EL INCREÍBLE HULK — MÍTICA EN ON

Afiche donde aparecen el peregrino
definitivo (BRUCE BANNER -EDWARD
NORTON-) y el causante de su desazón

La película que nos ocupa tiene poderosas resonancias con el cine de monstruos clásico de la Universal, como permite constatar la pelea entre HULK (EDWARD NORTON, a quien no veía en el papel, por esa mítica que tiene de ser enemigo de este tipo de vodevil) y LA ABOMINACIÓN (espantoso alter ego del pérfido EMIL BLOMSKY, villano a quien TIM ROTH aporta relieve, recreando a un mercenario obsesionado, como SON GOKUH, con obtener la fuerza absoluta y que, de forma inconsciente, recibe sus primeras dosis de manos del GENERAL ROSS —WILLIAM HURT—).

El film intenta, también, mantener líneas de comunicación con la inefable cinta de ANG LEE (¿a qué ‘viñeta’ de las que rompen la pantalla debo mirar para seguir la trama?), como demuestra el que, a modo, continúa aquélla dejándola donde quedó, en el continente sudamericano.

En lo más paupérrimo de Brasil encontramos a BRUCE BANNER (Norton) convertido en currante de una empresa de refrescos que se entrena, con perseverancia, en controlar su carácter para así contener al terrible GOLIAT VERDE que guardan sus células. Y aquí encontramos una primera disonancia con respecto a su predecesora, pues mientras que en la cinta de Lee Banner es expuesto accidentalmente al catalizador de la bomba gamma que le ‘saca’ a Hulk de las entretelas de los cromosomas, aquí está huyendo de Ross porque estaba implicado en lo de crear al supersoldado de marras, y la cosa, ya veis, tuvo éxito, aunque no el deseado.

En el frasco, el genio que puede liberarle de su maldición.
O eso espera Banner en lo más recóndito de las favelas

Pero Banner termina siendo descubierto (por culpa del inevitable cameo de STAN LEE) y debe retornar a Estados Unidos, donde ha mantenido correspondencia electrónica con alguien que podría sanarlo.

Para darle vida a la cosa, Ross le atrapa, empleando métodos sucios, aunque sólo para admitir que el ser al que más desprecia (algún día habrá que averiguar qué hay en el fondo de esta inquina, más allá de la presunta lealtad a la patria y deseo de aplastar sus aberrantes peligros) es también la única esperanza frente a la nueva y terrible amenaza que representa La Abominación.

TRUENO ROSS (WILLIAM HURT),
un hombre con una obsesiva misión,
dispuesto a no parar en ningún tipo
de escrúpulo o complejo

Cosa de agradecer, y a la que ya he hecho sutil referencia, es que el director, LOUIS LETIERRE, mantiene una constante línea narrativa que nos ahorra los saltos a los que los ojos debían acostumbrarse para ver el anterior Hulk. Desarrolla, asimismo, los estándares preconizados por la serie de televisión, protagonizada por el difunto BILL BIXBY, y hasta encuentra un hueco para la aparición de LOU FERRIGNO, aquél Hulk de antaño, a quien introducen en los fotogramas ‘disfrazado’ de guarda de seguridad.

Letierre no tiene compasión con Banner, barrenado por el fantasma acusador de las secuelas que deja LA MASA a su paso, y abandona a Norton entre los más parias de la Tierra, que no pueden sino ofrecerle su caridad, al verle aún más miserable que ellos.

Y otro detalle de su hermanamiento con el Hulk-Ferrigno está en que, en la teleserie, su fuerza estaba mermada (a extremos enormes); el Hulk-Norton también evidencia cierta limitación de potencia, la cual, empero, permite ver que posee un mayor desarrollo de la esfera cognitiva. Gradualmente, Hulk va abriéndose paso hacia la verbalización.

Enemigos para siempre; a EMIL BLOMSKY (TIM ROTH)
en nada amedrenta la corpulencia indestructible frente a
sí; anhela ser él

También es obvio que el equipo creativo ha buscado tender más puentes referenciales con otros personajes y elementos del vasto UNIVERSO MARVEL, quizás por influencia de la productora (donde ve gran negocio), para así afirmar, en un tronco, el reciente estreno de LOS VENGADORES. El objetivo último de todos estos filmes (iniciado con IRON MAN) era proporcionar una orla llamativa que culminara en esa producción, una estrategia que merece nuestro aplauso, pues da detalle de a lo grande que piensan en Estados Unidos, y que sorprende el que películas anteriores, como los SPIDER-MAN de SAM RAIMI, o los X-MEN, no se apuntaran a la movida.

La élfica LIV TYLER, como BETTY ROSS, expresa su
preocupación (constante) por el hombre que ama; pero el
suyo es un romance trágico, como dicta la mejor norma

También llama la atención el color de piel de este Hulk; es de un tono, no sé, más vegetal, menos plastilina que el de Ang Lee, y también que es una dermis que se rasga y sangra, y hace al personaje, qué incongruencia, capaz de relacionar y pensar, cosa que le muestra mucho más reticente a la hora de enfrentarse a sus enemigos.

Pero eso no le ahorra momentos dignos del legendario y machacón grito de batalla del tipo, el “¡Hulk aplasta!”, absolutamente enloquecido y enervado, en los que el titán esmeralda emplea objetos como armas (algunas de las que aparecen en la película me recuerdan a las que dibujaba, en la plenitud de la serie, HERB TRIMPE) para batir a los tenaces soldados, de los cuales huye, pese al aguijón de sus proyectiles, en vez de correr a triturarlos, como suele (o pasaba) en los cómics.

Ross reconoce, al final, que su peor enemigo, el canijo
Banner, es la última esperanza que tienen ante una
amenaza que puede superar la de Hulk

La brutal pelea final es digna, sí, ajá, de los colosos enfrentados. Pero se queda corta (cosa del presupuesto, sin duda), teniendo presente la potencia que pueden desatar ambos energúmenos desatados, causando tal caos y devastación que reducirían a ruinas la populosa Nueva York, escenario elegido para el impactante duelo.

La caracterización de Roth, el yonqui de la fuerza definitiva, merece remarcarse a la del nivel de Norton, aunque nos tememos que la actuación/presencia de la élfica LIV TYLER confirma, con inexorable certidumbre, que su personaje, el de BETTY ROSS, no deja de ser más que el bonito bibelot como se concibió. Supongo que las feministas rabiarán considerándolo, pero entonces lo que imperaba era el oficio (muy digno) de ama de casa y las aspiraciones de la señora eran la parejita de niños, el coche bonito, un césped cuidado y una lavadora-secadora automática.

La cara más fea de un sueño logrado: Blomsky es LA
ABOMINACIÓN, con el poder incontenible de Hulk

Bien por Hurt, asimismo, que desarrolla una dimensión más despiadada, y literal, que SAM ELLIOT en su predecesora, aunque Hurt parece más, que general, ejecutivo de un lobby de armamento biotecnológico, cuyas primas aumentarán generosamente si logra capturar a Hulk.

Con su alarido, Hulk confirma a La Abominación que ni
Nueva York es lo bastante grande para los dos colososo

Y, para concluir, creo que si este filme contiene una moraleja, supongo que es la de que la HI/TECH posee riesgos para los que quizás no estemos preparados, y pensando que vamos a mejorar el mundo, tal vez estemos situándolo al borde de su aniquilación…

Vuestro Scriptor.

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Documentación adjunta:

http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com.es/2012/07/iron-man-ego-blindado.html

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