Vale, la portada ya lo está diciendo todo: por dónde van los tiros. No pueden competir en ingenio con ALAN MOORE, así que dan por c... |
Contorsionándose, convulsionándose, internet es espejo de comentarios (mas mero aperitivo de los que seguirán) de toda índole en los portales electrónicos informados, frisando el histerismo en algún caso.
La verdad es que la historia tiene su miga, dado el conocido “romance” que todos los lectores de tebeos sienten por la magna obra del Dios Demonio de Northampton, ALAN MOORE. Altares elevados a sus páginas llevan erigiéndose décadas. Es veneno diluido en las venas de todos los guionistas que vinieron después, “con algo que decir”, que se volvieron locos intentando hacer SU Watchmen. No su obra, que de modo gradual fuera adquiriendo singularidad, a lo Moore o no. No, no, consumo mi energía en hacer MI Watchmen. Obvian el que Moore jamás pensó hacer SU Watchmen, sino cumplir el contrato que pagara las facturas. Lo que ocurre es que los tipos como Moore no pueden hacer las cosas como el resto. Lo retuercen todo. Lo llevan en el ADN. Los demás, no.
Un bíblico Alan Moore vigila desde el alto cielo y todos los vientos qué perversidades piensan cometer los de DC con su obra |
Con honestidad: WATCHMEN estaba ya podrido en este filme. Lo que sigue, es simple profanación de cadáveres |
Esto es así. Y quienes dicen que Watchmen pertenece a DC y lo publica como quiere, tienen razón (aunque duela). Capítulo aparte es lo que hagan. Porque, para empezar, Watchmen tenía una pureza que hace décadas desapareció. Contracorrientes titánicas han deformado las líneas creativas. Lo hipócritamente correcto prospera mientras se engolfa un flujo de opinión hastiado de la falsedad de esa edulcorada política. Y el choque de esas turbulencias origina ondas que distorsionan las historietas. El mismo mito de Watchmen forjó fuerzas que alteraron su propia naturaleza. De inteligente evasión pasó a ser… religión.
Según los comentarios de los 'entendidos', hay que estar así de aguerrido (como WILL SMITH en HANCOCK) para leerse estos tebeos |
La réplica de Alan Moore contiene una precisión de absoluta razón: muy mal está la cosa si para sostenerse DC necesita de personajes que tienen veinticinco años de antigüedad. ¿Nadie nuevo puede revalidarle? Me cuesta creerlo, sinceramente. Pero ciertas maquinarias giran sobre engranajes inmovilistas que, antes de efectuar un giro de más, o en otro sentido, prefieren romperse.
Para colmo, Before Watchmen amenaza a todos los escritores de la industria. Porque ¿qué impedirá que haya ahora una cascada de precuelas de títulos punteros? Tal el supuesto, ¿alguna vez se venderá una historia genuina y diferente otra vez?
Vuestro Scriptor.
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