viernes, 5 de junio de 2020

BABYLON A.D. — SOBADA ESPERANZA MESIÁNICA

Afiche.  Vegemente contaste de entornos:
del bélico-decadente del protagonista a la
Neon Jack City multicultural de EE.UU.
Y otros manidos tópicos cyberpunk de
esta producción gala basada en libro

El cine francés suele atreverse con los géneros. No refina tanto como el de Estados Unidos, donde sus Majors nos tienen acostumbrados a despliegues de calidad visual y pirotecnias SFX computarizadas que o logran entusiasmar o producir buen disgusto. De los francos importa qué esfuerzo ponen, aunque éste a veces sea tan manirroto como LUC BESSON muestra en sus vehementes películas de acción.

¿Qué pasa en España? Me consta que gente con talento, brío, deseos, hay… oculta bajo mantas de pretenciosos, hedonistas, politicastros, mediocres y nulidades de delicada sensibilidad que, como damiselas de BÉCQUER, lloriquean dolidos alegando les impiden progresar (así ocultan su brutal falta de talento). Alimentan la megalómana teoría de enemigos emboscados por doquier que traban sus (pobrísimos) planes. Entre bujarrones iguales, encuentran el confort de los mimos que éstos les prodigan. (Lo que sólo buscan.)

Nuestro cine se ha tirado, cuando no al terror que mimetiza fórmulas norteamericanas, a copiar las comedias de JENNIFER ANISHTON o SANDRA BULLOCK, o, peor: las de descerebrados gamberros con actores que apenas gruñen un insignificante “diálogo”, ocurrencia cuartelera de taberna, filmados con insalubre desparpajo y regidos por un director que está ahí sólo por tener carnet del Partido. Talento: mínimo-nimio.

TOOROP, el cínico misógino macho-alfa, etc., (lo que
ahora por orden nacionalfeminista debemos aborrecer) en
faena. Hombre de un tiempo caótico y un mundo que se
desploma al faltarle todo soporte razonable
Los europeos, en general, se arriesgan. Conciben algo que promete, o resulta sugerente, como esta película protagonizada por VIN DIESEL, que aprovecha su estela de RIDDICK más que de TORETTO. Ocurre que… los franceses imprimen a sus producciones un sello… inefable… que los estadounidenses procuran eludir. Filman algo extravagante y absurdo. Ejemplo: proporcionar a TOOROP (el cínico misógino macho alfa, que recibe palos como una estera, aunque gane un alma después) un coche anclado a un helicóptero mediante un electroimán. ¿Habría formas mejores de concretar esa escena?

¿Qué tal la habitual/manida de dejar las llaves en el contacto y circular por las carreteras de pesadilla de esta distopía centrada sobre todo en Rusia, mostrando la acelerada descomposición del komunismo (dando metraje, creando drama), pues la mascarada de democracia que se supone ahora disfrutan es sólo oropel para que, en Occidente, nos sintamos más tranquilos con el vecino Oso Ruso? Ese gigantesco país ha camuflado los kuadros komunistas por los del krimen organizado, fluctuando sinergia con el Kremlin, lo cual hace que, renqueando, la superpotencia funcione. Vendiendo chatarra militar, novias-por-catálogo, alojando multitud de servidores pornográficos de internet. Baby-lon AD bosqueja convincente esa entropía colosal, que ha convertido las ciudades en Soguettos. Violentos buscavidas y traficantes de todo reinan en esa acracia multicultural.

La Virgen de Probeta y su guardaespaldas monjil. La
que debe proteger al recipiente de los LUKE y LEIA
que deben traer el equilibrio a la Fuerza de esta
turbulencia  futurista. La verdad,
MICHELLE YEOH no sé qué hace en esta película.
Su interpretación es bastante... apéndice
Así, a Toorop le encargan escolte a una muchacha a los Estados Unidos Tecnocráticos. Babylon AD busca ‘romper’ con las distopías gibsonianas al uso metiendo un interesante e inquietante elemento religioso (pienso somera crítica a la gente “iluminada” y sin escrúpulos que abusan del miedo humano al Más Allá, erigiendo una secta para triunfar). AURORA resulta sólo la vaina, moderna VIRGEN MIRIAM de Probeta, que porta en su seno inmaculado a ¿nuestros salvadores? (Imposible salvarnos.) Creados en laboratorio (¿tal hizo Dios con JESÚS?), son inseminados híbridos de las más avanzadas tecnologías artificiales computarizadas imbricadas en tejido vivo. Se sugieren enlaces entre dos razas: la pujante de las IA y la decadente humana. Recuerda una elegante versión de MODERAN, mas con la ilusión de que auxiliarán a este pobre mundo, no lo arrasarán.

Lo destacable de una cinta que sobrevuela lo mediocre es, repito, que bruñe un arrojo lleno de orgullo patrio por destacar, competir, con producciones foráneas. España está en el parvulario tanto en democracia como en generar proyectos ambiciosos. La amenaza fantasma del cine de recreación narcisokomunista de la Guerra Civil, contada por un niño (una larva progre), está latente en las bobinas de película virgen que malgastarán en comedietas tontas, bufonadas bordes, o chillón terror de buhardilla. Triste desperdicio.