miércoles, 24 de noviembre de 2010

THE BIG BANG THEORY – ¡HÁGASE LA CUARTA TEMPORADA!

Fotograma de la cabecera de la serie. En la
primera temporada era solo BIG BANG

El canal TNT estrenó hace dos semanas la cuarta temporada de esta amable serie cuyo éxito me sigue flipando porque, como ya señalara en la reseña de TEBEOSFERA, la protagonizan (para quienes lo ignoren) freakies del tebeo, la CF y los juegos de rol.
La tele está dominada por series-río menos creíbles que la defensa de los nazis durante el JUICIO DE NÜREMBERG, actores planos-y-estéticos a un paso de la silicona, que no el cartón piedra, actrices-florero y niños tocacojones pero DE VERDAD tratando de conmovernos en vano. La muestra más patente es el nuevo EL COCHE FANTÁSTICO (tranquilos en las gradas, ya la criticaré), donde la irrealidad de los píxeles que la IL del renovado KITT reproduce en el parabrisas ha contagiado al elenco.
SEINFELD, la serie más rentable de la historia. THE BIG
BANG THEORY está muy conectada con esta SITCOM
The Big Bang Theory relata (aclaro) las andanzas de cuatro genios y una chica simpática y mundana (en el buen sentido, ¿vale?) que trata de atravesar la espesa terminología freakie con la que ellos se comunican abreviando momentos. El mundo, esa gran piedra que nos despelleja, de vez en cuando les frota y los deja tiritando y en los huesos, procurando entender qué ha pasado, más que por qué, y lo rumian en su FORTALEZA DE LA SOLEDAD (violada por unos rateros en la tercera temporada) tratando de sintetizar su desazón en ecuaciones que llenan paneles blancos escritos con esos rotuladores que se borran. De otro modo, no comprenden la vida. La embajadora de nuestro mundo que les indica los fallos, PENNY, no suele tener mucho éxito calando esas mentes dominadas por artificiales rutinas de conducta de la ficción.
Compárese esta imagen con la de Seinfeld. Es sólo uno de
sus puntos de contacto
Ellos son físicos. Comprenden cuanto hay en el Universo (parafraseo al jactancioso SHELDON). ¿Qué va ella a contarles, por Dios? Sin embargo, rara vez comprenden las distintas velocidades que imperan en ese Cosmos cuya maquinaria afirman conocer. Su mente funciona a cinco mil revoluciones por segundo, en tanto la del planeta se mueve a cuatrocientas por hora. De ahí que intenten salvar la diferencia apelando a las referencias sobre STAR WARS o STAR TREK, lugares tranquilizadoramente amistosos.
Hay que estar pero verdaderamente puesto en toda esa metaesfera de referencias a la que acuden cuando tropiezan con un problema o tratan de resolverlo. Cualquier telespectador que no llegue más allá de DARTH VADER o SUPERMAN, va de cráneo. Menos mal que la astucia mercantil televisiva americana, y de su cine, comprende la insalvable barrera que podría tenderse entre estos cuatro fanáticos y los televidentes e inserta a Penny para que, con amable tacto, simpatía y como resumen de los convencionalismos del género humano, logre conectarlos con nosotros.
SILENT BOB (KEVIN SMITH) y JAY (JASON MEWES
-¿ha salido ya de la cárcel?-) el bocazas. Esta teleserie
tambien le debe ideas a esta pareja, por cierto
Los productores destruyen, de paso, la imagen del científico supremo inabordable que suele aureolar a tales sujetos con sus vicisitudes estrambóticas, estrafalarias, las cuales acaban de ablandar el duro cuero que les reviste, mostrándonoslos como humanos un poco especiales, mentes privilegiadas que, además de empaparse de la materia que es su especialidad, ¡tienen tiempo para engolfarse con el contenido de las viñetas y el visionado de no sé cuántas películas, y efectuar certera crítica o ingeniosa observación!
Es llamativo el aspecto demacrado, de enfermedad chunga, más que de que se ha colado con la estricta dieta, de JIM PARSONS. Si bien hasta “hace poco” conservaba un aspecto juvenil que casaba con algunas de sus extravagancias, el modo como ahora se le marcan los pómulos y la sombra que rodea sus ojos, así como el “nuevo corte de pelo”, le han agregado como una década y tiene un acusado perfil maduro que posiblemente le hiciera buen candidato a gánster villano de una película de QUENTIN TARANTINO.
Los que mantienen el perfil PETER PAN intacto son los compis de la gran aventura. Avanzar en la edad está dando mejores perfiles a KALEY CUOCO. De todos modos, su rostro aún concita la tranquilidad que mantiene pese a los esperpentos que a veces le toca protagonizar u oír.
Imagen promocional de The Big Bang Theory. En ella me
baso para realizar mi argumentación sobre el
personaje de LEONARD. Fijáos en la cara de JOHNNY
GALECKI (tras el escudo, interesante símbolo además)
En la tercera temporada, sobre todo, aparecieron los supervillanos que toda serie que se precie debe poseer (menos ese pestiño: HEROES). Esto sirve para lubricar el avance de los distintos episodios y darles mayor sustancia, pero, a veces, parecen perjudicar más que contribuir a repuntar los momentos planos de la serie. Ya de por sí, en lo que a Sheldon atañe, bastante tiene su vida de autoamenaza como para buscarle enemigos.
LEONARD se aferra con desesperación a la cotidianeidad, teniendo comportamientos que le amalgaman con el mundo. Reflexionando sobre este personaje, minado por el espectro del fracaso, aprecias que se percata de la demencia en la que viven y su pelea por salir del agujero se torna dramática. Verle bajo esta perspectiva, más madura, más agotada, hastiado de las chiquilladas de sesos privilegiados de Sheldon, le realza.
A Sheldon, el incapaz de contactar con nosotros y que tampoco desea hacerlo, le han encalomado una “novia” (fría, con el atractivo de un escobón), más que para ponerlo en el lado correcto del orden natural de la reproducción, abundar la trama. Los guionistas parecen estar tanteando sus límites, ver cuánta presión puede soportar sin romperlo (pues casi se lo han cargado en el segundo episodio), oxigenarle con nuevas payasadas. En un grado inusitado, Sheldon padece una severa minusvalía. Buscarle pareja ha sido como burlarse descarnadamente de un manco por no poder batear con ambas manos.
Fotograma del segundo episodio de la cuarta saga. Se
aprecia "la madurez" que JIM PARSONS "sufre". Contrastar
su aspecto con el de otras imágenes de esta entrada
Otro detalle significativo de esta SITCOM es su falta de coprotagonistas negros (la raza extinta). Un repaso a las teleseries nos muestra cómo, por mor de la diversidad cultural y étnica, siempre debe haber uno. Y poco a poco, han ido injertando a un hispano o a un asiático. Aquí sale un hindú. Y lo veo un acierto. Si en tu día-a-día no tratas con negros, hispanos, asiáticos, marcianos, ¿a qué meterles en la teleserie? Y no me vengáis con lo de por atraer a esas razas que se ven así representadas. En ciertos episodios, algunos coprotagonistas negros actúan como escuderos del blanco sapientísimo. ¿Los hispanos? Un cliché folclórico.
Pero, bueno. La nueva temporada (que desprende la sensación de que van a empezar a retorcer las circunstancias a extremos imprudentes) se defiende bien por ahora, y promete ser otra tanda de divertidas e hilarantes experiencias. Confío no nos defraude.
Vuestro Scriptor.
Documentación adjunta: