viernes, 8 de noviembre de 2019

LA HUIDA (NOVELA) — CRIMEN NO PAGA

Portada (una de tantas). Imagino que
eligieron a esta pareja porque así el
que vio la película sabía de dónde salía

Consideran a JIM THOMPSON uno de los pilares del noir, quizás hasta el hard boiled. Personalmente, creo está sobrevalorado. Supo estar allí en el momento indicado. Se forjó por tanto una reputación que no sé si aún dura. Es como los escritores de ciencia ficción de Décadas 30 ó 40. Estaban allí, levantaron algo, su mérito consiste en ser pioneros. Mas parte de su producción es defectuosa porque, o no tenían tanto TANTO talento como sus fans les asignan, o la simple ola de los tiempos ha enmohecido su obra.

Quedan como una curiosidad de unos tiempos color sepia al contraste con la actualidad. No sé cuánto conviene leerlos por mor de su reputación de clásicos. Conocerlos, sin duda. ¿Mostrar esa veneración que muchos sienten por ellos? Parece más discutible.

A Thompson (y otros; DONALD WETSLAKE parece resistir mucho mejor) le sucede esto. Escribió en un momento particular sobre sujetos específicos y luego la actualidad los ha deslustrado. Un ejemplo está en la más afortunada versión de cine, rodada por SAM PECKINPAH con libreto de WALTER HILL. Vieron las posibilidades de una sugerente idea que Thompson desdeñó, o ignoró, o se ciñó, más estimo, a directrices editoriales del momento de publicación. No le dejaron desmelenarse… si sabía.

JIM THOMSON sonriente; supongo que feliz por los
logros acumulados durante su prolongada y
reputada/respetable carrera
Hubo un tío en Hollywood, HAYS, quien determinaba el buen gusto y censura de las películas. Esto en sus albores, vaya. Entre otras lindezas, las mujeres no podían mostrar un aire masculino, o excesivo, de agresividad (impedirlas portar armas, por ejemplo), y lo más devastador: ¡exponer el ombligo! (Al parecer, era el fetiche sexual del menda.) Pienso que ese rigor, en muchos extremos absurdo, aplanó a Thompson en esta novela. Me explico.

Westlake, en el prólogo de A QUEMARROPA (el título más conocido de THE HUNTER), cuenta que el protagonista de la novela, PARKER, debía morir porque lo demandaban los cánones de entonces. Quien la hace, la paga. No podemos tener malas influencias envalentonando a elementos de la Sociedad que, por otra parte, no precisan de influencias externas. Se bastan solos. La editora sin embargo, intuyendo potencial en Parker, animó a Westlake a que le dejara vivir. Obedeció, y ahí está: un icono del noir.

El protagonista de La huida, CARTER “DOC” MCCOY, es un afable cincuentón cuyo Reverso Tenebroso es ser un despiadado criminal, como evidencian sus actos durante la huida hasta el santuario mejicano para delincuentes de El Rey. CAROL, su más joven esposa, tampoco tiene desperdicio. Se alían a un psicópata de nula autoestima, RUDY TORRENTO, que aún es más peligroso por mor de su avanzado desequilibrio mental. Dan un golpe, todo se complica, es una auténtica pesadilla alcanzar El Rey.

Cubierta edición foránea. Una de tantas
que existen. ¿Libro célebre
per se, o por
su versión cinematográfica?
Thompson se empeña en escribir dos cosas: la primera que el crimen no paga. Cierto que Doc y Carol consiguen evadirse, empero su fuga está tan plagada de problemas, contrariedades y peligros que mejor quedarse en casa, en un empleo modesto aunque suficientemente pagado, que escabullirse acosados a Méjico con los bolsillos repletos de dólares y encontrar asilo en un sitio donde todo es cada vez más Más MÁS caro. Y lo peor: no puedes abandonar el lugar. Quedarte sin pasta equivale a ser un paria, y de condición indeseable. De nuevo el Crimen No Paga, muchacho. ¿Quieres verte así? Piénsalo mejor.

La otra cosa es que casi todo sucede por intervención de la Divina Providencia. Un Deux Ex Machina que, de pronto, hace que Rudy dé con la ubicación del matrimonio, aunque ni tenía posibilidad mínima-nimia de hallarlos. Su muerte resulta absurda. De pura chamba. ¿Hace falta un taxi? Aparece apenas lo piensan. Incongruentes detalles así.

A esto, sumemos que el estilo literario de Thompson tampoco es colorista. No es un audaz JAMES ELLROY. Sin embargo, convenía leer esta novela. Para ver si justificaba su fama.