lunes, 19 de octubre de 2015

HUMANS — NEXTXUS

Imagen promocional. Esclavos sofisticados, fríos y de
limitada personalidad... ¿buscando la libertad?
De nuevo me lanzo al riesgo que tiene comentar algo sólo a base de breves tráilers, pero me parecen demasiado evidentes esas imágenes como para no establecer algunas conjeturas que pudieran andar muy acertadas.

Han estrenando una serie, Humans. Va de androides superavanzados (o así), en plan las elaboradas IA del filme AI, y desprende la sensación (deducida por ese goteo de fotogramas) que la cosa cuenta que esas supermáquinas van apoderándose del hogar donde debían servir fiel y abnegadamente a sus dueños desde su posición de superelectrodoméstico más estilizado que EL HOMBRE BICENTENARIO.

Me llama la atención porque he escrito un serial donde unas IA muy avanzadas reemplazan a la Humanidad que está entre las últimas y extinguida. Los NEXTXUS dejaron atrás (hace mucho) toda frontera que les diferenciara de sus creadores, siendo casi indistinguibles de ellos. Están apuntalando su propia Sociedad, bastante basada en la CultuPop humana, no obstante.

Parecen proceder de este filme
Pero van rompiendo también con ese vínculo; o mejor: están desarrollando su propia CultuPop referencial. La idea ha gustado a un sello editorial con el cual he empezado unas embrionarias negociaciones para ver estas historias publicadas en su firma.

Lo que quiero observar es, aparte de ver la misma idea en divergentes desarrollos, que el tema sobre el miedo a ser sustituidos por máquinas muy sofisticadas es antiquísimo. Tal vez, en el Génesis, esté el primer indicio de la rebelión de las máquinas. Dios nos crea, nos torcemos, acabamos rebelándonos. Tomando decisiones/opciones libremente. Con frecuencia, erradas. Pero el valor del asunto está en eso: la libertad de acertar o equivocarse. Por nuestra mano, sin influencia Superior/Externa… si esto es posible.

Y ahora nos toca vivir que nuestros engendros artificiales de última generación se nos ‘sublevan’; quieren nuestro puesto en el sofá. Criar nuestros hijos como si fuesen fruto de sus entrañas. Emularnos para, un día, descubrir que pueden ser ellos mismos. Individuos quizás no mejores. Pero con auto-libertad para decidir qué errores cometer o aciertos destacar.

Porque también lo que creamos desea
ser individuo; y aquí se expuso
SAN ISAAC ASIMOV desarrolló bastante el concepto con aquello del COMPLEJO DE FRANKENSTEIN (quizás el primer ejemplo en ciencia ficción del androide que pide independencia) y las TRES LEYES DE LA ROBÓTICA; a su sombra, distintas firmas han apoyado/renegado de ese concepto. Los últimos quisieran, parece ser, ver bondad superior a la reacción temida por Asimov y adláteres en los superrobots. Que podrían aun instruirnos en llevarnos bien, conservar la Naturaleza, comprendernos mejor, al tenerlos a ellos, no como referentes, sí como espejos.

Como coletilla final, no sé aún si la serie es estadounidense o canadiense. Pero llevo observando que éstos últimos producen considerable número de series de ciencia ficción. (Luego podemos disertar sobre el argumento, el elenco, qué están filmando.) Y da envidia. Porque, ¿qué nos diferencia de ellos? ¿Por qué no podemos imitarles en eso? Joder, es Canadá. Dicen que un país tela de aburrido. Llamativo pues todo lo poderoso (en ese sentido) suele proceder de EE.UU. (Menos MAD MAX.)

La IA que lo cambió todo
Más salero/creatividad podríamos exhibir, ¿no? Este Agosto quedé prisionero de la programación vespertina de Antena 3 un día. A merced de la cacareada producción propia. 

Vaya dos series consecutivas. Qué actuaciones. Menudos diálogos. Ni un catedrático declamaría así, ¡y los emitían fámulos decimonónicos excluidos de la EGB!

Algún día, si hay oportunidad, veré Humans y verificaré la exactitud de mis palabras. Una cosa no puedo ni quitarles ni negarles: se arriesgan. Y con ganas. Aquí…