Un hombre debe defender su coche y su casa con un rifle potente, ajá, sí. El afiche lo demuestra |
Una clave del cyberpunk es la globalización, el fin de las fronteras, el cambio
de roles de poder, el mestizaje cultural y étnico. De modo tangencial, esto anima
este filme de CLINT EASTWOOD, centrando en las vivencias de un vet de Corea,
jubilado, viudo, que resiste en su casa de toda la vida (como el protagonista
de SOY LEYENDA, novela con la que
también podemos comparar esta cinta, pues WALT KOWALSKY parece a NEVILLE en que
se siente rodeado de chupasangres procedentes del extranjero), avinagrado al
ver cómo el mundo se mueve… a peor. Se la tiene, además, jurada a Dios.
Es la segunda vez que Eastwood exhibe reto
con el Altísimo; lo hizo en MILLION
DOLLAR BABY y aquí dirige duras críticas al bien intencionado reverendo de
su parroquia, que intenta entenderle según sigue fiel a la fe. Los curas tienen
un interruptor en los sesos: cuanto pasa es porque Dios tiene un Plan y hay que
aceptarlo. Los misteriosos caminos del Señor y todo eso. Cuando muramos, lo
sabremos todo.
El ocioso rey del mundo contempla desde su porche cómo un mundo en apariencia inmutable desaparece aprisa |
¡Vaya vaina! Porque las cosas cuentan ahora. Es su forma de escapar de la
realidad y exculpar al Todopoderoso. Les evita sentirse hipócritas, estúpidos, cegándoles
ante los desmanes que Dios podría detener con mínimo-nimio gesto del meñique. (O
así nos adoctrinaron en el cole.) Empero no quiere. Hay Un Plan En Todo, Y…
Kowalsky habita su hogar (pulcro comparado
con el de sus vecinos asiáticos) mirando cómo se corrompe un planeta ordenado
bajo las indestructibles barras y estrellas. El mal procede allende las costas
norteamericanas. De paganos de ojos rasgados con rituales exóticos con los que
acaba comulgando pese a su inicial resistencia.
Siempre ha habido pintas; pero estos mendas se llevan la palma. ¿Y ésto debe reemplazarnos, gestionar el planeta? |
Pasea por un barrio en mutación; aunque
no para mejor. El intercambio cultural y étnico demuestra no ser eso bondadoso
que progresistas un tanto ofuscados predican. Así, ve cómo pandilleros negros
asedian a la vecina coreana mientras miembros de esa familia acosan al tímido chaval
con el que Walt termina congeniando. El mensaje no es tanto que de afuera traen
problemas como que éstos son internacionales. Sólo cambia el idioma como se
plantean.
Kowalsky razona que su país está
desintegrándose. Las nuevas generaciones no sienten ese fervor patriótico de su
propia juventud, y los inmigrantes parecen indispuestos a devolver el favor del
asilo comportándose decentemente. Los valores están subvertidos; o no tienen
fuerza. Todo se critica. Todo es deleznable. ¿Cuánto más puede resistir una
Sociedad en esas caóticas condiciones?
Desunido de sus hijos, en los vecinos asiáticos termina encontrando los lazos fraternales que, por linaje, deberían prestarle los suyos. Lo que son las cosas |
Ese problema está socavando Occidente. No
sostiene valores del ayer porque, en varios casos, causaron lío. Aceptar extranjeros
en nuestro país se estima un premio moral. Sin embargo, algunos vienen a expoliar
el Sistema y burlarse, agresivos, de nosotros. Respeto e integración,
solicitamos. Nadie les pide caigan de rodillas para adorarnos. El vecindario de
Walt le detesta por ser blanco, por residir allí; la abuela de sus vecinos, en coreano,
le insta abandone el barrio. ¿Qué pinta en él?
Existe cierta mitificación del
inmigrante; creemos que no tienen sentimientos racistas u hostiles. Pero sí. Y más
acusados de lo que pensamos. Generalizar es peligroso, desde luego. Aunque
habría que considerar que hay inmigrantes que pretenden imponernos sus costumbres
erradicando las nuestras, que desprecian. Y lo hacen porque hay un instinto de
sobreprotección discriminatorio que algunas personas aplican sin vacilar.
El último día de HARRY EL SUCIO. Vaya con Dios |
Eastwood está de despedidas; en Gran Torino dice adiós a DIRTY HARRY,
como en SIN PERDÓN enterró al
pistolero sin nombre de LEONE, o en Million
Dollar Baby su faceta de duro incuestionable.
Drama sobre la vejez y los vínculos
familiares rotos, también induce reflexión sobre la decadencia occidental y las
presuntas ‘bondades’ que aportan los inmigrantes.