viernes, 6 de marzo de 2020

EXOCET — LOS HOMBRES QUE HACEN MALO AL MUNDO

Portada por la que creo alguno de ustedes
podrá reconocer o recordar la obra

Texto de JACK HIGGINS que sospecho previo a EL CONFESIONARIO. Posee elementos concordantes entre las novelas. Ésta, empero, se centra más en el espionaje “de alcurnia”, el jamesbondiano familiar por el cine, que en el cruel mundo del terrorismo del IRA.

Marco: durante la guerra de las Malvinas. Agentes ingleses esperan impedir que esos letales cohetes franceses llegasen a manos argentinas e hicieran la gran puñeta a los buques de la Armada británica allí desplazados. Esta trama desnuda los entresijos de la llamada real politik, qué volubles y traicioneros son los Gobiernos, a qué extremos de criminal bajeza, en nombre del Estado y la Reina, en este caso, pueden llegar procurando mantener situaciones de privilegio tanto territoriales como comerciales o estratégicas.

[Por mi parte, pienso que España, de tapadillo, debió ayudar a Argentina. Por nuestros vínculos históricos. O el de la lengua. Aunque comprendo que echarle un cable a una dictadura que tira disidentes desde helicópteros a mares infestados de tiburones, tiene no sé cuántos desaparecidos (como el siempre nombrado autor de EL ETERNAUTA) y torturados, es un trago para una democracia.

JACK HIGGINS en pose de hacerse
el interesante. Prolífico autor este
hombre. sobre temas más/menos
parecidos
…trago que Estados Unidos deglute sin esfuerzo en numerosos casos…

Norteamérica socorrió a su aliado de las tormentosas islas de Albión, así que no estaría de más que hubiéramos despistado (por Gibraltar, joder) algunas cajas de armas o apoyo financiero para intentar equilibrar las cosas. Ya, ya. Era una dictadura. Qué feo haríamos. Pero otras naciones europeas entregan a déspotas de medio mundo pa$ta y armas, y salvo se lo afeen en no sé dónde, la cosa enseguida se olvida. El paradigma: las actuaciones estadounidenses y apoyo a sujetos muy execrables. ¿Pasa algo luego?]

La novela, sin embargo, es un triángulo amoroso entre un oficial SAS británico, su ex esposa medio gala y un piloto argentino del cual ella se enamora. El clima, previo-ya durante la guerra, obliga a un íntimo contacto de los tres. El inglés, mientras intenta impedir que mercenarios a sueldo de la URSS envíen Exocets a las tropas argentinas, descubre un impresionante complot soviético para desprestigiar tanto a Gran Bretaña como a la OTAN, consolidar la influencia roja en el Cono Sur Americano y crear un desequilibrio de fuerzas favorable a los bolcheviques.

Todo queda, por valor, empeño y suerte, desbaratado. Mas en lo que Higgins intenta incidir, de nuevo, es el lado humano de los participantes. Como ese BRIGADIER FERGUSON al que acabas pillándole ODIO porque es un titiritero sin entrañas. No tiene reparos, moral o escrúpulos, en usar a los peores enemigos de su país si sus siniestras artes pueden beneficiarle. Te preguntas qué clase de conciencia tiene alguien así, que luego discursea sobre la ética, el bienestar común, la Patria, todo eso, cuando puede sacrificar a numerosos leales sujetos por “la causa” sin ningún remordimiento. Tal procede con su hombre del SAS y su ex; los embrolla con una tupida mentira tocándoles la fibra y les arroja al tablero de las conjuras internacionales poniéndose consternado (de pega) si, al final, les torturan y matan en cumplimiento del deber. Sólo cuanto le importa.

Al parecer, esto del cohete era la mejor
forma de publicitar esta novela
Higgins comete contra sí mismo una pequeña traición. Por boca de la mujer, deplora la actitud británica hacia los extranjeros, su educado racismo. Ellos son faro de civilización; todo lo bueno procede de su ejemplo o instrucción. “El nativo” no sabe nada, por plagado de talento que esté. Deplorable, piensa. Mas, después, cuando pinta a los argentinos, les muestra débiles soldados incompetentes, cobardes, frente al abnegado SAS inglés. Los franceses le parecen igual: gente combativa. La sangre no se desmiente, ¿eh, Jack?

Buena novela para sentir asco por todas esas eminencias grises que planean los Secretos de Estado y sus muy opacas actuaciones, y cómo pueden repercutirnos negativamente.