martes, 27 de octubre de 2015

E-ZINE — MEMENTO PARA UN CAPRICHO

En Asia, señoras y señores, ¡hasta en Asia Bianca Blaze es
conocida!
Fue erróneo llamarlo “revista”; realmente era un fanzine con vago vaho de voluntariedad. Y si alguna vez le adjudiqué el término ‘revista’, obedeció a una cortesía profesional destinada a los autores publicados (en papel, por editoriales, como debe ser), como BLANCA MIOSI, PEDRO DE PAZ, o yo mismo, y una gentileza que, como copropietario y coautor del fenómeno “editorial”, dediqué a unos amateurs que daban algún cuentecillo insípido e insustancial para que hubiera contraste entre las narraciones que cedíamos los narradores de auténtico peso, o sea, nosotros, y que además prestábamos todo el lustre al pueril e-zine.

Qué estupendo elogios, SR. PUEBLA.
Sin nuestra presencia, era eso: un fanzine (cutre) más de internet, hecho por principiantes desconocidos de relativa (por no decir cuestionable) calidad. Pasaría inadvertido.

Y, como todo este tipo de cosas, u otras muchas, murió. Al tercer número, el mejor, que contenía un notable volumen de trabajo de éste que esto os escribe. Su portada fue vista por todo el Lejano Oriente y eso, qué queréis os diga, es pabellón que dejaba altísima la calidad de mi esfuerzo. Una portada cojonuda vende lo que no un aluvión de elogios mercenarios, y eso lo sabe todo el que entiende algo de estas cosas.

En paz descase y tenga un Halloween
sereno
Por otra parte, como e-zine, no podía esperarse más de él. Dio cuanto contenía. Una revista es un esfuerzo constante que exige abnegación, que hasta bastante tiempo después de su nacimiento, no proporciona el reconocimiento que se espera tenga. Bastante fue que nosotros, los profesionales publicados, dedicásemos nuestro tiempo y literatura generosa y gratuitamente a algo tan efímero e improductivo, con futuro tan incierto, gesto que merece todo el agradecimiento del mundo. Nuestro talento y tiempo no está para chiquilladas caprichosas, como un e-zine.

Supongo que la inminencia de la festividad de todos los difuntos me arranca estas consideraciones; quizás el fantasma del e-zine reviva fugazmente durante este próximo Halloween. Al menos, saqué una conclusión: para e-zines, no estoy ya. Para proyectos serios, de hombres serios y responsables, sí.