Afiche de un filme ampliamente premiado que llega a sorprender |
En una suerte de mainstream del cine policíaco de acción, este filme de producción
irlandesa rompe bastantes tópicos propios de ese circo de tiroteos
desenfrenados y diálogos patentados al tiempo que usa muchos de sus tics
habituales para deslizar una interesante e ingeniosa trama donde el humor, notablemente
cítrico, impera.
El comienzo ya aventura que no estamos
ante convencionalismos ni cutrerías, aun bien intencionadas, debido a la falta
de presupuesto habitual del Hollywood. Personalmente, El irlandés supera, con mucho, el último y penoso JUNGLA DE CRISTAL (América enmendándole
la plana a Rusia; ahí, nada). Pero bastante. Faltándole, empero reparo, un nutrido
cash para montar espectaculares
escenas de acción que desafían la lógica, la gravedad y nuestra inteligencia,
se centran en labrar el fuerte dibujo de los caracteres de los protagonistas.
Como el del maduro guardia irlandés,
GERRY, totalmente anticonvencional, insolente, cínico, quemado, cuya
inteligencia sorprende al encorsetado agente del FBI (pegado al máximo al Manual,
pero que, a través de Gerry, descubre, con no poco asombro, que el resto del
ancho mundo opera con eficiencia fuera de esas prescripciones, obteniendo éxito
considerable) con el que termina emparejado. Un tanto a presión, aunque mucho
más avenidos de lo que, al principio, el primer contacto de caracteres permitía
suponer.
Los malos. Siempre desprenden esa sensación de "quiero dedicarme a otra cosa". Pero esto es tope lucrativo, y... |
Los malos tampoco son los habituales
sádicos disparatados, o falsos terroristas llenos de consignas que emboscan
querer apoderarse de un volumen considerable de dinero para perderse en países
carentes de extradición; tropicales, a ser posible. Aun muestran renuencia a ‘trabajar’
en “lo suyo”. Expresan quejas sobre los tópicos (una vez y otra se resaltan)
que nimban su caracterización de despiadados narcos. Hay un psicópata, y asesinato,
mas siempre domina ese lastre de hacer las cosas a desgana.
También destaca de la cinta el fuerte,
pero común de la Humanidad, racismo que impregna conversaciones y encuadra a
los sujetos; ingleses sobre todo. Gerry regala varias perlas al agente de FBI
que pueden considerarse directamente xenófobas. Pero notas que no tiene
intención de insultar; es un convencionalismo urbano que el cine, de nuevo regido
por la influencia modeladora de ideas presente en los productos de consumo
masivo-de masas, bajo la guía de lo políticamente correcto, anula, desdibuja.
GERRY BOYLE es un poli poco convencional; carácter aparte, su dilatada experiencia le hace tomar las cosas de un modo distinto al tremendismo oficial |
Gerry se limita a exponer que una mayoría
de negros, hispanos, jamaicanos, etc., se dedica al lucrativo tráfico de drogas.
Decir que toda la población negra, hispana, jamaicana, etc., lo haga, es lo
racista. Pero si ante sí tiene un libro lleno de fotos de detenidos, y
corresponden a esas etnias, ¿qué intenta decirle el competente y atildado agente
del FBI? ¿Que lo ignore? Pues sí. Mas la evidencia, está ahí.
[El
discurso luego puede torcerse hacia si son víctimas o no de la discriminación
racial, cultural, o lo que sea. También conviene señalar que eso de “no
permiten integrarme; me discriminan”
tiene su Reverso Tenebroso. Pues concediéndole generosamente todas las
facilidades, muchos de estos sujetos prefieren la cultura narco-tribalpunk porque es forma muy veloz de enriquecerse…
o morir. Una suerte de vehemente respeto produce su actividad. Y eso, agrada.
Un honrado trabajador lo que consigue es un magro salario y problemas a
mansalva. Pero, siendo capitoste del narco-tribalpunk, o de su órbita, con un grueso fajo de billetes siempre disponible, y obteniendo
ese servilismo asustado que suelen recibir… Huau. Cómo (im)pone. No son tantos quienes lo cambiarían por un
trabajo mal pagado y rutinario.]
Irlanda, y los irlandeses de la zona, pueden con este competente agente del FBI. Con TONY STARK me iba mejor, carajo |
El
irlandés es un deleite
del noir que utiliza sus limitados recursos
de forma excelente, permitiéndose un tiroteo a lo grande para cerrar un final con
incertidumbre incluida. Agrada encontrarse semejantes joyas ocasionalmente. Rompen
la monotonía del invencible antihéroe que triunfa sobre toda lógica,
desvirtuándose así su triunfo.