miércoles, 12 de enero de 2011

EL TRUENO AZUL – EN DÍA DE THOR

Afiche americano de EL TRUENO
AZUL, ominoso e intrigante
El Trueno Azul, de JOHN BADHAM, fue un pelotazo en su estreno. Llegó en un buen momento, pues el cine estaba forjando las leyendas urbanas que hoy día constituyen la CultuPop. Apareció entre EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA y ARMA LETAL, y se presentó de tal forma que parecía una épica de ciencia ficción; dejaba sin aliento a la gente, que no podía concebir hubiera AHORA cosas que parecían de la cabina del piloto de un X-WING o EL HALCÓN MILENARIO. (Por supuesto, no de la ENTERPRISE.)
El helicóptero sigue siendo la estrella y sensación. Su poderosa forma angulosa domina la atención del espectador que lo flipa cuando dispara el Avenger de 20mm., una munición que en verdad causa más estrago del que se ve en la película. Esa máquina tiene algo de bisturí y tiburón: alancea al ataque y muerde con rabiosa precisión.
Expresivo fotograma de ROY SCHEIDER (en el rol de
FRANK MURPHY) junto al otro prota de la cinta. Un
hombre y su arma de HI/TECH
Pero, por alguna razón, pese a sus considerables méritos, El Trueno Azul ha ido relegándose al pasado, al olvido, donde unos pocos nostálgicos seguimos recordándola con el entusiasmo que en su momento nos causó. Es una cinta que perdura fresca, no ha envejecido mal; quizás porque su trama es tan antigua como la civilización misma. Veamos: un policía, FRANK MURPHY (encarnado por el difunto ROY SCHEIDER), vet de Vietnam y con secuelas de estrés postcombate, y piloto de helicópteros, con tendencia a “ir a su aire” (pero no como HARRY EL SUCIO o cualquier otro elemento tipo TANGO Y CASH), es enrolado en un proyecto experimental cuyo principal factor es un helicóptero revestido de HI/TECH que parece fruto de LUCASFILM. Adiestrándose con él, descubre que hay mucho más que un simple control estricto de los eventuales disturbios que pudieran producirse durante las Olimpíadas de 1984, en Los Ángeles, apabullando a los amotinados con el perfil eficaz del Trueno Azul.
Fotograma donde se puede apreciar la audaz línea
tiburón-lanceta del helicóptero
Las superestructuras “en la sombra” de la ley y el orden concluyen que Murphy es demasiado anárquico e inestable y, azuzados por el rencor de un viejo rival de Vietnam del policía, el CORONEL COCHRANE (o MALCOLM MCDOWELL, como queráis), deciden matarlo. Patrullando con el Trueno Azul, Murphy y su compañero descubren la conspiración, y empieza la batalla por su mera supervivencia.
Murphy se apodera del potente helicóptero para tal empresa y se libra una lucha épica por derribarle; siempre quedarán en la retina dos momentos: cuando parte en dos la patrulla de policía con una ráfaga y la lluvia de pollos asados tras estallar el cohete termodirigido los hornos. De colofón, el enfrentamiento entre Murphy y Cochrane por Los Ángeles, intenso, vibrante, perfectamente válido hoy día, llenos nuestros sesos de espectaculares secuencias TERMINATOR o TRANSFORMERS.
MALCOLM MCDOWELL, el CORONEL COCHRANE, con
carita de asco y lema tocapelotas: "Ya te pillaré"
El Trueno Azul, mediante la piel policial que se ciñe, es una parábola de los extremos a los que el Poder puede llegar con tal de coartarnos libertades y someternos. Usando un buen y poco objetable recurso como es velar por nuestra seguridad, impone un vigilante en los cielos y un estricto toque de queda computarizado, mayor presencia policial. Por sí, el Poder no puede hacerlo sin causa justificada: las democracias tienen estas insidias. Impulsar el terrorismo es una buena manera de conseguirlo, no obstante.
Los promotores del proyecto THOR (cuyo decantado es el Trueno Azul) alientan disturbios que justifiquen la imposición de un arma tan poderosa de persuasión. Esto nos hace preguntarnos cuánta vida tiene ciertos grupos terroristas y de quién dependen realmente para subsistir. ¿El Poder que en principio combaten y tratan de derrocar es quien, bajo cuerda, por vericuetos interminables y bituminosos, les proporciona sus medios para resistir, brindándole así perfecta excusa al Orden para imponernos sus dictaduras? ¿Los terroristas son títeres de un mayor plan, en el fondo?
