lunes, 7 de diciembre de 2015

LA ROCA TARPEYA/4 – APOCALIPSIS — PROMOCIONAL

Portada que anunciaba el primer relato
¡Justamente! La apoteosis de los hechos hasta ahora relatados se describe en esta narración que contiene extenso conjunto de revelaciones (el título lo avanza) que dejarán boquiabierto al lector que, hasta ahora, ha seguido las espectaculares andanzas del último ser humano vivo, JOE HORSEMAN, en un planeta Tierra al cual han vuelto del revés con respecto a la Tierra donde nació, creció, amó.

Su mundo, refresquemos vuestra memoria (o prendamos el interés de potenciales nuevos lectores, atraídos por la oferta que este sword-against-sorcery/ucrosteampunk proporciona), repentinamente sufrió el Día del Cielo Malva; como si rompiesen una vasija llena de alimañas infectas, seres increíbles asaltaron los continentes, masacrando a la sorprendida y desprevenida Humanidad.

Una lucha tenaz se libró en naciones industrializadas dueñas de armas modernas; pero al invasor, para asentar sus intenciones, lo respaldaba la más arcana hechicería y dragones amos de un irresistible poder. El encarnizado combate acabaría silenciando las resistencias basadas en el steampunk que Joe emplea para aguantar, en su aislado Fin del Mundo, entregado a un plan quizás loco; sin duda, desesperado.

La siguiente anunciaba más desastres
Su ODIO por las nuevas razas empieza a ceder cuando un miembro de estas estirpes de piel azulada y entregado más a la pausada reflexión filosófica que a la hechicería, acude a solicitarle ayuda para emprender, juntos, la más descabellada empresa posible: matar al dios de la Acracia responsable del holocausto de sus razas. Cuando consuma su propósito (las Reglas del Cambi0, irrompibles, inmutables, obligan a que ambos perezcan para que NHSVHS consiga su objetivo), este dios esparcirá la Acracia por el planeta, iniciando la conquista de la siguiente Faceta donde exista otro planeta Tierra, ayudándose de los incontables recursos que obtenga en esta Faceta.

Sus huestes, más allá de la cordura, sólo viven para luchar, pues les brinda un motivo para fijar su materia, cada día más inestable. Habitan dentro de sus aparatosas armaduras, sellándolas para evitar que su carne desborde los límites del acero que la protege y aprisiona, convirtiéndose en parodias muy distorsionadas de sí mismos. Es la maldición de la Acracia: termina transformada sin remedio en Discordia. Y el siguiente paso es la Nada, muy perjudicial para la existencia del Prisma Universo. Su exceso lo desequilibraría, creando reacciones impredecibles.

La tercera mostraba cómo de graves eran
Apocalipsis cierra el primer ciclo de estas narraciones impregnadas del espíritu innovador de las novelas de MICHAEL MOORCOCK y STEPHEN KING (la saga de LA TORRE OSCURA en concreto), preparándonos para la segunda ronda, donde los sucesos irán tornándose vertiginosos, y personajes que ahora perciben ante sí un futuro incierto, al trocarse decisiones que creían tan irrevocables como las Reglas del Cambio en mera sugerencia de posible porvenir, sentirán un peso aplastante hundir sus hombros, víctimas de la idea de no poder asumir qué colosal tarea sobrevenida les aborda de golpe.

Y, como buena aventura romántica, debe haber tragedia final que, junto a las impactantes revelaciones que se producirán, dejarán huella nítida en el recuerdo del lector. Será el cebo que lo obligue (¡tanto espero!) a releer la saga de forma consecutiva, descubriendo qué gran potencial guarda entre sus párrafos, y esperar con interés la llegada de la siguiente fase.