viernes, 24 de abril de 2020

EL MARIACHI — TRÁGICAS CONFUSIONES

El corto que vender para desarrollar una
continuación más ambiciosa, captó el
interés de Hollywood, que le dio su lustre
como el afiche muestra. Un ejemplo de
fe en sí y perseverancia, es este filme.
Hay tantos por ahí llorando que no
quieren "su"
película. Llorar les sale más
barato que trabajar por desarrollar el
proyecto. Hay tanto bujarrón oyéndole... 

La ópera prima de ROBERT RODRÍGUEZ (ése, el que se ha cargado ALITA, ÁNGEL DE COMBATE —aunque no solo—), que costó un pequeño puñado de dólares (un millón de las antiguas pesetas), se concibió como un corto que pudo crecer gracias a la inversión que recibió el director en la clínica donde hizo de cobaya de medicinas experimentales.

Su trama recuerda a la de las dos novelas de EL COYOTE ya comentadas. Empero mientras el protagonista accesorio de esas historias era un rico hacendado mejicano orgulloso de su Linaje español y que detestaba a los nativos que renegaban de esa sangre en sus venas, reconociendo las aportaciones que los hispánicos realizaron al país, aquí es un modesto músico de mariachi itinerante que piensa puede triunfar al considerar que tiene eso que a todos los que estamos metidos en faenas artísticas, de un modo u otro, nos impulsa a perseverar. Talento. Fe. Esperanza. Locura.

Inciden tanto esas novelas como esta cinta en mostrar un Méjico que, cuando no anda revolucionado o bajo intentonas golpistas, la ausencia de una firmeza legal hace de las poblaciones más/menos pequeñas feudos de los narcos. Bueno, quizás exagero. Por estos lares también hay poblaciones que casi lo parecen. Mas, por ahora, centrémonos en el retrato de una nación atormentada por revoluciones y corruptelas que someten a la población, bastante preocupada ya con tan sólo llegar a mañana, a una imagen exterior de desidia, corrupción e ignorancia.

AZUL, un asesino feliz, porque va a ajustar cuentas con un
ODIADO rival. Y en su estuche de guitarra lleva las armas
que colmarán sus anhelos. Lo malo es que...
El joven Mariachi llega a uno de esos pueblos-feudo de un narco anglo. (Las peripecias de dónde salió el elenco de la película son tan sorprendentes como divertidas.) Por desgracia, su herramienta de trabajo, su guitarra, se confunde con la de un rival del narco. Ese vengativo tío viaja por ahí con un estuche de guitarra lleno de armas. Víctima de la equivocación, la vida de este insignificante músico nómada se vuelve desesperada lucha por salvar el pellejo.

Las pretensiones de Rodríguez eran loables. Comprendía que El mariachi carecía de las aparatosas pirotecnias norteamericanas que llenan el cine de acción, pero tenía un algo (la verdad es que sí: descubres el talento —aunado a sus frescas ganas de triunfar— que esconden sus fotogramas “de saldo”) capaz de llamar la atención del entonces pujante mercado del vídeo. La venta airosa de los derechos le permitiría costear una secuela más glamourosa que, a su vez, a más $, le daría la posibilidad de, ¡por fin!, hacer un filme decente. Tenía bien claras las ideas Rodríguez.

...se "cruza" con este inocente músico itinerante que sólo desea
vivir de su talento, ¡y acaba convertido en
THE PUNISHER
mejicano al marrarle las drogas la existencia que soñaba!
Procedían de su experiencia en el vídeo. Sabía hasta dónde podía llegar con según qué. A falta de los créditos para entrar en la escuela de cine, comprendió que lo que debía hacer era demostrar que la pasión y el talento pueden suplir un título universitario que, en el mejor caso, pueden permitir ser un nombre técnico más en una anodina comedia. Para eso, ¿tanto estudiar? ¿Y tus aspiraciones de ser el nuevo $TEVEN $PIELBERG?

Como los Conquistadores, Rodríguez fía todo a su aptitud y la audacia del proyecto. Fors Fortuna lo acompañó, eso pienso jamás lo ha negado, porque otros tantos se han visto como él y siguen ignotos. KEVIN SMITH fue otro afortunado. Aun QUENTIN TARANTINO. O SAM RAIMI. Hasta GEORGE MILLER venía del “cine barato”. Lo que les une, y diferencia de otros, suerte aparte, es la capacidad. La percepción palpable de que ese tío ofrece continua calidad.

El "aire tercermundista" de los narcos de la película encaja,
sin embargo, con los ejemplos que todos podemos conocer
Se les oponen los mamarrachos quejicas que se creen "cineastas" por haber visto dos millones de veces LA GUERRA DE LAS GALAXIAS. Esos bujarrones van con sus ínfulas a los sitios, con unos humos que no veas, vendiéndose como genios cuando son envidiosa pura mierda poligonera. Desdeñan El mariachi por “ser cutre”, sin reparar qué sacrificio y esfuerzo supuso… al ser demasiado cobardes para asumirlos por “su” película.