Desde luego. Puede no ser la película más
bochornosa, o deleznable, de SYLVESTER STALLONE; pero seguro que no le
enorgullece, conviene no recordársela en entrevista. Ni RUTGER HAUER, ni NICOL
WILLIAMSON, pueden ya mostrar ese sonrojo, porque nos abandonaron. Empero, encuestados,
seguro que preferirían cambiar de tema.
Para Hauer debió serle conocido el
argumento cuando rodó el muy poco brillante filme SE BUSCA: VIVO O MUERTO. Repite idea, haciendo dos salvedades.
Mientras que en Se busca (esa especia de secuela de la serie
protagonizada por STEVE MCQUEEN) persigue a un grupo de fanáticos peligrosos
terroristas islámicos (acaso una de las primeras cintas que alertaban sobre el actual
problema), en Halcones de la Noche interpreta al terrorista, uno de esos
personajes sin entrañas a lo JACK HIGGINS, que ha pasado por todas las
organizaciones terroristas de entre los cincuenta hasta los ochenta. Por
supuesto, inevitable citar al IRA, organización que suele gozar (todavía) de la
avenencia de Hollywood.
El paradigma había cambiado según pasó el
tiempo. No hay tanta distancia entre ambas películas, pero los acontecimientos
avanzaron a tal velocidad que el cambio de nacionalidad, u orientación
política, del terrorista, hace sospechar han pasado décadas entre tanto.
Cuando ruedan Halcones el terrorista
era un caucásico más/menos fanático que se formó en el IRA u organizaciones
italianas o alemanas. Un radical izquierdista que quiere imponer la Dictadura
del Trabajador subvencionado por la URSS, que luego de usarlos los tiraba sin
escrúpulos a las balas de la policía, que no querría montar un espectáculo
judicial que acabase con el martirologio del terrorista ante los medios de
prensa, siempre tan progresistas y dispuestos a exculpar a esos asesinos, por
numerosas que sean las víctimas, so pretexto de la progresía, el franquismo, la
represión.
Oye, RAMBO... que me han propuesto para ser empresario en Bespin... ¿Me trae más a cuenta que ser pasma en Nueva York? Tú ¿qué crees? ¿Acepto o pringo aquí? |
Basura hipócrita que hoy se permite incluso aleccionarnos desde las ondas, radiofónicas o hertzianas, y si les recuerdas sus despreciables palabras del pasado, quieren anularte llamándote facha, y, por tanto, enemigo de la Humanidad. Triunfa por aclamación de un populux carente de moralidad.
Mas centrémonos en la película, poco más
que una especie de episodio más duro de THE A-TEAM, por centrarlo
rápido; hay sangre. Muertes. Mutilaciones. Sobre las actuaciones: Hauer acaso aún
tendría un pase; al fin y al cabo, el malo puede permitirse extravagantes
excesos. Stallone encarna a ese tipo de policía obsesivo, en el Nueva York del
DPNY de VINCENT MURANO, empecinado en limpiar las calles empleando todo método
preciso, legal o no. Su compañero apoya su cruzada, aunque de modo cada vez más
pausado. Instándole a tomarse un respiro ocasional, que no descuide su relación
romántica (la perfecta novia rehén, de paso), que afloje la presión contra el
mundo del crimen, porque por muchos delincuentes que enjaule, mañana habrá dos
ocupando ese puesto vacante.
Ojito, COBRA, que soy un Señor del Acero y un Replicante de cagarse patas abajo. Y tú madero semimolón |
Lo importante, en este drama policial antiterrorista, que querría desmitificar a esos asesinos, era señalarle a sus liberales apóstoles que: uno de estos tíos puede poner una bomba que mate, o mutile, a tu hijo, así que no les coloques en un altar con el rollito del politiqueo, los pueblos oprimidos, etc., que no puede haber tal mítica mártir. Ser un pretexto. La verdad es que el circense final, con los rehenes en el teleférico sobre el río, es absurdo. Tal escenario tampoco beneficiaba a los terroristas, porque, por mucho que prediquen de sacrificios y tal, aman sus pellejos sobre todo, para así disfrutar de dos ventajas: repetir sus actos actuales, y gastar el dinero que saquen del asunto. Los terroristas no son extraños arcángeles vengadores de lo que sea: es gente sin entrañas que nunca se arrepiente de sus crímenes. En todo caso: una vez vista, ya está vista.