Antihéroe ácrata de comienzos de Década 80 enfrentado a un totalitarismo de Derechas.que ahora podría ser enemigo del perroflautismo populista de Izquierdas |
A los tantos años, JOHN CARPENTER y KURT
RUSSELL regresaron con una tardía secuela de 1997…
RESCATE EN NUEVA YORK. Pretendía ahondar en las condiciones sociopolíticas
de una nación distópica que había transformado lugares emblemáticos de su suelo en
prisiones de altos muros coronados por concertinas y con fuertes medidas represoras.
Una barrena sobre las leyes, libertades y
garantías que se enorgullece los Estados Unidos de poseer y proteger, afeando
al resto del ancho mundo carecer de algo similar. Anda Norteamérica hambrienta
de dictator y dictadura,
y su ficción insiste en corroborarlo. Semeja un fetiche erótico subconsciente imposible
de reprimir. Una muestra acaso sea JUDGE DREDD,
donde esa ansiedad se ha manifestado con crudeza… mediante mentes europeas, que
ven lo que, acaso, está “oculto” para la mayoría de los estadounidenses.
Se sugirió que, con este Rescate en L.A., criticaban a un establishment conservador, o sea,
republicano, que recortaba a gran velocidad esos logros de los que tanto se ufanan.
La represión política/policial/periodística podía ser total. Volverían las comunicaciones
instrumento adoctrinador a lo descrito por GEORGE ORWELL en la socorrida 1984…
que no era sino traslación de la “información educadora” que los regímenes
fascistas-comunistas surtían (surten) a la población, que debía creer sí o sí…
¡o gulag!
Un Presidente con una Visión Bíblica de lo que deben ser los Perfectos Estados Unidos... Mesianismo y delirios. Mala combinación |
La renovación presidencial concluyó. Un
Presidente iluminado, mesiánico, ocupa vitaliciamente el oneroso cargo, so
pretexto de enderezar la descarriada nación. Muchas cosas que tenemos por
normales/naturales son delito, están prohibidas, conllevan cualquier sanción.
SNAKE PLISSKEN está a lo suyo: robo, muertes, rebeldía. Mas una vez atrapado,
el canoso anarco tuerto vuelve a elegir: o la muerte, o la odisea tras los
altos muros de hormigón reforzados por las concertinas.
Una lista de variopintos personajes (como
el falso revolucionario que en verdad buscaba ser un dictator) permitían a Carpenter y Russell, coguionistas, idear lo
que pensaron sería una Norteamérica conservadora al extremo. No a la carne, al
tabaco, al Islam, al hip-hop (eso espero), a mil cosas así. Tonterías para
Snake, que sabiendo que nada en lo político podía cambiar, prefirió seguir aumentando
su mítica, cara al norteamericano, del bandolero heroico ensalzado en los
medios enfrentado al Gobierno opresor.
El Señor de los Perroflautas. Otro barbas redentor-populista, otro Mesías del Proletariado que lo explota para sus intereses personales sin escrúpulos. (Aquí se llama Podemos) |
Lo curioso de este asunto es que la
actualidad le ha dado la vuelta. Si en ‘entonces’ se temía a un obtuso Líder del Mundo Libre (jaja) de Biblia
en Mano e Intolerancia Subida (copia de alguno que soportaran por esos días),
que por ejemplo prohibiera el porno aludiendo a arcaicas cuestiones morales ñoñas,
ahora son los liberales quienes quieren censurar. No sé cómo Carpenter y
Russell aceptarían la mutación ideológica.
Si mirarían con perpleja inquietud a los
que antaño eran los garantes del “ahora comeré una hamburguesa Johnny Bravo bien grasienta porque es un
derecho quasidivino que poseo”, mas
ahora braman: ¡NO! ¡NO!, sin dar más explicación que un farfullo de ambiguos argumentos
que sin embargo les valen para imponerse porque… gritan mucho, muy fuerte;
atrincherados en las redes sociales, usan polémicas populistas, y desde allí
emprenden progroms contra todo quien
no les apoye o alabe. Los liberales de antaño son los fascistas de hoy (y más intolerantes,
al ser nuevos conversos) y dejan en pañales a los reaccionarios del ayer (que
quizás no les miren con tan malos ojos según proponen qué proscripciones.)
PLISSKEN se reencuentra con viejos socios que, en un pasado reciente, lo traicionaron. Y vuelve a ser una carta para salir del infierno carcelario que es ahora Tinseltown |
Estas dos películas plantean otra
interesante cuestión: ¿libertad, o seguridad? ¿Cómo es el clima criminal para
que lleguen a una situación así? ¿De veras sacrificaremos nuestra seguridad por
mor de mantener una libertad que defienda la impunidad? Es la inevitable
contradicción en la que personas como Carpenter y Russell caen. Puede pidan un
término medio. Empero ¿existe? Somos una raza de extremos extremistas. Puede no
haberlo.