sábado, 28 de julio de 2012

DANCE — COMENTARIO MUY CORTITO, QUE QUERÉIS PLAYA…

Hice un boceto previo que me gustó tanto que decidí merecía color.
Helo aquí. Por Dios, enrollaos: id a verla a su blog
…y ya que no vais a ver a TERHLI, la niña de los tacones afilados viene a visitaros. Y, para darle sustancia a la entrada, os relataré esta anécdota personal mínima-nimia.
Cuando tenía cinco, o seis años, una tarde de paseo dominical mi padre, que fue quien me alentó a dibujar a edad aún más temprana (él estudió delineación —ergo tenía nociones artísticas que genéticamente me legó; aunque también mi madre ha tenido en el asunto parte importante—, pero que por tener que trabajar para mantener la familia no pudo terminar su formación; una historia —y no de la frontera— como otras tantas mil), nos llevó a ver un enorme edificio cuya azotea la coronaba un gran letrero de cervezas CRUZCAMPO. (En aquella época era una birra legal.) Aquél rótulo, que aún existe, lo había hecho él, y así me lo dijo.
Vale, os cuento la movida: el anuncio del centro, de CRUZCAMPO, lo
hizo mi padre; el del vino,a la izquierda, también. El del periódico,
obra de mi hermano. Si queréis ver uno en que yo también trabajé, id por
la A-49, hasta el hotel
ANDALUSÍ-PARK.  Lo terminamos entre los tres
Entonces, aparte de un sincero orgullo por mi padre (hostia, a esa edad, tu padre es DE VERDAD tu héroe —hasta que, con siete años, descubrí a IRON MAN [a TONY (ANTONIO) STARK] y la mítica paternal se resintió algo—), sentí que yo no podía ser menos que él. Si mi padre había inscrito su nombre en la página de la historia de la ciudad, aunque fuese de ese modo (en realidad, lo extendió en otros muchos anuncios, que hoy no existen pues han desaparecido esas empresas), era mi obligación estampar también mi impronta, de algún modo. Fanzines, JUDGE DREDD, salón del cómic, novelas… Terhli ahora… más Más MÁS proyectos… Ignoro si lo he conseguido; si estoy en la senda; sé que lo intento, pero siempre esta idea ha constituido un acicate importante para mí.
Debo dejar huella. Ser recordado por grandes cosas. Por buenas grandes obras.
Vuestro Scriptor.