Afiche. En realidad, no sé si adapntan las viñetas o la versión animada. Lo que sea: no rinde homenaje al personaje, o su dramático entorno |
Si intento contemplar la película regida
por un desleído ROBERT RODRÍGUEZ sobre libreto de JAMES CAMERON como un
espectador in albis del personaje de
KISHIRO YUKITO, podría hallarle varios valores. No tantos como parecieran,
porque el aire de producción Disney
que despide es un tanto repelente. Casi todos serían más/menos técnicos (los
SFX computarizados), porque, ya digo, de narrativos, van mínimos-nimios.
Empero, como fan del Manga original no puedo evitar comparar durante mucho tiempo las
viñetas con los fotogramas y lamentar el desastre. Lo resumiré afirmando que ELYSIUM es más Alita que ésta Alita.
Justamente: desastre. Alita, el Manga,
aprovecha recursos visuales de dos filmes tan importantes/impactantes como BLADE
RUNNER y ROBOCOP (el de VERHOEVEN, el bueno) para
describir una descorazonadora distopía donde el ser humano es cada día más Más
MÁS anulado hasta perder casi del todo/completamente su esencia y ser una
fusión, más/menos afortunada, de carne y máquina. Desde el alto cielo forjado
por todos los vientos Typhares, la asombrosa urbe flotante, atisba con frío desdén
cuanto sucede en el caótico Patio de los Desperdicios, sin importarle nada. Exige
cumplan el tributo que producen los desgraciados en tierra, sin siquiera
arrojarles unas migajas a cambio.
Un entorno urbano saneado cuando el Patio de los desperdicios era casi tóxico. El primer "apunte Disney" que desluce la cinta |
Parece el capitalismo salvaje elevado al
extremo absoluto. O el comunismo. Tampoco se anda con tonterías. Oprime aún más
implacable. La mano de obra no cuenta nada; rota, se descarta. La carne se
pudre: polímeros y aleaciones reemplazan músculos o huesos. El lubricado engranaje
sigue girando, alimentando a los hieráticos amos de la cyberLaputa.
Por este escenario, la amnésica cyborg
Alita combate numerosos enemigos y vicisitudes con firme carácter. Recibe
tangencial ayuda de algunos sujetos de mayor/menor calado en su vida.
Descuellan el médico-mecánico IDO DAYSUKE y DESTY NOVA, un enigma, un loco, un
visionario, quien guía durante miles de páginas a Alita hasta su conclusión.
También está su desesperado amor, el delincuente HUGO, quien pronto hace fallece.
Mas lo que cuenta es el ambiente de
miseria, claustrofobia, abandono y feudalismo; los habitantes del Patio de los
Desperdicios, como la Humanidad, sospecho, ya no pretende arreglar problemas:
los sobrelleva. Un yugo invisible, la carga omnipresente de Typhares, los
abruma. Anula de forma rápida, radical, toda resistencia. Sin piedad.
Un esbozo de la relación sentimental que convierte un poco en culebrón el manga también. Pero, suena tan forzado, falso... |
Nada de esto rueda Rodríguez (quien, como
Cameron, es fan de las viñetas). Hace un apaño que, supongo, casi convencerá al
espectador medio, aunque, al lector, defrauda; deja con esta desabrida sensación
de desperdicio, de contemplar el enésimo producto familiar estadounidense donde
el protagonista no es aventurero per se,
motu proprio, sino que debe sufrir
una tremenda desgracia personal para actuar.
JOHN CARTER, o DOC SAVAGE, aun CONAN,
parecen los últimos norteamericanos de ficción que emprendieron por gusto la
hazaña y la conquista de lejanos horizontes. Alita-película (lo de los
ojos sobredimensionados de la actriz… vaya; eso de los “ojos redondos” es un
complejo que sufren los japoneses, no un recurso gráfico) combate al Mal porque
siente sufre un agravio. En la tasca de los cazarrecompensas suelta el
discursito “ningún mal quedará sin mi
castigo” cuando resulta ¡que su trabajo es cazar recompensas!
Complicaciones con los cyber- chulos del lugar, Hasta eso está planteado sui generis |
Vive de eso. No va de cruzada justiciera cyberbatwomaniana.
Es, hasta cierto punto, su vocación. Y lo de la niña de Ido… la pobrecita inválida
en silla de ruedas… Buf. Disney puro.
(A Ido sí lo involucran siguiendo la pauta moralista habitual norteamericana.)
Sólo merecen elogio las violentas y
trepidantes escenas del MotorBall. El resto discurre por los tópicos planos de
acción-reacción ante el Mal del cine de acción. Desafortunada adaptación, no obstante me pregunto si se debe
a que la productora metió la mano en el guión indecorosamente, haciéndolo
“blandito”, o Cameron no ha logrado plasmar tanta desolación por carecer ya de
la cybergarra terminatoriana que antaño le encumbró.
Y un repaso también se merece Rodríguez, vaya.