Algo de pícara sensualidad y calor en estas fechas, que espero celebremos sin sustos ni tampoco sobresaltos |
…os deseo, confiando que 2022 sea mucho más
venturoso, prometedor y pacífico que el expirante 2021.
Por estas fechas de 2020, las perspectivas para
2021 eran más inciertas y aciagas que las del inminente 2022, aunque en líneas
generales seguimos hablando de contagios, prevenciones, precauciones y
matizaciones que oscurecen un poco más ese horizonte que, en verano, decían se
abriría espléndido, puerta a incontables parabienes que han acabado naufragando.
Sé que, siendo este texto el de la postal
navideña, es inadecuado mencionar esos temas. Debería ceñirme al usual mensaje de
concordia, pax y buenos deseos, de luminosas esperanzas a cumplir en breve.
Empero estamos asediados por una opaca actualidad que, por mucho que intentemos
esquivarla, sigue presionando nuestra realidad.
Por tanto, apelemos al Benéfico Espíritu de
la Navidad (no sea envíe en represalia tres inquietantes fantasmas cargados de
temibles visiones, como en el —ahora olvidado— clásico de CHARLES DICKENS) para
que encarrile las cosas y regale un atisbo de la vital recuperación hacia
mejores perspectivas que tanto necesitamos, la cual a partir de ese momento acabe
consolidándose.
PD.-
[Reconozco cuán feo es hacer esta observación, pero las felicito mientras puedo, porque en 2022 igual deciden que, como durante el Régimen celebraban las Navidades, las prohíben por franquistas. Que, esto, aún podemos vivirlo, verlo, sobresaltarnos.]