domingo, 21 de noviembre de 2010

TEBEOSFERA 90000 – (FICHAS)

La portada electrónica de TEBEOSFERA. ¡Toma! Si sale mi
nombre. Algo habría hecho
Colaboro con TEBEOSFERA desde 2004. He escrito ciento diecisiete reseñas de cierta longitud para ellos, abordando una serie de publicaciones, quizás más de un género que de un amplio abanico de ellas, y tratando de ser, en la crítica, lo más imparcial posible, aparcando las filias y las fobias tanto como he sabido. Os lo aseguro. Algunas veces no ha sido nada fácil, y creo no haber sido injusto ni en una sola ocasión, aunque quizás extremé demasiado el impacto de la férula en ciertos aspectos.
Recientemente, ya confesé, me dejé llevar por las fobias en la reseña de los KILLER TOONS, pero había “atenuantes” y espero haberlo enmendado. Y no tanto por querer llevarme bien con ellos, cosa que deseo, sino por la sensación íntima de haber obrado correctamente. No se estila demasiado esto hoy día; sino, echemos un vistazo a esas “glorias del ingenio y la naturaleza” del Parlamento y el Senado, más de seiscientos caraduras (multiplicados por los parlamentarios autonómicos) sirviéndose del Pueblo mientras aseguran servirle para obtener nuestro bienestar y comodidad. No: el suyo en verdad busca. En Francia, decapitaron a los nobles; la democracia ha sustituido la nobleza por los políticos. ¿Alguna guillotina a la vista?
En la foto grande, THE WILD BUNCH.
Aquí, se reconocía nuestra labor
A lo que iba: Tebeosfera lleva años informando sobre la historieta en general tratando de ser rigurosos en el análisis y la exposición de conclusiones. Su libro de estilo es exigente. No vale decir: “Vaya mierda de tebeo”; debes demostrarlo. Afirmar por qué lo es, en dónde, y aportar las pruebas con rigor de fiscal. Suena a inquina contra el autor, pero no es tal.
Y si bien acabo de alardear de mi trabajo en Tebeosfera, más importante, callado y sin aspavientos es el de los catalogadores (lista tremenda) que, pacientemente, se han dedicado, como los monjes de EL NOMBRE DE LA ROSA, a compilar los distintos tebeos, rastreándolos hasta comienzos del siglo XX, y aun del XIX, para escanearlos y presentar una ficha con una escueta leyenda informando de su contenido. No hacen un trabajo vistoso, como el mío, sino que se levantan por la mañana, conectan el escáner, y, hala, a pasar páginas, escribir un textito, preparar la siguiente ficha.
Nuestro líder con expresión juvenil y rubicunda disertando
contra la publicidad engañosa
Hablo de Tebeosfera porque “es mi banda”; sé que hay otros colectivos que se empeñan en lo mismo y, en el SALÓN DEL CÓMIC DE BARCELONA de este año, se ha premiado a uno de ellos, reconociendo a otros y su importante contribución. No discuto su calidad; si les han laureado su labor, méritos tendrán. Pero sé, acabo de decíroslo, el trabajo ingente que “mi banda” realiza, y lo mido en relación al mío. Yo no sé cómo curráis vosotros, tíos, pero nosotros lo hacemos duro-duro DE VERDAD y a diario. Y sin recompensa, encima. Salvo… esa íntima sensación de obrar correctamente.
Imagen de un hito
Hay colectivos con un poderoso respaldo: tienen “el carné”, que puede llegar a suplir lo que es, en términos de rendimiento, nuestro trabajo. Dependemos de nosotros, de la tarea que efectuamos, y me ha parecido honesto, necesario, reconocer la labor de los catalogadores que han colgado en la web esas noventa mil fichas que están a vuestra disposición con considerable rasgo altruista, el de propagar “la fe” por el tebeo y darle la justa oportunidad que se merece. Cierto que no todos los cómics son la rehostia, pero hay también novelas que dan ganas de tirarse desde lo alto de la ROCA TARPEYA.
Compañeros-camaradas, un saludo.
Vuestro Scriptor.
Documentación adjunta: