jueves, 10 de septiembre de 2020

EXCALIBUR — LA TIERRA SIN REY: RUINA

Afiche. De momento, película
insuperable. Deja en el público
duradera impresión de brujería
y batallas que dignifica al mito
sobre el que filman

Obviando lo de que JOHN BOORMAN y ROSPO PALLENBEG se basaron en LA MUERTE DE ARTURO de SIR THOMAS MALORY, preciso que el cineasta inglés despliega no obstante una vigorosa obra visual, audaz, revolucionaria, que entusiasma y captura desde casi el principio. La partitura de WAGNER resalta la crudeza o corpulencia de un relato sobre caballeros ‘medievales’ acorazados (con armaduras de siglos después) y una brumosa magia cuyas raíces proceden de mitos celtas, o aún más antiguos, fábulas sobre el esplendor, la decadencia, como castigo de NÉMESIS, y posterior regeneración.

Atacaron Excalibur por no ser “exacta” a la Historia. Cojonudo. Estimando que el mítico rex quondam, rex futurun yacente en Avalon está en entredicho, que si fue personaje ficticio, un remedo de CUCHULAIN, o un capitán de caballería romano, o alguien que, por accidente, cometió un heroísmo notable y coronaron su memoria “legendificándolo” así, decir la carajotada de “Historia” ya demuestra la base intelectual del crítico.

Boorman alegó que filmó al personaje épico de hazañas fantabulosas que le ¡ensalzan!, porque sólo lo de EL CABALLERO VERDE, o la demanda del Grial, ya tiene su miga, como para que hablen de “la Historia”. Y, aferrado a esa premisa, rueda el mejor monumento visual sobre la Tabla Redonda y sus esforzados Caballeros nunca hecho, o hasta ahora. (Aunque esté ese precedente de LA GUERRA DE LAS GALAXIAS…)

Un joven e ingenuo ARTURO, quien
ignora su ascendencia, a punto de hacer
un gesto simple empero cargado de
responsabilidad y presagio
Podemos evocar, por ejemplo, EL PRÍNCIPE VALIENTE, “contemporáneo” de ese entorno de lánguidas damiselas y castos caballeros enfrascados en temerarias empresas, donde dibujan a Arturo como un REY BALTASAR, o al REY DE OROS de nuestra baraja. Poca variedad ofrece la semblanza de Arturo. Es un venerable monarca, imbuido de justicia, bondad y nobleza, que inspira a cuantos le rodean a imitarle. Atrajo a la flor y nata de la hombría, la generosidad y la caballerosidad. Es imagen intocable, maniquea, de cartón piedra andante-parlante, cuando no lo instalan en el trono, desde donde truena sentencias, consejos o admoniciones. No es joven guerrero audaz; otros pelean ya por él.

Boorman decide mostrar la íntima “suciedad” pagana que preña al mito artúrico, concebido empero con fin ejemplarizante. Empieza con UTHER, quien engendra al niño al sufrir vehemente espasmo de lujuria, embaucando a modo para que acceda a su petición a MERLIN (un Merlin soberbio, por cierto, lejos también del “canon” que del enigmático druida hay, encarnado por NICOL WILLIAMSON). Merlin tiene visión de futuro. Atisba esperanzas en Arturo. Enlaza la prosperidad de la tierra sufriente con el vigor del rey. Entronca así la milenaria tradición de fecunda fortaleza entre el país y el hombre. 

Dos caras de la misma ciencia arcana. El
leal druida MERLIN, y MORGANA, bruja
hermanastra del rey Arturo, arquitecta de
su Ragnarok, mediante MORDRED.
(¿Veis algo curioso en los nombres? ¿Como
por cuál letra empiezan?)

Antaño decían que al rey lo elegía Dios. Arturo es el paradigma: lo designan las potencias arcanas que invoca Merlin, fuerzas que harán de Dios en su drama. Que Arturo traicionará al abrazar el cristianismo. ¿Sobre qué rompe Excalibur, forjada al estilo de Mjolnir? Sobre el cáliz cristiano del peto de LANZAROTE. Sigul de cuán débiles están esas abstracciones ya, caracterizadas en las armaduras negras, no argénteas, como la de Lanzarote. (Y curioso, dada la similitud entre el Grial y el Caldero de Sangre celta.)

Ilegítimo que ocupa el trono al extraer Excalibur de la roca, herencia y fuente de poder y designación. Luego, aconsejado derecho por Merlin, levanta Camelot, copia de Valhalla, y concibe su ruina sin remedio, que acelerará la rencorosa MORGANA (otra Morgana singular, que hace HELEN MIRREN) mediante el fruto de su incesto: MORDRED.

Boorman embroma con los caballeros blindados, la bélica puesta en escena en paisajes neblinosos o profundos bosques milenarios, desviando la atención de la bastarda ruindad que carcome a Camelot. Lanzarote, superhéroe de la caballería, comete adulterio con GINEBRA, sellando ambos el destino de esa era maravillosa. Boorman, lo que pone en pantalla también es el Ragnarok. Los dioses de Asgard conocen su Apoqueclipse. Arturo supo del suyo. Debe someterse al oscuro designio. Le queda una esperanza, que deposita en Excalibur: el retorno a ese próspero esplendor, imperecedero esta vez.