Esta es la portada definitiva, Ha quedado chachi, ¿verdad? |
Faltando pocos días para la presentación
oficial de la novela,
y como calentamiento de su gira triunfal por eventos como las jornadas de
literatura fantástica a celebrar en Dos Hermanas, muestro la portada final que
esperamos, editores y autor, concite vuestro interés, pues pretende destacar diversos
elementos dramáticos que incrementen la curiosidad al respecto.
Reconozco lo ampliamente satisfecho que
he quedado con el resultado, basado, como ocurriera con LAS GRAVES PLANICIES, en un bosquejo mío. Cortesía que agradezco a
los editores de TRIKEL EDICIONES.
Valoraron de él los detalles que podían inducir enigma, preguntas del corte:
Esto ¿qué es? ¿De marcianos; de un agente suyo infiltrado entre nosotros, de humano
que conoce algo más de lo que, en principio, Visitantes alienígenas
benevolentes manifiestan, nada de todo esto?
No; ya dije se trata de una distopía hardboiled tribalpunk a la que procuré
darle, insisto, un sesgo, si no innovador, sí diferente a la clásica maratón cyberpunk de Corporaciones enfrentadas por
obtener el último programa de realidad virtual, virus, antivirus, aun medicina
espectacular, y que permite al autor teorizar sobre el futuro.
El futuro. La mejor manera de predecirlo
es inventarlo, e ignoro cuánto de nuestros regidores, políticos o no, toman
ideas de esas distopías para irnos conduciendo hacia donde ellos mantengan su
hegemonía mientras nosotros las pasamos canutas. Sin importarles lo más
mínimo-nimio.
Comparación entre mi boceto y el resultado final. |
Soguetto destaca por ese citado sesgo de Guerra
Fría, política de bloques antagónicos de cuando el Telón de Acero. Por tanto,
tratándose de asuntos que mueven a naciones enteras en alianzas, sus propuestas
se envuelven de siniestras motivaciones, empleando todo tipo de fuerza coercitiva
para hacerlas cumplir. GABRIEL T, nuestro adolescente héroe, o antihéroe (los sucesos
le han obligado a ser terrorista, muy a su pesar) no está empero tanto por la ‘revolución
popular’ como por emprender su vendetta personal.
Imagino que elegir este entorno ha sido
una filtración subconsciente; estamos inmersos en una Guerra Contra El Terror
cuyo campo de batalla es improvisado e inexistente. De golpe, aparece: una
discoteca, una terminal de aeropuerto, un supermercado, un estadio de fútbol… Muertos
a cientos. Sin previo aviso. Sin efectiva declaración de guerra. El movimiento
de las fuerzas de y en combate es distinto, elástico. Más policial y
parapolicial que militar. Las batallas: refriegas súbitas, liquidadas con
tiroteos.
¿Este futuro nos aguarda; no habrá más
épicas cargas de caballería ligera o batallas de Normandía? ¿Sino un
Stalingrado repentino, donde las víctimas civiles se anotarán en masa, en vez
de computar las de soldados? Y ¿qué solución daríamos al problema? No tengo la
contestación. La novela tampoco la da, por tanto.
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