Pues sí que es una jodida mierda; las espléndidas estáis en peligro de extinción, a este paso y criterio |
Más
allá de lo que muestre la noticia,
qué razones aduzcan (sólo he visto una de verdad de peso: la falta de peso de las
modelos, que hemos pasado de un esplendor lozano un tanto curvilíneo a jóvenes
que parecen reclusas de Austchwiz), esto evidencia un síntoma preocupante de
una Sociedad cada vez más enferma, acomplejada y aterrorizada con la parte más
nefasta del Feminismo, eso que podemos llamar femiMARX o feminazismo. A gusto
del lector queda.
Hay
un verdadero-salvaje deseo de ocultar la belleza por parte de los más
estridentes elementos de ese movimiento y sus confluencias, los Hombres
Menstruales que lo apoyan. Tíos que ODIAN ser varones. Aquí vamos entrando en
el terreno de las fantasías más/menos eróticas. Se deleite uno más/menos con
los hermosos acabados que brinda la lencería. La belleza femenina ha pasado a
convertirse, de algo natural, admirable, apreciable, codiciado, en una especie
de arma abstracta de opresión machista jaleada por ese vocinglero (femi)mcchartismo con regla que es METOO, que
ha empezado una Caza de Brujas que acabará desvirtuando una acción que
perseguía la dignificación para transformarlo en una cruzada fanática abominable.
Quienes
más piden este tipo de exhibiciones de hermosura y fantasía desaparezcan son
las Feministas Feas. Lesbianas inconfesas que no se atreven a admitir su
sexualidad mas tampoco pueden copular con hombres pues les repugnan. Al no ser
una ni otra cosa, pero con ganas de follar, deciden joder del mejor/único modo
que saben/pueden: cargándose cosas como este desfile, que puede ser más ñoño e
inofensivo de lo que alguna exaltada o menstrual-macho quiera denunciar.
Primero,
fue el cuadro de Manchester. Luego, fuera las chicas de las carreras de fórmula
1 (por hermosas, claro). A continuación, los piropos (los bonitos, señalo, no
las borderías). Después, prohibir CAPERCITA ROJA. Ahora, el desfile de Victoria Secrets. Lo próximo a suprimir, ¡por supuesto!, es el
porno. Y una vez lo abatan, el Arte lo siguiente será. En todas sus
manifestaciones. Porque esto será machista, aquello será sexista, lo de más
allá, violencia de género. Y todo ¡porque lo mando YO!
Lo
más curioso es que esta oleada de neopuritanismo no viene de los puritanos
clásicos (que se apuntarán por sus memeces a la movida, descuidad), sino de
sectores que se hartan de berrar contra la censura, las dictaduras y demás
prohibiciones (que son malas, arguyen), aunque las están imponiendo a todo vapor.
Este neopuritanismo viene de la Xquierda progre, quienes presuntamente más
vigilan la libertad, el respeto, la tolerancia.
‘Libertad’
bajo su férula; ‘tolerancia’ bajo su látigo. Esto es. Bajo sus predicamentos.
Persiguen
imponer una Sociedad Burka; que condene, oculte, satanice, la belleza. Aun la
fantasía. Estime lo hermoso estigma machista y no regalo para la vista. Quieren
echarnos encima el trapo negro incluso para eclipsar nuestros pensamientos, que
deberemos esconder, o mejor, reprimir, mientras ellos se explayan en un
concurso total de tonterías y majaderías que, se presumen, son en verdad “libertarios”.
Su lema: Opina lo que quieras, siempre que sea lo que YO opino.
Ahora
mismo, en el más recóndito rincón del Tercer Mundo (o quizás no tan lejos), una adolescente es violada,
o vendida, o vejada, o esclavizada, y NADIE de toda esa patulea dice NADA.
Todos los/las ‘bienpensantes’ que aplauden la decisión de eliminar esta cándida
bobada de la lencería no tienen empero una palabra de denuncia para esa atroz
situación. El mal está en leer PLAYBOY.
Nunca en ese tráfico de personas.