viernes, 17 de diciembre de 2021

LA CONEXIÓN CÓSMICO — O EL INGENUO OPTIMISMO DE CARL SAGAN

 

Una de las tantas portadas de
este libro. Por su contexto 
científico (astronómico, aunque
no en exclusivo), no sé cuánto de
desfasado ha quedado, pese a
que lo principal es especulativo

Considero que este texto divulgativo de Sagan es borrador de lo que luego fue la serie documental COSMOS, de tanta repercusión en su momento. Procedente de 1973, aunque su redacción empezó en Década 60, procura ser compendio de los prodigiosos avances en ciencia y astronomía, astrofísica, de por entonces. La misión Mariner había alcanzado Marte con más éxito del esperado, e iba mostrando pasmosas imágenes de un planeta sobre el que sabíamos mucho por las audacias fetish de JOHN CARTER (o su potencia militar descrita por H.G. WELLS), y algunos otros escritores, empero apenas nada de la realidad de la esfera rojiza.

Sospecho que muchos de sus datos “técnicos” están, o desfasados, o corregidos. Pueden, aun así, servir de orientación para indicar por dónde empezar a buscar para actualizar o ampliar noticias. Uno de los más peculiares, referente a Marte, es que posiblemente atraviese una era glacial. De milenios de duración. Al parecer, el apunte es exacto, no mera especulación. Han ido cartografiado recientemente evidencias que lo indican.

Puede, por tanto, el siglo que viene (o a mediados de éste, pongamos fantasiosos) ver cómo manchas de verde crecen mientras el agua circula por los actuales helados desiertos del planeta rojo. Nada alentadora es la situación para Venus, sin embargo. Tórrido total.

Mas lo que más he destacado del texto es el optimismo como Sagan se refería a diversas cuestiones, como ausente de la procelosa Guerra Fría de entonces. Contemplaba una Humanidad, próxima en el tiempo, unida por el reto de la exploración del Sistema Solar, luego más allá de

(la Cúpula del Trueno)

El autor, CARL SAGAN, en una foto
un tanto de cine
noir. Sus esfuerzos
por salvarnos de la guerra nuclear no
creo hayan sido suficientemente
reconocidos

Orión, hacia Alfa Centauro, y asimismo cohesionada en la conquista de desafíos técnicos, científicos, morales, ecológicos, para conseguir ese Gran Planeta Tierra Trekkie a lo SAN ISAAC ASIMOV fundacional. Descubres cuán simpáticamente ingenuo el doctor estaba mostrándose, pese a que la guerra termonuclear podía desatarse la semana siguiente de especulado eso. Parece un desesperado deseo de fraternidad en una época de cohetes nucleares tan devastadores como armas de MODERAN.

Dos detalles más. Uno: Sagan censura las chuminadas feministas. Al parecer, criticaron que la figura femenina del disco de Pioneer 10 no mostrara sus “atributos sexuales”, considerándolo ofensivo desprecio. Sagan respondió que se trataba de enviar un mensaje, no hacer un concurso de talentos genitales. Centrémonos en lo importante.

Dos: la ecología. Ese gran GRAN tema actual (junto con el del Apagón) que tiene a tantos TANTOS fariseos brincando por doquier, fraguando lobby$ especulativo$ para enriquecer a unas pocas selectas mafias con el beneplácito de Gobiernos apoquinados, peleles, cobardes, incapaces de plantarse ante los abusos retóricos de una niñata chillona y su banda hampona para hacer como Sagan: callarla para centrarse en lo importante. Se pliegan al dominio de ese súcubo, para que les viole por el culo cuando quiera.

Su obra divulgativa más famosa... 
hace décadas. Su fuerte impacto
televisivo nos mostró una maravilla:
nuestro Universo, y la milagrosa
circunstancia de que existamos


Sagan ya alertaba sobre muchas de estas complicaciones que hoy día nos avinagran los almuerzos. Si se hubieran empezado a tomar medidas que ahora, despóticas, quieren imponernos, otra historia podríamos vivir. Mas había intere$e$ de por medio y, seamos francos, los representantes de la “conciencia ecológica” no eran los más idóneos: hippies zarrapastrosos medio drogados que no inspiraban ninguna confianza. En una época en que contaba la apariencia, no consiguieron transmitir al populux la necesidad de efectuar ciertos cambios en nuestras costumbres de consumo. Sino que eran agentes de la URSS camuflados de ahumados perezosos.

Me induce desprecio ver que esta Zoociedad oportunista, endeble, voluble, venere a una niñata chillona sin titulación ninguna, manipuladora que oculta siniestros intereses económicos personales, mientras ignora, o desprecia, a expertos armados de datos como Sagan. Frustra. La importancia de este texto, con su especulación sobre lo complicado del contacto con Civilizaciones estelares, reposa en la curiosidad científica que supone, así como que varias de sus “predicciones” siguen teniendo vigencia tantos años después.