Que la portada de la edición de MARTÍNEZ ROCA haga guiños a la ENTERPRISE lo justifica el modo de viajar por el espacio de estos legionarios |
No desvelo a quienes hayan leído este
clásico de JACK WILLIAMSOM cuánto debe a LOS
TRES MOSQUETEROS aunque en el espacio. GILES HABIBULA te infla las pelotas
pese a que, al principio, sus ‘quejiqueríos’ tienen “su aquél”, le brindan un
carácter que, empero, sus continuos/laboriosos lamentos acaban hastiándote.
¡Puñetero borracho!
Al contraste, los demás participantes son
planos, con algunos rasgos físicos o de carácter, mas según avanza la narración
descubres cuán huecos están. Parecen de cartón piedra. Sin psicología. Éste es
fuerte. Aquél, estoico. JOHN ULNAR, luego John STAR, protagoniza. El de allá,
traidor. A este maduro, lo flagelan los remordimientos. Pero ¿discurso interno?
Mínimo-nimio, no sea que tronche algo en una evasión no tan violenta como
plenamente aventurera (uno de sus aciertos), contagiada de las hedonistas andanzas
de JOHN CARTER, a quien también debe recursos.
La novela recoge la transcripción que
realiza un moribundo con la facultad de recordar el futuro. Su médico,
simpatizando con el peculiar enfermo, se hace su albacea literario, publicando
las historias del siglo XXX; relata al común de los mortales las revelaciones
sobre una época sombría debido a una invasión extraterrena que amenaza con
erradicar del todo/completamente a la Humanidad del Universo.
JACK WILLIAMSON dibujado; uno de los pioneros del género que no vacilaba en usar técnicas del pulp para expresarse |
John Carter va dejando trazas de su vida barsoomiana mediante un pariente que es quien describe sus constantes y aparatosos lances caballerescos en el moribundo planeta rojo. Un segmento significativo de esta novela transcurre en Marte, donde reside, entre los escombros de una fortificación abandonada, la encantadora ALADOREE ANTHAR, un adelanto de LEIA SKYWALKER ORGANA, pues posee un conocimiento importantísimo: el del AKKA, arma de devastación masiva que no debe caer jamás en malas manos. (Leia llevaba la información que destruiría la Estrella de la Muerte. Así… se ensamblan, digo.
Fallo: a persona en conjunto tan vital, sin
embargo no la custodian como correspondería. Los Tres Mosqueteros (encima,
gente más cerca de la jubilación que del vigoroso esplendor físicobélico de
RAMBO) la protegen. ¿Lo suyo no habría sido alojarla en un castillo
inexpugnable y todo eso? Pues, no. En la escombrera remota marciana.
Así ocurre su secuestro, dando por tanto
pie a la construcción de una novela que, he leído, fue el germen de LOS GUARDIANES DE LA GALAXIA. Bueno: me
cuesta verlo. Me abalancé a leerla pensando: Puede que Williamson visionara ya los
personajes del TBO clásico: el tío bajito joviano; el vidrieras; el arquero
azul; el mariquita volador; el capullo de VANCE ASTRO. Nada. Gente
corriente-y-moliente que, encima, combate en un tenebroso planeta el triple
mayor que la Tierra (¿con tres, o más, veces nuestra gravedad? Porque eso no se
relata; otro fallo), respirando un veneno letal durante ¡meses!
Los defectos de La Legión del Espacio (idea que ROBERT A. HEINLEIN perfecciona en TROPAS DEL ESPACIO) solapan sus
aciertos. Primero: no tiene elevadas pretensiones moralistas, en plan FUNDACIÓN. Acierta, ya en 1947, al afirmar que
Plutón tiene una luna (cosa descubierta más adelante), así como que el planeta
en torno a una enana roja tiene su vegetación negra, o de matices muy oscuros. Para
atrapar el calor. ¿Qué falla?Y lo que pienso se equivocan al
decir que este serial ilustrado se
inspira en esta novela. Salvo por
el número de protagonistas, no
hay más parecido
No hay robots en tan avanzada época de viajes supraluz. Un mundo que orbita una enana roja no rota sobre su eje. Si destruyes nuestra Luna, arrasas la Tierra. El final de la novela es súbito Deux Ex Machina, procurando cerrarla con el happy end que corone el idilio entre John Star y Aladoree. Las defensas terranas no pueden caer con la facilidad como Williamson describe, pese al poderío mecánico-metálico del invasor, LOS MEDUSAS. Y estos son varios de sus defectos principales.
Mas, en resumen: La Legión del Espacio es novela simpática estropeada por un secundario quejica, envuelta del pulp más refinado, aunque carente de sus superhombres. Salen abnegados demócratas que cruzan nuestro Sistema Solar como quien va al mercado. Oh, ¡esa ingenua fantasía del pasado…!