Afiche. Parece, no obstante,glorificar la violencia de los estratos deprimidos de la Sociedad |
Película de WALTER HILL que se encuadra en
lo que definen como “viaje del héroe”, o sea: emprender un desplazamiento (de
la Tierra a Barsoom, o cualquier exótico paraje que DOC SAVAGE hallaba) durante
el cual el protagonista no sólo pisa nuevas tierras, sino también senderos
internos donde su carácter, se espera, evoluciona.
Nueva concepción de sí arraiga en su mente,
mientras parte a sablazos incontable cantidad de Terribles Trasgos o siniestros
caballeros oscuros. Se unen dos grandes clásicos de la narración, el de la venganza
aparte: el argumento per se (el
viaje) y el héroe, que debe servirnos de ejemplo moral, conducta, elemento de
superación de nuestras trabas cotidianas y problemas anejos.
Si él pudo, lo conseguiré yo, pretenden adoctrinarnos.
Pero sucede que: el héroe suele ser un poderoso individualista (algo mal visto
hoy día) destinado a destacar de todas-todas. Y la Sociedad la compone una cada
vez más nutrida cantidad de mediocres y gente que comprende que mejor eres
invisible, porque la masa de mediocres piensa brearte de lo lindo como
despuntes. Las envidias personales o laborales, la insidia de los rumores, sutiles
ODIOS, todo eso, empiezan a trabajar contra el que destaca.
Eso: pasa inadvertido. Aunque poseas la
capacidad de levantarte un poco por encima de la media. La admiración que dicen
sentir por personas así: es efímera. Traicionera.
Este tío en plan mesiánico pretendía crear un poderoso submundo de bandas que derrocase al Gobierno y lo demás |
Pero lo que interesa: esta cinta. Hill
rueda, basado en una novela que se supone rompedora en su momento, un arduo viaje
por lo caótico de Nueva York. Muestra una visión desencantada de la Ciudad Que
Nunca Duerme. Está plagada de tribus urbanas que han meado por las distintas
esquinas de lo que estiman su territorio y las fuerzas del orden parecen incapaces
de eliminarlas.
Enseña asimismo una urbe sucia,
desatendida, violenta, decadente, con servicios sociales deficientes mientras
las estampas habituales de los poderosos skylines
siguen tapando la mugre del entorno. Las bandas descritas en el filme, pintorescos
personajes a un paso de las viñetas, víctimas de un exacerbado Complejo de
Peter Pan, parecen ser realmente no sólo amos de la noche, sino de todo momento
del día.
Pero este menda y sus macarras tienen otro plan |
Una amilanada población contempla el auge
de este poderío tribalpunk hasta el
punto de evitar enfrentarse a quienes no tienen escrúpulos de acuchillarte
porque la cárcel supone hasta distinción honorífica para ellos y el resto de la
banda. Un fulano, en plan el DUQUE de Nueva York de 1997…
RESCATE EN NUEVA YORK (hay ciertos paralelos entre ambas producciones),
pretende aglutinar/liderar a todos esos salvajes encauzando de forma “productiva”
la fuerza que desperdician combatiéndose entre sí. Mas lo matan, imputan su
asesinato a Los Warriors, quienes se las ven y desean por la jungla pétrea
neoyorkina para regresar a su territorio, donde, a salvo ya… son los amos.
THE WARRIORS en su territorio. Ahora que lo pienso, este filme fue borrador para otro de HILL sobre bandas: CALLES DE FUEGO. Le pone el tema, al cineasta |
Me pregunto: un plantel de juventud aseguran
compone la banda. Dentro de una Sociedad que, pese a todo, insta a progresar,
sentar cabeza, tener hijos, hipoteca y monovolumen… ¿qué va a ser de Los
Warriors cuando maduren? Por ahora presumen de chupa de cuero y de dar hostias.
Mas ¿mañana? ¿Qué serán?
¿Despojos carcelarios que lamentan sus
oportunidades derrochadas? ¿Carcamales comido por las nuevas generaciones, más
agresivas? ¿Qué anima a estos tíos, en el fondo? Los Warriors son unos
fracasados muertos de miedo con la idea del futuro. Pelean duro hoy (y por muy
poco, o nada) para… ¿qué? ¿Qué legarán? ¿Qué les sustentará cuando tengan
cuarenta? ¿Un conjunto de anécdotas? ¿O un trabajo mísero, que acabará deprimiéndoles
aún más? Eso valoro de esta película, ese desperdicio de vida y recursos, no su
atrezzo salvaje tribalpunk tan llamativo para la crítica de su época.