miércoles, 19 de julio de 2017

ROAD TO SOGUETTO — ENTREGA 6

¡Hey hey! La sexta entrega. Toman decisiones correctas
Nada más. Viendo vía metacril el espanto. Hora-tras-hora. Y nada. Inmóvil.

Matar luego al cabrón responsable original de todo esto, de la precipitación de Dama de Picas a un vacío interminable de remordimientos, al comprobar que pervirtió sus más altos principios permitiendo aquél abominable sacrificio humano: apenas me contentó.

Sus restos comidos por los nanobots que le disparé: recibieron buenas cargas de arena. Era algo, un esqueleto lleno de pegotes de carne que seguían disolviéndose. Pero lo que importaba, el tío en sí: seguía vivo. Increíble, ¿verdad? Pero cierto. ¡Me aseguré!

Y sentía cómo iba muriendo con un atroz dolor sin poderlo remediar. Poco a poco.

Puedes imaginarte a GABRIEL T así. Viviendo en esta era
de referentes fílmicos, JOHN CONNOR era la idea
adecuada para caracterizarle
Era otro espantoso espectáculo que, ya digo, tanto Dama de Picas como Bujías intentaron ocultar. Enterrándolo vivo. Echándole tierra encima. En cantidad. Porque no podían seguir oyendo sus alaridos de agonía. La arena, aun anegando su garganta: parecía incapaz de absorber, anular: sus gritos.

Viéndoles trabajar, mortífera expresión me enmascaraba entonces. Esa cara de Lord del Sith: que tanto TANTO aterrorizaba a los adultos que me la veían. Acariciaba al gato. Como ahora. Ese asesino: no merecía menos.

Dama de Picas: empezó a mirarme de otro modo desde esa mañana, en el porche sentado. Bujías parecía quererme esquivar con más frecuencia que antes.

Mi espectacular genialidad magnificaba mi maldad, estimaron. Mucho. Intentaban comprenderlo, encajarlo, asumirlo. Pero… esa mirada de Sith… las sombras anejas…

Dama de Picas: engrana primera. Gira el volante. Norte. Canadá.

Desapruebo la decisión. Empero guardo silencio. Porque, de momento: permite distanciarnos del jaleo que tanto la pasma, el enemigo, como los mercs de HomeCorp IG: tienen montado en lo que fuese nuestro rancho.

Y a DAMA DE PICAS de este modo.
Hay días que Gabriel la enoja bastante
Buen Rey queda atrás, mucho: pocos minutos después. Una gigantesca incertidumbre con sabor rancio a Tejas, tan vasta como el firmamento: se abre ante nosotros. En plan the fast and the furious Dama de Picas nos sumerge en ella. Su rostro (adivino): todo un poema de concentración. Intentando vislumbrar la senda correcta en esta velocidad.

En plan Jedi. Pero: al caer, como Lucifer otrora, perdió puntos para ser de las buenas. Ya no era la Cowgirl que confió poder cambiar esta atrocidad de mundo creado por el PragmaSoc de un modo distinto. Que no comportase sacrificar inocentes ni, tampoco, los más nobles principios que la animaban, adornaban, distinguían de la ralea infame.

—Hay que cambiar de buga —diáfana declara—. Algo menos cantoso. Pero seguro. Si veis algo que promete, avisad. Por aquí abundan las granjas con vehículos que se ajusten al perfil.
—10/4, Dama —confirma Bujías.

Nada digo. Miro por la ventanilla. El enojo me hace egoísta. No obstante, como punzón que rompiera una capa de hielo: la certeza de que necesito colaborar con ellos, porque me juego algo MUY IMPORTANTE si no lo hago, termina inundándome.

El borrón raudo que son las cosas cuando las pasamos acelerados, por miedo a los helicópteros o cruzarnos con patrullas reclamadas como refuerzo: dificulta ubicar algo. Sin embargo, ahí están los reflejos de Bujías.