Y recordemos las novelas publicadas en Amazon |
La imagen lo constata: mi familia literaria (en papel, al
menos; recuerdo los títulos aparecidos en ebook
de Amazon), crece de manera gradual.
Es sensación singular la de tener TU LIBRO en tus manos. Y,
especialmente, con el esmero como lo ha editado Triskel. Creo que la supera el que
personas que de nada conoces te lean y aprueben tu labor, haciendo comentario
en persona o trasladándolo a reseña.
Entre las actividades del ELF 2016 estuvo una interesante
conferencia impartida por editores y con amplia participación de público. En
cierto momento, un pequeño grupo (creo que claque de una autora integrada entre
ellos) “denunció” qué “escaso valor” los editores (presentes, por ejemplo)
daban a la autoedición. Esto reclamó mi atención. Y vigilando atentamente al
grupo, sospechar que abrigaban a la autora (que no se identificó, por otra
parte, aunque desprendió su opinión).
Reprocharon que estaban autoeditándose grandes obras que
rechazaban los editores y que, porque lo demanda el impulso creador, no daban
más opción a estas firmas que lanzarse a la procelosa aventura de la
autoedición. Conceso entre los editores: aceptaban el argumento, SÍ, AJÁ (latiguillo
habitual de Soguetto). Pero también recurrían al sistema historias impresentables
y soberana pobreza literaria. Caprichitos.
BIANCA BLAZE también forma, ¡destacada!, del conjunto |
Uno de los editores la palabra clave: FILTRO. Un editor es,
en última (o primera) instancia, el tamiz. Puede avalar una obra maestra (o
ignorarla, cuidado; sucede) o publicar, por ejemplo, un truño jactancioso
además ilustrado con láminas moñas. Toma ya castigo. Pero esa es la palabra:
FILTRO. Amazon carece de él. Y
corremos esta suerte singular: adquirir una obra maestra o una cagarruta moña.
Se supone que, si está en papel, con alta calidad de
impresión, es porque DE VERDAD la obra lo merece. (Aquí podríamos desglosar
entre los best-sellers de confección,
los que un instinto rapaz editorial ¡encumbra! porque intuye negocio en algo
que, sucintamente, tiene calidad mediocre, pero que un caro bombo publicitario ¡ensalza!,
y los long-sellers que perdurarán in saecula saeculorum.) La impresión es el
logro máximo. El certificado que el lector busca para arriesgar la compra.
Visto de perfil, tiene este aspecto |
La autoedición, reitero, tiene la desagradable vertiente de
publicar lo deleznable. Este detalle
crucial era el que ese grupo se negaba a admitir, siendo clamorosa verdad.
Personalmente, si me arriesgo a la autoedición es DESDE LA PLATAFORMA de mis
méritos. Los libros y las menciones como finalista. Hay calidad aquí. Pero no
podemos prohibir a nadie luchar por obtener sus sueños. Sí, con amabilidad,
destacarle que sus presunciones pueden ser fatuas. Que el borrador merece otro
repaso. Los amigos pueden tener las mejores intenciones. Pero creo que su
solidaridad ayuda en poco si, a algo sin calidad, le dan el V.B. sólo porque…
eres amigo.
Ya es cuestión de la autoestima. Cómo absorba el golpe. Y humildad.