sábado, 14 de enero de 2023

MIAMI VICE (SERIE) — GLAMOUR, CULTUPOP, DROGAS, POLICÍAS

 

El elenco que perduró hasta finarlizar la serie.
Hay remake de 2021, que me da pánico, por
mucho VIN DIESEL que lo produzca, y por
lo MAL que están llevando las actualizaciones;
mucho inclusivismo, mucho homoX, mucha
chuminada, poca sustancia clásico-épica

Renovando a series policíacas características de Década 70 como COLUMBO o STARKY y HUTCH, alternativas a títulos más añejos (IRONSIDE o LOS INTOCABLES), sobre mediados de Década 80 (terremoto cultural que se hace más Más MÁS mítico conforme avanza el siglo XXI, este fétido cenagal de progreextremismos y leyes kanallas) estrenan CORRUPCIÓN EN MIAMI. Esa propuesta persigue a los espectadores dinámicos y jóvenes de entonces. Los embelesa con la BSO que popularizaban las radiofórmulas de ayer (TINA TURNER, PHIL COLLINS, DIRE STRAITS…) junto a una colorista puesta en escena que la diferenciará de la más realista y tétrica HILL STREET BLUES o las macarradas de EL COCHE FANTÁSTICO o THE A-TEAM.

Describir a Miami Vice como un glamouroso TBO que afronta la evolución de tramas y personajes es acertar de lleno. Aun así, debemos diferenciar entre lo que mostraban las dos primeras temporadas (ese vanguardista TBO pop aludido) de la tercera. Aterriza en la serie DICK WOLF y la hace siniestra, opaca. Vale: a cambio, las historias, antes de argumento algo manirroto, de ocurrencia, algunos con elementos de comedia, hasta personajes estrambóticos, ganan en empaque. Los enfoques se hacen adultos, reflexivos.

Esencial trío protagonista; ejemplo de esa 
diversidad étnica que ahora, con desesperación,
intentan impere en toda producción moderna

Empero los momentos molones de SONNY CROCKETT en persecuciones de Ferrari, las motoras desaforadas y el caimán, se pierden. Cosa que seducía de Miami Vice era ese espectáculo, como las fiestas desenfrenadas donde dinero, prostitutas y cocaína, corrían desbocadas, creando la poco errada impresión de un otromundo de invulnerabilidad y vértigo, donde el malo podía escapar a los esfuerzos de los entregados policías por enjaularles, denunciando las carencias de un cínico, abotargado e indolente sistema.

Wolf trastoca a su manera ese mundo. De pronto, Crockett, TUBBS, GINA, TRUDY, SWITED, incluso el hierático TENIENTE CASTILLO (que aparece y domina enseguida tanto la brigada como la serie), se vuelven como THE AVENGERS: salvadores del mundo in extremis; les envuelve una enlutada solemnidad (perceptible en el vestuario de Crockett: oscuro, opuesto a las chaquetas biancas de las previas temporadas) que desaparece cuando MICHAEL MANN “recupera” la saga sobre la cuarta temporada; conjuntando con la “solidez argumental Wolf”, regresan los Ferraris, los saraos, las persecuciones, los personajes estrafalarios, algún episodio humorístico.

Sí-señor: PHIL COLLINS, que había sonado en
previos episodios, junto a uno de los personajes
cómico-esperpénticos que "suavizaban" la saga

La vuelta de Wolf “muestra” que “entendió el mensaje” de qué era, en realidad, Miami Vice: EVASIÓN. OCIO. Fábula de cincuenta minutos en que una realidad de camellos y traficantes escurridizos ante los tribunales, en ese ficticio Miami pagaban sus culpas. No regresan los oscuros, la madurez de los personajes sigue acentuándose, aunque está ese pasmoso episodio en que Gina se lía con un falso ex activista del IRA y ¡le perdona se ventilara en Belfast a bastantes paracaidistas británicos!

¡Tía, es un TERRORISTA sin entrañas! ¿Cómo una veterana policía como tú puede no encontrar repulsivo meterse entre las sábanas con semejante sujeto; no detecta su falso arrepentimiento? Tanto, moralmente hablando, te daba ya arrestar o no a traficantes.

En su serie, STARSKY y HUTCH se apuntaron
un tanto con su buga; SONNY CROCKETT no
podía ser menos; velocidad y música; coca y balas

Otra cosa a destacar de Miami Vice es que fue semillero de prometedoras estrellas del cine hoy día consagradas, como BRUCE WILLIS o LIAM NEESON, aunque puede quien no dude en definirles (junto a otros figurantes) como “viejas glorias” con sutil desprecio.

En esta enloquecida WOKEactualidad debe señalarse que Corrupción en Miami fue pionera en la inclusión-sexual/racial, esa desesperada moda moderna de marrar toda ficción con un repulsivo adoctrinamiento orwelliano. A modo, incluso puso en boga la “pareja interracial”, que, a repentino golpe de memoria, podemos identificar con MEL GIBSON y DANNY GLOVER en ARMA LETAL. A la vista está, lector.

Creo que, quienes de verdad apreciamos la magnitud de la transformación que supuso Corrupción en Miami y cuyo eco todavía reverbera (más atenuado), somos quienes lo vivimos en su estreno. Los otoñales nostálgicos, que admiramos que alguien decidiera apostar, en su momento, por un formato novedoso, polémico, ampliando las fronteras de nuestra evasión hasta nuevos márgenes, que hoy todavía disfrutamos… no sé cuánto más. El neoprogrepuritanismo aprieta.