Celebrándose la efemérides del fallecimiento
del Caudillo (invicto según el NODO), convendría reseñar la cuestión que exhibe
la imagen. Los victoriosos Estados Unidos de las Américas, tras hacernos pasar
hambre y necesidad, privado del Plan Marshall
(ése de la aguda sátira cinematográfica), sumamente escrupulosos con los
dictadores, aterrizan aquí (como los Reyes Magos, cargaditos de millones) y abrazan
al “repulsivo dictador” como si fuese su mejor superamigo del mundo. De toda la
Historia.
La real
politik, señores. Había que combatir al comunismo, y España (esa palabra
que tantas llagas produce en la boca de la progresía)
era óptimo candidato a útil aliado. Ya había demostrado su furia anticomunista
antes, ¿verdad?
Esto también es Memoria Histórica, pero una
que la progresía a la que le rompe la boca pronunciar España oculta al populux, tergiversando una “Memoria Histórica” que esconde, de forma ruin, los genocidios
republicanos sobre religiosos y personas de ideología opuesta a la suya. Sus “historiadores”
a sueldo (esas benditas subvenciones, ¡el día que falten…!) falsean, adulteran
y manipulan los hechos a fin de que encajen en una Nueva Historia orwelliana en la que, ¡por fin!, los republicanos
ganen la Guerra Civil.
Más adelante, el imperante perroflautismo
de fluida habla politiqués (ése que HOY se niega a condenar al socio $ociali$ta
por la sentencia
de uno de los más graves casos de corrupción económica que imputa a la Izquierda,
desnudándola como un ente voraz de dinero público que malversa para crear una
vasta red clientelar y, de paso, pagar la hipoteca del chalet de la Casta que habita
el Mesías
del Republicanismo
Populista)
se encargara de diluir, en un espeso caldo de contradicciones, monsergas y
soflamas que ayuden a mantener su muelle vida de vagos apalancados y
subvencionados, el drama, reduciéndolo a embuste de la Derecha, carente de todo
escrúpulo. Nunca hubo Guerra Civil. No fue ni “sobresalto”. Esto era un paraíso
estilo EuroDisney.
Es Historia también. Hay que recordarla
también.