Otro rumboso afiche embustero. La esperpéntica cinta apenas está a la altura de la ilustración |
En los créditos leemos: director MARTIN
DOLMAN, empero esto hiede desde aquí a ENZO CASTELLARI. Sospecho usó pseudónimo para no “saturar”
los cines con tantos destellos de su
“genialidad”. En todo caso, y sea quien sea el regidor, la cosa tira por ahí: pestilente
artefacto con cierta inver$ión que mal “imita” blockbusters como MAD MAX.
Trama: veinte años del fin de la Guerra
Mundial Terminal. Todo es un ruinoso vertedero radiactivo. Jinetes macarras
euroasiáticos (me parece) intentan conquistar Estados Unidos vistiendo
uniformes negros y capas estilo planeta Mongo, apiolándose a cuanto neoyorkino
con escaras de mutación encuentran (y eso que hacían experimentos genéticos con
ellos.) Gesticulan prepotentes líderes (pésimas actuaciones en general), hablan
de la esterilidad de la raza humana, presionan a un guapetón punk que vive por los secarrales olvidados
por Dios de hacer justas mecánicas estilo LA
CARRERA DE LA MUERTE DEL AÑO 2000 (más que con bugas tuneados Mad Max) para
que busque, sin pistas encima, en Manhattan, a la última/única mujer fértil capaz
de brindar vástagos a la Humanidad… que reiniciará sistemas en Alfa de
Centauro. ¿Será por imaginar?
Las calenturientas ocurrencias de los
máximos responsables de esta estrafalaria historia, que saquean a saco 1997…
RESCATE EN NUEVA YORK,
dando aspecto de presuntuoso intento de enmendarle la plana a JOHN CARPENTER
incluso, encuentran por doquier forzados “motivos” para culminar un relato que,
mejor dirigido, hubiera convencido. Posee ciertos posibles. Es incluso
atractivo. Cuenta con algún matiz sugerente.
Estos tíos en plan LADY HALCÓN intentan dominar la Tierra. Les reflanfinfa que haya radiaciones por doquier. Mirad que saludables están sus monturas |
¿Qué ocurre? Estos inútiles la mandan al carajo mediante delirantes enfrentamientos caóticos mal coreografiados con estrambóticos fantoches y maquillajes punk que “realza” un vestuario de saldo que quieren pensemos así visten desesperados supervivientes en la colosal escombrera radiactiva de Nueva York. Para más calvario: las actuaciones son desdeñables, no sólo deleznables, producto de situaciones llenas de ampulosos absurdos que deslucen cuanto trabajo positivo todavía podamos encontrarle.
La historia promete, explotando estas
premisas: lo desagradable, lo sencillo, lo directo. Eso exhiben las cintas
citadas antes, aparte de ofrecer mucha mayor eficiencia por parte del equipo,
tanto actoral, como técnico, como de regidores, cuya visión está muy enfocada
en objetivos claros, estándares de productividad y decente espectáculo.
Este menda lerenda es el (anti)héroe solar que lo puede todo. Va presumiendo por ahí de que es como PLISSKEN. Las ganas |
Eso desprecia esta coproducción italo-gala,
si leí bien los créditos. Sólo les interesa plasmar una macarrada
desproporcionada destinada a un público que tanto le da ver esto como el parte
del tiempo, porque su nivel de exigencia es mínimo-nimio. Es casi un delito perpetrado
conscientemente, un insulto velado, curiosamente, contra el espectador al que
esperan solazar con este artefacto, aprovechándose de su rudimentario criterio.
Plantean: te consideramos tal mierda que
tragarás esta porquería y, encima, querrás más. Ignoramos por qué masoquista
instinto del espectáculo, mas exigirás otra ronda de basura. Dan al héroe un nombre rimbombante con resonancias épicas
(PARSIFAL) y le lanzan un manojo de enanos, inefables enemigos, comerratas y
falsos caníbales, según profiere inmensas cagadas ‘literarias’, así como entona
una última y difusa amenaza contra el mandamás que le ha metido en apuros,
quien nada tenía con qué presionarle para aceptar esta misión, por cierto.
"Por allí se sale de esta porquería de peli, tía", indica el (anti)héroe. Y de vuestra carrera en el cine, pienso. Esta cinta no permitió luciros |
Un equipo consciente de su responsabilidad con su propia integridad le hubiera dejado en la Tierra, decisión tomada motu proprio incluso. Comprendiendo inician algo mejor allende las estrellas, que pertenece a un agotado sistema pernicioso distinto, no lo necesitan donde piensan rehacerlo todo con esperanza de un pacífico prometedor futuro.
Patateros como “Dolman” & Cía hacen lo opuesto. Si hay valores en esta cinta, como en las parecidas que ya reseñé, es su contenido de buenas ideas desperdiciadas con insana generosidad. Merecen atesorarse, cuan semillas, para procurar darles más decoroso escenario. No obstante, amantes de las pelis malas: paladeadla.