De forma sin duda subconsciente, los responsables de esta veterana serie tan afamada estaban ayudando a consolidar la tiranía tras el Telón de Acero cuyos tentáculos están oprimiendo España actualmente |
Las grandes sagas, o aun personajes, nos
han acostumbrado a las frases épicas lapidarias o con carga filosófica. Star Trek retumba en las de “las
necesidades de muchos, o aun las de unos pocos, superan a las de uno” y: “pax y
larga próspera vida”; STAR WARS se
inmortaliza con las de: “La Fuerza te acompañe”, o: “Es inevitable. Es tu
destino”; MAD MAX tiene las de “Sólo
vine por la gasolina”, o: “¡Dos hombres entran, uno sale!”. THE TERMINATOR: “Ven conmigo si quieres
vivir”, o el célebre “Volveré”. Abundan los paradigmas. Empero quedó claro el
concepto, ¿verdad?
Bien. ¡Al meollo! Hace poco, leí un
artículo sobre cierta político (conviene así escribirlo, pues si consignara “cierta
política” entrañaría ambigüedad. Se entendería hablaría de una directriz, no de alguien; pasa igual con lo de “música”. Una mujer que
se dedique a esta disciplina artística hace mal diciendo “soy música”. No: eres
MÚSICO. La música es el Arte) que,
con hueras grandilocuencias, aspira a convertirse en la dictator total de España. Pretende imponernos fórmulas totalitarias,
entre las que despunta la anulación del individuo, mutándolo en el/la
trabajador/a, figura informe, sin rasgos, integrada en una anónima amalgama de ‘iguales’
que prohíben destacar.
Fue súbito flash: apenas acabé de leer esa frase, la de Star Trek citada primero inundó mi mente. Encadenó sugestivas
referencias a la ideología trekkie de
su federado mundo futuro: Sociedad vegana e inclusiva, igualdad de géneros, ausencia de la propiedad, abolición del dinero
(lo cual significa que el Estado controla e interviene toda economía, pública y
privada, dependiendo tu bienestar de su merced), integración en un sistema cuya
única motivación es crear una pancomunidad cósmica homogénea, compuesta por todos los seres vivientes/sentientes
de la Galaxia… sin héroes. Una Sociedad-Colmena, donde quien dictó la ley formó
la trampa para que algunos despunten so pretexto de que deben gobernar, sobrevolando todas las normas. Entre esos trekkies, como entre los comunistas, habrá unos “más iguales” que otros.
Así, la tripulación de la Enterprise está incluida en un engranaje militar de expansión y adoctrinamiento disimulado de investigación. Uno pilota, otra recibe telegramas del espacio, aquél investiga, el capitán lidera. Mas empeñan toda esa energía en crear un UNIFORMADO colectivo anónimo intergaláctico, multicultural/inclusivo-sin raíces, o sin señas de identidad, con lo cual educas un manipulable ente carente de referencias étnicas o culturales autóctonas. Un acrítico sujeto-veleta, que gira al viento que sople desde el Poder, o quien lo ostente. Especializado en el orwelliano doblepensar, además.
[Cuando
pones uniformes —o etiquetas— ya no ves individuos, o personas. Sólo un
colectivo del mismo color que comparte afanes.]
GENE RODDENBERRY, en algún momento (si no
él, los productores), debió advertir que el futuro asimoviano medio perfilado de la serie tenía
demasiadas concordancias con el comunismo. El individuo se jode porque sus problemas son purria
comparados con los del colectivo (muy bonito, mientras tú no seas ese uno fastidiado). Por tanto, convirtió
a JAMES TIBERIUS KIRK (quizás más manejable que la capitana que, originalmente,
comandaría la Enterprise) en un individualista
rebelde siempre al borde del consejo de guerra por tomar decisiones al margen
del colectivo.
¿No es esa el ánima de Star Trek, cualquiera sea la saga? Para hacer su santa voluntad, uno,
o varios uniformados, desobedecen la norma, situándose en Modo Consejo De
Guerra, del cual escapan sin embargo bien librados, o acabó la serie.
Incluyo esta espléndida pintura de DREW STRUZAN (¡aclamad al ilustrador!) por alegrarnos, al menos, la vista con su colorido |
Kirk encarnaría el espíritu individualista
del norteamericano (ejemplificado en el pistolero, o cowboy, por romanticismo; en lo práctico: el empresarial BILL GATES
de turno) alejando las sospechas del FBI de simpatizar con la Amenaza Roja, Dictadura del Pueblo que suprime al individuo/individualista
por disonante, y donde se somete y/o regula el pensamiento, la intimidad y la
conducta privada del ciudadano “por su bien”.
Sin embargo, era tarde. La doctrina estaba
fijada; cambiarla suponía sacrificar la esencia de la saga. Las necesidades de muchos… preámbulo del adoctrinamiento comunista
de Star Trek. Comunismo que invade
nuestras viviendas cómodamente, al engañar con un relato del escapista-individualista
que desafía la disciplina colectivista. Por desgracia, el “los problemas de uno
son nada”, etc., os delata, trekkies.
Esto explica el éxito freakie-trekkie: es un colectivo-colmena, sin personalidad, frente al más levantisco warsie (al menos, el previo a la inclusiva Trilogía Patética), que puede decantarse al Reverso Tenebroso si lo desea, y donde el sujeto cuenta. Se le considera. No como en Star Trek, donde le aglutina, absorbe, disuelve, “por su bien”.