domingo, 30 de julio de 2017

IRA DE TITANES — COMPETENTE ESPECTÁCULO

Afiche de un filme que, de forma oblicua,
trata de la importancia de las familias
bien avenidas, la reconciliación
Que la lápida de IO esté en inglés rebaja las expectativas de calidad de esta fantasía mitológica. Es curioso ver que la producción hollywoodiense, máquina tan ajustada en otras ocasiones, que procura hasta una minuciosa recreación de hechos históricos, en este tipo de cosas falle. Porque ahora, a tenor de cómo la educación cultural anda, buena parte de los espectadores estadounidenses (bastante incultos) estimará que su idioma se hablaba ya en tiempos de HOMERO. Cosa para hincharles el pecho de orgullo.

Más aún: ¡la lengua hablada en la Grecia Clásica era el inglés! Esta suposición alcanzará a otros muchos espectadores, de índole internacional. Aceptarán esta “universalidad intemporal” del inglés como buena, sin cuestionarla. ¿Qué les costaba poner la lápida en griego, aunque fuese moderno?

Ira de Titanes, secuela de FURIA de Titanes, debe contemplarse, detalles chuscos como el de la lápida aparte, como esparcimiento beneficiado por una potente ingeniería visual computarizada que debe elevar nuestros sentimientos de interés o simpatía por los avatares de los participantes en la batalla. Una enorme, épica, colosal. Digna del negruzco CRONOS que languidece abatido en el Tártaro. Lucha capitaneada por un PERSEO que acepta sin los previos complejos la parte de sí con superpoderes, que debe emplear liberalmente para procurar impedir que ARES y HADES (apocado, marginal, aterrado con su mortal inmortalidad) destruyan nuestro Universo.

De forma no menos parabólica, IRA DE TITANES trata un
tema recurrente en la obra de MOORCOCK: el fin de los
dioses, mitos, la llegada de la Era del Hombre, las máquinas
Si Furia de Titanes pretendía tener un sesgo simplemente fantabuloso, ser actualización del filme en que se inspiraba, Ira abraza sin dudar las viñetas más espectaculares estilo DRAGON BALL. Perseo destroza a cabezazos columnas (impulsado por la furia vehemente de Ares, en todo momento seguro/sobrado de su poderío), plantando cara a la deidad de la guerra con una exhibición de fuerza paralela.

Hay esfuerzo de “rigor” más pegado al cine en Furia que en Ira. Entiendo que: esto debe ir a más. El espectador no puede ver una repetición (aunque exista) de los elementos de la primera cinta. El espectáculo debe crecer. Tratamos con deidades. Lo que conocemos de ellas es el voluntario sacrificio de JESÚS. Estos dioses, sin embargo, guerreaban con titanes, gigantes, monstruosidades, blandiendo armas míticas. No puede seguir, por mor del espectáculo, renuente Perseo a desplegar su lado SON GOKUH cuando todo cuanto ama está inmediatamente amenazado.

Nuestro héroe se beneficia de su lado divino para terminar
bien esta gesta; sobre todo: su capacidad para sanar deprisa
Así que damos a todo esto que ya vimos un sano aire cómic (al fin y al cabo, ¿no están los tebeos MARVEL, por ejemplo, recreando “a la norteamericana” la Mitología Clásica, incorporando a la CultuPop iconos que rivalicen para luego anular a los helenos?), ampliándolo con la presencia de tipos como CÍCLOPES, el MINOTAURO, el Laberinto, HEFESTOS, y después enfrentamos a Perseo con otro titán (en este caso, el máximo), pues es su estilo de vida, y al cual vence in extremis, amén.

Lo importante del cuento está en que se trata de pura evasión efectuada con eficacia, pese a las pegas que observemos. SUICIDE SQUAD es mucho más deficiente, con un rol de personajes con los cuales no contactas, teniendo la clamorosa sospecha de ser vehículo de lucimiento de su protagonista. Insisto en que debemos ser tolerantes con este tipo de películas porque son HONESTAS: No voy a salvar tu vida. No verás actuaciones de ponerte los vellos en punta (¡bien lejos queda LIAM NEESON de OSCAR SCHINDLER!); sólo pienso darte noventa minutos de evasión. Sin traumas. Complejos. Ocio: punto.

Otro gigantón al que abatir. Con un método algo apurado,
quizás. Pero tratándose de sencilla evasión, pues vale
Y pretendo hacerlo con una muy decorosa pulcritud digna de respeto. Fracasaron ejemplos más fastuosos. He citado uno. Por eso defiendo Ira de Titanes frente a quienes me la denostaron en su momento. Porque va de cara. Sin tapujos o falsas pretensiones. Tal como está la cosa: es todo un mérito te lo haga pasar bien.