A Murphy, ya sentenciado a morir por la CIA, decide que
a él no lo pillan sin luchar
Esto entra de lleno en la senda de las conspiraciones, denostadas y que tanta risa floja producen a los listos de las tertulias, sean radiofónicas o televisivas, pero algo he ido descubriendo: cuanto más inverosímil es una conspiración, más posibilidades tiene de ser real; es como una de esas operaciones matemáticas del cuadrado inverso proporcional a la tangente del coseno al cubo.
(La que de ningún modo me creo es la del OVNI de Roswell, y la autopsia del traje de goma, que disfrazaron de marciano de grandes ojos. El famoso OVNI sería algún prototipo de arma que los nazis no pudieron terminar, y los norteamericanos siguieron experimentando hasta dar con la clave. Los nazis, en eso, fueron únicos: por  muy poco, no llegaron a tener Truenos Azules barriendo la compañía del SOLDADO RYAN. Y las pocas armas que llegaron a combatir y tenían un sesgo futurista –que se usan hoy día- lo hicieron tan tarde que ya no podían impedir el fin del Reich Milenario.)
Fotograma previo a una de las más recordadas secuencias
de la película. Como para no acojonarse, por cierto
El Trueno Azul es un ejemplo magnífico de cómo contarnos una preocupante situación merced a una alegoría y sin tener que ponerse en plan admonitorio-bíblico; tiene el inconveniente que lo alucinas tanto con el helicóptero que te distraes del importante mensaje que intenta transmitir. Pero en esto es donde las buenas películas se distinguen: en que después, cuando el tiroteo acaba y la adrenalina se consume, dejan un poso que va diluyendo en tu sangre lo que en realidad quieren comunicarte. Es como la parábola de la semilla; en este caso, la cáscara, la envuelta, es el helicóptero. Lo que lleva dentro es lo que llega al interior, germinando.
Cochrane con jeta de "a ése me lo cargo, por mis muertos",
durante el enfrentamiento sobre L.A.
Espero que no decidan hacer un remake de esta película: tal como está ahora mismo es perfecta. Porque ¿qué pretenden: meterle más tiroteos, desnudos, explosiones a troche y moche? Mirad la porquería de remake de ROLLERBALL. O la de CARRETERA AL INFIERNO. ¿Qué necesidad había de “tocar” esas cintas, si tal cual estaban ya eran inmortales? ¡Tiemblo pensando qué harán con EXCALIBUR!
Danza mortal entre las calles; en este duelo, los edificios
valen de obstáculo frente a las balas de grueso calibre
Se aduce que Hollywood se ha quedado sin ideas: una porra. Lo que pasa es que no se arriesgan a sacar adelante multitud de proyectos por pura pereza, y prefieren emporcar la leyenda urbana que poseen los existentes mitos recreando escenas que sólo varían en que hay una tía buena en topless, más látex, más pistoletazos y una explosión tal que eclipsa la de la ESTRELLA DE LA MUERTE a base de meterle por infografía llamaradas, ¡Más Llamaradas, ES LA GUERRA!, y metralla volando recta al espectador.
La poli a la caza y captura de Murphy; eso de "inocente
hasta que demuestre lo contrario", no va en esta peli
Esta cinta, finalmente, es justa película-tributo para Roy Scheider, que aunque fuera el JEFE BRODY de TIBURÓN, no alcanzó mayor popularidad y recuerdo que pilotando El Trueno Azul.
Aprovechad el fin de semana para revisar este filme, donde las maquetas tenían considerable importancia (¡no había otra cosa!) y estaban rodadas de tal modo que parecían auténticas máquinas de combate.
Truenos al amanecer; como los cowboys que
cabalgaban hacia el ocaso, Roy Scheider voló al alba
Y, recordad: el mensaje que transmite El Trueno Azul es cuestionad al líder y sus motivos; podrían carecer de la pureza que dice poseen. Quizás estaría preparando, a hurtadillas, la situación que nos coloque dispositivos de control y dominio que mutilen nuestros derechos y las arduamente conseguidas libertades. El Poder está a la caza y exterminio del fumador en estos momentos (a quien, con manifiesto sadismo, además le cobra altos impuestos al comprar el tabaco); ha habilitado una tupida red de chivatos para conseguirlo. ¡Triste final para una nación en cuyo imperio nunca se ponía el Sol: convertidos en sementera de JUDAS ISCARIOTES! Para llevar adelante su plan la excusa es la salud, pero ¿qué, a quiénes, perseguirá después, y bajo qué pretexto, esa vez, disimulará el genocidio?
Vuestro Scriptor.