En este momento se pusieron en marcha fuerzas narrativas que llegan hasta la actualidad |
Que mañana esté en venta Soguetto estimula
este comentario sobre su “secuela”, Recalibrados.
¿Por qué escribir su precuela, cuando lo lógico sería lanzar la secuela? La
culpa recae en GABRIEL T, el genio adolescente protagonista.
Veréis: para Recalibrados necesitaba un malo. Auténtico. DE VERDAD. Un par de
sujetos se apoderan de tal rol en ese hardboiled
distópico donde fui centrando la trama, más que en una investigación con
suspense (algo que admito se me da fatal), en el entorno donde se desarrolla la
acción. El Valle, una megaurbe contaminada a extremos increíbles, obligaba a
los seres humanos a estar recalibrados con nanobots para sobrevivir al tóxico ambiente.
Lo ignoraban: pero seguían siendo esclavos del clima sociopolítico que creó
Soguetto. Eso lo tuve claro en todo momento.
Esos malos propuestos no tenían, pese a
su pelaje visto de lejos, la calidad que deseaba. Por algún motivo, JOHN FORSON
(y su peligrosa hermana, LIANA, la MUJER DE CUERO), no estaba “disponible” en ‘ese
momento’. (Ambos “ensayaban” para LAS
GRAVES PLANICIES. —No poderlos sacar en Recalibrados
me persuadió, por sus características, que debían ser los malos por antonomasia
de toda historia, siempre que su decurso no terminara matándolos. Sí. Ajá. Otra
vez los Forson. ¿Por qué no? Tienen solera. Swin.
Lo que daría más de uno por tenerlos en nómina—.) Estaba esa tesitura: ¿qué
malo, de los que dejan huella, podía suplir la ausencia de los Forson?
Y el responsable de todo, aquí presente; maquinando desastres |
Cuando llegó el momento, del tirón, sobre
la marcha: ¡Gabriel T! Ya está. Tengo malo. Le doy un enfoscado aparente, dice
algunas cosas siniestras, lo paseo lo justo para hacerse el enigmático, sin que
se note su provisionalidad, ¡y asunto resuelto!
Empero la antropología de El Valle, cómo
VIC V evitaba ser descubierto pasma corrupto, introducir prohibiciones tan
llamativas como que no se podía ser homoX, me forzaban más a trabajarlos que el
ente Gabriel T en sí. Después, idiosincrasia de algunos personajes de novela,
Gabriel empezó a “reclamar” presencia. Protagonismo.
Había otra cosa: El Valle, la divergencia
entre las estirpes humanas, la Impura de El Valle y la Purificada de El
Monte/Marte, por qué unos son superelitistas, los otros se desesperan por
revivir, con gran periodicidad, Década 80, idear un lenguaje freakie que se opusiese al culterano de
los Probetas… merecían detallarse. Había multitud de datos medio esbozados que
poseían un núcleo de intensa fuerza. No podían dejarse al albur.
Y estaba ese ‘pormenor’: FUERZA, la
otrora IA regente (comprobaréis cuánto en Soguetto)
halló aliens hostiles mientras vagaba por el Cosmos. Su amenaza obligó a las
divergentes razas humanas, separadas por el Cisma, a reconciliarse lo justo
como para combatir ese peligro. (Eso será contado, Dios mediante, en otra
novela.)
Y, de un modo muy elíptico, también esta novela posee elementos que remiten a RECALIBRADOS |
Todo esto iba construyéndose alrededor de
Gabriel. Él, según relata en Soguetto
cómo le va día-a-día, cuenta el porqué de las prohibiciones más pintorescas de
El Valle. Así pasó de ser un malo/secundario nebuloso a responsable, incluso,
de la génesis de El Valle. Gran parte de esa megaedificación es culpa suya.
Sienta sus bases. Define, desde el caótico magma de violencia que es la pura
encarnación de Soguetto, lo que conoceremos como El Valle de Recalibrados. (Era, por cierto, su
título original.)
Gabriel es de los personajes más
singulares de mi creación. Comparte con los Forson el que, de guest starring, pase a prota. Los Forson
también ‘surgen’ para cubrir una suplencia. Hoy causan problemas hasta a mi
favorita, BIANCA BLAZE. Gabriel es de
considerable importancia en esta quimérica construcción de ‘una historia de la
frontera’, siendo padre de varias líneas narrativas más.
Sobre
secuela de Recalibrados… Bueno, ahora
caigo: LA CAÍDA DE BABILONIA lo es.