miércoles, 27 de noviembre de 2019

LOS ÁNGELES, NOVIEMBRE, 2019 — UN ANIVERSARIO APÓCRIFO

Inevitable el afiche sea del gran
DREW STRUZAN. Por Dios, ese
hombre también está más que
vinculado al cine de Década 80.
Es
casi el cine de Década 80

No dejo pasar el mes, en especial, de este año, sin recordar que, en 1982, nos estaban ya preconizando qué iba a ser nuestro futuro; o sea, hoy. Urbes masificadas dominadas por inmensas arcologías, coches voladores, colonización de los Mundos Exteriores, unas amotinadas máquinas orgánicas capaces de sufrir y sentir que volvían a la Tierra para obtener detalles de su manufacturación y poder vivir más Más MÁS tiempo. Replicantes. Los esclavos del Mañana-Mañana.

Una fuerza policial, en apariencia secreta, se ocupaba de retirarlos, no ejecutarlos, pese a que los replicantes poseyeran todas las credenciales (quizás, más) para ser también considerados seres humanos.

Iluminaba el lluvioso ambiente de tenebroso barroquismo el neón insomne; por esta ciudad californiana, RICK DECKARD cazaba chachareando la jerigonza de un idioma compuesto por las principales lenguas habladas. Salía a matar. A acumular remordimientos.

No cuento más sobre BLADE RUNNER. ¿Quién no la ha visto, amante del género de la ciencia ficción, quedando arrobado por su portento cyberpunk? Puede gustar más o menos; indiferente, no deja. (Y, aburrida, no es. Es noir computarizado, ¿vale? Lleva, por tanto, su carga de análisis, reflexión y suspense.)

Un mero ejemplo más de "entonces"; lo
que debemos a LUCAS y SPIELBERG
en cuestión de moderno cine y evasión
Tampoco pienso extenderme sobre la novela de PHILIP K. DICK de ¿SUEÑAN LOS ANDROIES CON OVEJAS ELÉCTRIAS?, porque bastante literatura ya se ha escrito al y sobre el respecto. Cambias el nublado perpetuo del Invierno Nuclear por el temporal de lluvia, plasmando el resto del muy modificado relato en celuloide.

Sí deseo recordar un par de cosas. Muchos de sus actuales apasionados amantes en su momento la criticaban a muerte. Empero, en algún momento, les visitó el paráclito y los que ¡encomiaban! CASABLANCA como sumun del cine, ahora tenían un nuevo bibelot sobre el cual discursear babeantes: ¡Blade Runner! ¿No la ha visto usted AÚN? Usted no sabe de cine, imberbe.

Otra es que Blade Runner se benefició de la colosal revolución sociocultural que fue Década 80. Casi todo lo (remarcable) de entonces es mítico hoy, y sus desafortunados remakes (ROBOCOP, STAR WARS, CAZAFANTASMAS…) las hacen aún más inmensas. Una fuerte sensación de nostalgia produce visionar estas producciones. Cuanto más piensas en Década 80, su influencia actual, más especial se hace. Es como el fenómeno de La Movida. La vivías ignorando que estabas en La Movida. Se supo hubo una Movida al acabar. Luego, la estéril aridez de Década 90 la hizo legendaria.

Y otro importante icono de entonces, tanto
por la audaz imagen en general como por
la BSO. ¡Eso es música, amigos míos!
¿O no se extrañan esas composiciones?
 
Década 80 (Nuevos Románticos aparte) huele a videoclub. A VCR. Al tufillo a plástico recalentado que desprendía el VHS tras haber visto, o grabado, algo. Aunque teníamos el “morbo” de la Guerra Mundial Terminal amenazando extinguirnos, recuerdo la Década como una sana mezcla de ingenuidad y maravilla (viva en su cine) y audaz desafío al futuro que nos alcanzaba… sin Soylent Green, aunque sí con la madurez y la pesadilla de la hipoteca.

Un tanto estaba preconizando lo que se avecinaba este filme de RIDLEY SCOTT (quien, como HARRISON FORD, creo, se ha hartado de decir tonterías a posteriori sobre la humanidad o no de Deckard). Entonces, nos dejó clavados en la butaca del cine con sus fantabulosas estructuras alumbradas con neón y la publicidad mural que apenas llegaba a las oscuras simas de las sucias calles. Mas, como la vasija de PANDORA, en su fondo quedaba la esperanza, como sugería el final (versión cine 1982), donde Deckard y RACHAEL huyen a solanos bosques, supongo que canadienses. Aún podemos ver Sol.

Remember, remeber… es 2019 y lo único que vuela, aviones aparte, es nuestra nostalgia.