viernes, 19 de junio de 2020

LA CONQUISTA DEL OESTE — LA HISPANOFOBIA TAMBIÉN ES RACISMO

Afiche foráneo. Como un complejo de
inferioridad, Norteamérica anhela las
vastas y viejas raíces de la historia de
Europa, como su mitología. Las recrea
a modo, cuando no las roba y adapta
a su modo de ser/ser las cosas

Quizás la película PEQUEÑO GRAN HOMBRE complementara la reseña de DARE; a modo, guardan similitudes. Empero, la novela de PHILIP JOSÉ FARMER trata otro tema (el colonialista hombre bianco triunfa sobre las razas bárbaras de allá donde lleva la religión, cultura, política, industria y economía bianca) que merece igual atención. Aun así, ambas cintas guardan concordancias entre sí a su vez.

Recuerda: en Dare, un puñado de terranos abducidos y llevados al planeta en torno a Tau Ceti intenta recomponer nuestra Sociedad, desde sus idiosincrasias nativas, en un entorno semisalvaje al cual quiere domar a desdén de los nativos, quienes en su momento fueron víctimas de la erótica del poder de la HITECH. Arrasaron su mundo. Ahora optan por sistemas políticos ecolorreligiosos-matriarcalnudistas, buscando la Gran Armonía con la Madre Tierra que desarrolla los espíritus, más que el intelecto. O las máquinas.

La conquista del Oeste va de eso: varios colonos, abducidos por la erótica de las lejanas tierras llenas de ignotas aunque abundantes riquezas minerales o metálicas, sin escrúpulos avanzan Avanzan AVANZAN por las graves planicies norteamericanas, despojando a los nativos de sus tierras y recursos. Les embroman con tratados que rompen sistemáticamente. Montan un genocidio encubierto de Destino Manifiesto y describen al pielrroja con todo apelativo despectivo. Los masacran tanto de hambre como a tiros, encerrándoles en reservas que son miserables guettos, o gulags, donde los degradan prohibiéndoles la transmisión de su cultura, “blanqueándolos” cuanto pueden, siempre atisbados desde la excluyente superioridad protestante-puritana-creacionista.

El Nuevo Mundo tiene, empero, Viejos Ocupantes. Mientras
los Pobladores españoles intentaron integrar a los nativos,
donándoles nuestra Cultura, que a su manera los indios
adaptaron a sus ritos, los anglos se limitaron a
exterminar a los pielesroja. Y no problemo, baby
Cuanto cuenta Farmer en Dare. Los nativos son nudistas; los terranos quieren vestirlos. Tienen ricas tierras. Los colonos planean arrebatárselas mediante genocidio. Desprecian la propiedad ancestral del aborigen. Es destino manifiesto bianco quitárselo todo porque… es destino manifiesto protestante-puritano-creacionista.

La conquista del Oeste es una ILÍADA norteamericana de hombres biancos y sus familias que busca insuflar al espectador patrio una grandeza orgullosa por sus logros sin reparar en los medios, o cómo se obtuvieron. Un garabato sobre la Guerra Civil, algo contra los mejicanos, siempre bajo el estandarte de la laboriosidad calvinista carente de reparos morales al destruir indios a mansalva. ¡Estamos de cruzada! ¿Van a pararnos salvajes en cueros? La electricidad protege los flancos, cuando falta el Séptimo de Caballería.

Un poderoso aliado ayuda a la Gesta del Destino Manifiesto.
Tecnología. A grandes retos, las grandes soluciones de un
gran país con sus negras sombras también
Los estadounidenses no ven esto inmoral. Un vistazo a su cine, de esta época, muestra cómo humillan al indio de forma vergonzosa. Cualquier colono bianco vale por mil indios. Quitarles las Black Hills cuajadas de oro: destino manifiesto. Emprender un progrom por lo del Séptimo de Caballería: justificadísimo. La bandera barrada cuajada de estrellas contempla vuestro arrojo y presume de él.

Mas la culpabilidad debe corroerles porque no dudan en considerar la conquista de Iberoamérica por los Reinos de España o Portugal atrocidad innombrable. Casi suerte de Holocausto nazi. Así echan balones fuera. Despistan al crítico. Para eludir sus culpas, emplean y repiten un “argumento” racista (criminalizar a los españoles, tintándonos de genocidas codiciosos). Les sale más barato y, encima, enaltece patrióticamente.

Con audacia, ambición, coraje y tíos en pose
heroica se construyen las naciones. Luego,
se forja la aristocracia que compita con la
tradicional europea. Por cierto: los cowboys

negros contribuyeron a la mítica del Oeste.
En este filme no se ve ni uno. ¿HBO y las
demás cadenas cretinas del antirracismo
repentino excluirán esta película de su 
programación?
España, ante esta vileza, ¿cómo reacciona? Callando. Agacha la otrora orgullosa cerviz. Acepta los crímenes que les imputan los anglos y quizás ni existieron. Sumisa, tolera la hispanofobia (otra forma de racismo) y a quienes la alientan, allá y aquí adentro. Es harto progresista renegar de un pasado cultural y actos propios de su contexto histórico. Italia no se avergüenza del Imperio Romano. Aun saca pecho. ¿Y nosotros? ¡Costeamos charlas a los que nos vejan, para quedar bien ante los hispanófobos de ultramar, o donde sea! 

En cambio, La conquista del Oeste embellece un genocidio encubierto, desarrollado de tal modo que parece un acto grato a Dios y que aún complace a Norteamérica.