HULK VS. SUPERMAN — NULA MÍTICA

La cubierta ya debería darnos
escalofríos. Pero, visto lo de dentro...

Una ojeada a la portada, tal propuesta de épico duelo que preconiza el título (aunque vs. —versus— no signifique “contra”, sino “ir hacia”, “hacia”), semejantes rivales, en fuerza y resistencia, creando desgarradoras ondas de choque merced a las trompadas propinadas buscando anular al rival, y tamborilear con los puños en el pecho como gorila/macho alfa triunfante una vez aplastada la amenaza, las tolvaneras gigantescas alzadas por su colisión, escombros volando hasta la Luna, devastación que sacudiría Nuevo Méjico y luego el resto de EE.UU., auguraban historieta para la eternidad.

Y más, una temática USA tan querida por sus parroquianos: ¡el shotdown! Dos hombres encarados, ambos igualados en capacidad, aunque el CORONEL COLT y sus revólveres no mediasen en el asunto, ante el destino fatal. ¡Juicio de Dios! ¡Ahí había jugo! Pelea para la eternidad, disputa dialéctica entre freakies hasta bien entrado el siglo XXI. Horas y horas de debates en chats y foros.

Esta página confirma la capacidad de
narrador gráfico de STEVE RUDE. En
ese apartado, poca crítica posible

Y todo esto fue defraudado por el tibio relato escrito por ROGER STERN y dibujado, con igual atonía, aunque sí pulcritud, por STEVE RUDE, que mezcla, con distinto grado de acierto, trazos de JACK KIRBY (rasgo imposible de obviar, aunque pienso eran prescindibles), con otros de CURT SWAN, así como líneas de su propia cosecha, creando una curiosa atmósfera atemporal para ilustrar esta aventura entintada con corrección por AL MILGRON.

Creo que esto fue un primer indicio del alcance de lo peor de lo políticamente correcto que controla nuestra vida; la oportunidad de hacer algo legendario, en otros tiempos, no se le hubiera escapado viva a FRANK MILLER, por citar un nombre, y se habría puesto febril pensando en qué grandioso marco, qué hostiódromo, buscar para fijar el lance y ponerse a la altura de la ópera wagneriana que clamaba por los poros el enfrentamiento propuesto. De nuevo, SAN JORGE pisoteando al dragón. Pero nanay de esto, ya digo.

Es en esta, en la leña, en que la cosa
se queda realmente corta. ROGER
STERN no parecía en su mejor día

Todo comienza cuando Superman, junto a su esposa LOIS LANE (inciso: siempre he  considerado una torpeza este enlace, tanto por las razones fisiológicas expuestas por KEVIN SMITH en MALLRATS como por el que coarta la capacidad de Superman y su entrega en distintas misiones), contempla un especial televisivo que revisa la terrible y desafortunada vida de ROBERT BRUCE BANNER, alias Hulk, convertido en fugitivo errante, como el DR. RICHARD KIMBALL. (Stern desarrolla un apéndice de la línea argumental creada por PETER DAVID para la serie de Hulk, que culminó con la muerte de BETTY ROSS, señora de Banner, aunque luego la maquinaria MARVEL la desmentiría, porque hay que vender tebeos y muñequitos como sea.)

Y evocan una “aventura imaginaria” en que ambos colosos se enfrentaron con desigual resultado. Triunfó el Bien y, a modo, la Justicia, cosa que interesaba promocionar por encima de todas las cosas, porque sólo en la ficción los malos pagan sus culpas, y es obligatorio que así aparezca, por si cunde el ejemplo, porque la vida real da cada frustración al respecto que…

Dos viejos rostros de ambos iconos:
los de LEX LUTHOR y RICK JONES.
¿Debían salir, sí?

Gran parte del fracaso de esta linda, limpia e inofensiva historieta (aunque ‘fracaso’ sea quizás término excesivo; decepción se acerca más) se debió a que el choque entre estos titanes merecía un tratamiento propio de DRAGONBALL, esa época efervescente de reventar planetas y esforzarse hasta que sobresaliesen las venas de las sienes, con riesgo de estallarla. ¡No digamos ya las del cuello!

Y si alguien pone reparos a la propuesta, aludiendo a no sé qué argumentos, le contesto diciéndole que nos dejemos de cuentos, ¿vale? Superman podrá ser muy cerebral y filosófico (al fin y al cabo, ¿no es “una evolución” del concepto del superhombre que preconizó LESTER DENT en DOC SAVAGE? —¿No tienen la Fortaleza de la Soledad enclavada en el mismo lugar?—), pero tiene un poder casi inmarcesible, y LA MASA no le anda lejos al respecto. Tal impacto de colosos no podía resolverse del modo, hasta DISNEY, como Stern lo concibe.

La última página refleja el terrible sino
que, diariamente, afronta el pobre
DR. ROBERT BRUCE BANNER

Podría mediar, en su decisión de ser tan “caballeroso”, algún tipo de política editorial sobre cómo tratar a ambos iconos de sellos rivales, una propuesta que procurara dejar incólumes tanto su vestuario como el personal prestigio, pero la fuerza bestial de Hulk exige inmensas dosis de espectáculo, algo ausente en este one shot.

Stern desarrolla un argumento en que LEX LUTHOR (cuya estampa me recuerda una especie de sibarita RONALD MCDONALD, con los bolsillos llenos de hamburguesas pringosas) lo enturbia todo para que el poderío desmedido de Hulk mate a Superman, la obsesión de Luthor. Por supuesto, el siempre vocinglero y enérgico general TRUENO ROSS aparece también, junto al inevitable RICK JONES, y su presencia nos hace preguntar si es necesario que a ambos héroes les ronden estos enemigos forzosamente, si la historia no podía haber rodado por cauces que les obviasen. Al parecer, sí. Stern no querría complicaciones, o bien se las prohibieron.

Esta ilustración de MIKE DEODATO está mucho más cerca
de lo que todos esperábamos ver

En esta épica sin garra, lo que más podríamos destacar, quizás, es la (engañosa) baza de los estereotipos, incluyendo a Lois Lane como una metomentodo listilla que persigue la noticia del siglo (¿un guiño al feminismo militante?): Hulk, verde, desproporcionado, feo, es señalado automáticamente enemigo por su extraño aspecto (pese a que luego ayude a salvar el mundo, crédito pronto olvidado pues el afán de linchamiento/captura del que es distinto vence a la Humanidad siempre), mientras que Superman, digno Hijo del Sol, es aclamado y admirado gracias a su limpia estampa. Nada desagradable puede salir de él o sus actos.

O esta iconoclasta imagen mía. No le
dejes escapar, cielo, sin la camiseta

Todo esto está, sin embargo, demasiado explotado como para magnificar un relato que empieza, no obstante, con una prometedora nota, y es la decepción de Lois cuando, previo al reportaje, el periodista que lo anuncia excluye a Superman, con vasta solera heroica, de entre el rol de los más grandes héroes del mundo, LOS VENGADORES.

Es una pena que esta homérica narración descafeinada de Stern, con todo lo que prometía, quede sólo como una encantadora, e insustancial, anécdota que concita más desencanto que aprobación entre los lectores, y todo porque, a veces, lo correcto no es la mejor forma de contar algo, y más, con elementos tan grandiosos.

Vuestro Scriptor.

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Documentación adjunta:

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