Una de las tantas portadas de este libro. Por su contexto científico (astronómico, aunque no en exclusivo), no sé cuánto de desfasado ha quedado, pese a que lo principal es especulativo |
Considero que este texto divulgativo de
Sagan es borrador de lo que luego fue la serie documental COSMOS, de tanta repercusión en su momento. Procedente de 1973,
aunque su redacción empezó en Década 60, procura ser compendio de los
prodigiosos avances en ciencia y astronomía, astrofísica, de por entonces. La
misión Mariner había alcanzado Marte
con más éxito del esperado, e iba mostrando pasmosas imágenes de un planeta
sobre el que sabíamos mucho por las audacias fetish de JOHN CARTER (o su potencia militar descrita por H.G.
WELLS), y algunos otros escritores, empero apenas nada de la realidad de la
esfera rojiza.
Sospecho que muchos de sus datos “técnicos”
están, o desfasados, o corregidos. Pueden, aun así, servir de orientación para indicar
por dónde empezar a buscar para actualizar o ampliar noticias. Uno de los más peculiares,
referente a Marte, es que posiblemente atraviese una era glacial. De milenios
de duración. Al parecer, el apunte es exacto, no mera especulación. Han ido
cartografiado recientemente evidencias que lo indican.
Puede, por tanto, el siglo que viene (o a
mediados de éste, pongamos fantasiosos) ver cómo manchas de verde crecen
mientras el agua circula por los actuales helados desiertos del planeta rojo. Nada
alentadora es la situación para Venus, sin embargo. Tórrido total.
Mas lo que más he destacado del texto es el
optimismo como Sagan se refería a diversas cuestiones, como ausente de la
procelosa Guerra Fría de entonces. Contemplaba una Humanidad, próxima en el
tiempo, unida por el reto de la exploración del Sistema Solar, luego más allá de
(la Cúpula del Trueno)
El autor, CARL SAGAN, en una foto un tanto de cine noir. Sus esfuerzos por salvarnos de la guerra nuclear no creo hayan sido suficientemente reconocidos |
Orión, hacia Alfa Centauro, y asimismo
cohesionada en la conquista de desafíos técnicos, científicos, morales,
ecológicos, para conseguir ese Gran Planeta Tierra Trekkie a lo SAN ISAAC ASIMOV fundacional. Descubres cuán simpáticamente ingenuo el
doctor estaba mostrándose, pese a que la guerra termonuclear podía desatarse la
semana siguiente de especulado eso. Parece un desesperado deseo de fraternidad
en una época de cohetes nucleares tan devastadores como armas de MODERAN.
Dos detalles más. Uno: Sagan censura las
chuminadas feministas. Al parecer, criticaron que la figura femenina del disco
de Pioneer 10 no mostrara sus
“atributos sexuales”, considerándolo ofensivo desprecio. Sagan respondió que se
trataba de enviar un mensaje, no hacer un concurso de talentos genitales. Centrémonos
en lo importante.
Dos: la ecología. Ese gran GRAN tema actual
(junto con el del Apagón) que tiene a tantos TANTOS fariseos brincando por doquier, fraguando lobby$ especulativo$ para enriquecer a unas pocas selectas mafias con el beneplácito de Gobiernos apoquinados, peleles,
cobardes, incapaces de plantarse ante los abusos retóricos de una niñata chillona y su banda hampona para hacer como Sagan: callarla para centrarse en lo
importante. Se pliegan al dominio de ese súcubo, para que les viole por el culo
cuando quiera.
Su obra divulgativa más famosa... hace décadas. Su fuerte impacto televisivo nos mostró una maravilla: nuestro Universo, y la milagrosa circunstancia de que existamos |
Sagan ya alertaba sobre muchas de estas
complicaciones que hoy día nos avinagran los almuerzos. Si se hubieran empezado
a tomar medidas que ahora, despóticas, quieren imponernos, otra historia
podríamos vivir. Mas había intere$e$ de por medio y, seamos francos, los
representantes de la “conciencia ecológica” no eran los más idóneos: hippies zarrapastrosos medio drogados que
no inspiraban ninguna confianza. En una época en que contaba la apariencia, no
consiguieron transmitir al populux la necesidad de efectuar ciertos cambios en
nuestras costumbres de consumo. Sino que eran agentes de la URSS camuflados de
ahumados perezosos.
Me induce desprecio ver que esta Zoociedad oportunista, endeble, voluble, venere a una niñata chillona sin titulación ninguna, manipuladora que oculta siniestros intereses económicos personales, mientras ignora, o desprecia, a expertos armados de datos como Sagan. Frustra. La importancia de este texto, con su especulación sobre lo complicado del contacto con Civilizaciones estelares, reposa en la curiosidad científica que supone, así como que varias de sus “predicciones” siguen teniendo vigencia tantos años después.