecen por una fisura de la realidad, opaca a todo rastreo y persecución.

Wesley dimite, mandándonos a tomar por culo. ¿Metáfora de
la agresiva liberación del empleado castrado por un trabajo
abusivo y sin perspectivas?
 
Cosa natural, pues estamos ante una producción que busca la evasión, pura y dura, y realizada con aparatosos FX y una profusión de asesinatos lo suficientemente amplia como para que la necesidad humana de catarsis ante los atropellos cotidianos quede saciada. Más aún que en la miniserie, Wanted barrena en la nulidad de Wesley. En que es una persona normal y corriente a la que ahoga un trabajo absurdo, efectuado en condiciones casi insoportables, y cargando además con una jefa de empatía atrofiada, víctima de numerosos y rampantes complejos, que responde al mundo con hostilidad para evitar que éste la hiera. Wesley es sujeto al que le ofrecen la posibilidad (presunta herencia asesina genética aparte) de desahogarse bateando balas a la escuadra de la ceja izquierda de su víctima, siendo alguien con quien el espectador pudiera llegar a identificarse, y en algún caso, mimetizar su conducta.

Un señuelo para atraer espectadores-macho al filme: la
desnutrida y tatuada erótica de Angelina Jolie. (No, no es
la de la BENDITA BIANCA BEAUCHAMP. Ni de lejos)
Quiero verle ese trasfondo a Wanted. Ese mensaje social, enredado con los disparos imposibles y los descarrilamiento irreales, junto a los rallies por las calles, sacándola de la clasificación “absurda película de tiros-nada-más”. El director pretende mostrarnos que, como insectos, estamos atrapados en una telaraña de presuntas sofisticaciones, promociones sociales y aspiraciones profesionales que, en realidad, sólo disparan nuestro pulso y nos llevan al infarto prematuro. Vaya recompensa para una activa vida laboral casi interminable, donde lo personal, presuntamente lo más importante, queda relegado a un plano nulo.

Otro asesino de la Hermandad; éste desconfía de Wesley
todo lo que quiere, ¡y más!
Vivimos para trabajar, no al revés. Y aunque se supone que se han realizado conquistas sociales que eliminaron esa terrible fórmula, es falso. Ladinamente, se ha suplantado al negrero, al capataz déspota, al despiadado capitalista de chistera explotador, por tener electrodomésticos rutilantes, tal puesto de jefecillo, el adosado, dos coches, la hipoteca, todo junto asfixiándonos, sumergiéndonos en una espiral de deudas y apariencias sociales que fatigan, estresan y perjudican nuestra salud, física y mental.

Wesley GIBSON, el Cristo de los tiroteos
La respuesta, o salida a la situación, no son tanto los increíbles tiroteos del filme como que, presionado sin clemencia, el ciudadano toma el rifle y causa una matanza. Porque algo más que Wanted desliza es que se ha erigido una Sociedad donde nuestra paciencia debe ser infinita: la jefa de Wesley, tirana a la que pone en su lugar el elaborado discurso que Wesley le dedica cuando dimite, puede propasarse con sus empleados cuanto desee, dentro de unos límites. Y hemos de soportarlo. Porque el empleo está en juego. Mantener un trabajo, aun abusivo, supone un estatus social imposible de perder. Un vergonzante “qué dirán” si somos despedidos es lacra que no podemos tolerar. Mas, ¿qué sacamos, a cambio, de tanto sacrificio?

...con esta cartelera donde imita a
nuestro ANTONIO BANDERAS.
¿Casualidad? ¿Expresamente hecho?
La actuación de Jolie aporta el ictus dramático, con su lacrimógena historia infantil, a Wanted. McAvoy se ajusta a la piel del nuncanada (cuan reverso de PETER PARKER) que se desmadra pero retorna a su condición inicial de loser viéndola mejor que siendo asesino implacable. Freeman está vaporoso. En calidad de maestro Jedi, papel que adquirió en CADENA PERPETUA y no suelta. Debe rendirle dividendos y ¿a qué esforzarse, y quizás perderlos?

…pero que Wanted sea entretenida, pese a sus excesos, lo obligado en el cine actual, no disculpa lo de las ratas explosivas…

Vuestro Scriptor.

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