Afiche. Paul rompe la monotonía de los aliens comepersonas o de dedos-linterna |
Empiezo destacando similitudes entre esta
amable película de ‘ambientación’ británica y TED,
la del descarado, drogata y salvaje osito MIMOSÍN,
que le da cien mil vueltas al pútrido pestiño de KICK-ASS.
Paul, un extraterrestre caído en nuestro desventurado mundo allá por cuando lo
de Roswell, escapa de una de esas bases secretas gubernamentales deleite de FOX
MULDER para ser recogido, tras aparatoso accidente de tráfico, por dos freakies ingleses que, tras engolfarse
en las delicias cosplay del Comic Com y los literatos endiosados que
firman libros, emprenden la ruta turística por las vías secundarias pero llenas
de encuentros sobrenaturales/extraterrestres del Medio Oeste norteamericano.
La película debe verse sin más
complicaciones, como un producto de fino acabado que persigue sobre todo la
complacencia de los aficionados al género de la ciencia ficción. La disfrutas
más, pues rebosan referencias que impregnan los diálogos de ambos perplejos
turistas, por no mencionar su indumentaria ni las querencias, algo aniñadas,
por objetos de coleccionismo de elevado coste.
Un cartelito que terminará siendo profético para nuestros héroes, fascinados con la ambientación OVNI que visitan |
Las réplicas baratas acaban costando
caro, como ambos descubren, aunque el trance luego deriva de tal modo (pese al
peligro en principio sugerido) que les permite salir ilesos, con el susto
metido en el cuerpo, eso sí, y con ayuda de Paul.
Se repasan, con acierto, estos mitos surgidos
en los últimos cuarenta años, enhebrados con las paranoias tipo J.J.
BENÍTEZ sobre extraterrestres que aumentan su misterio, acaso cebadas por
los Gobiernos interesados en tener atontado al personal con esas claves
enigmáticas mientras ultiman experimentos sociales, tecnológicos y militares
que parecerían dignos de despiadados conquistadores alienígenas.
Insólita versión de LOS 4 FANTÁSTICOS, con un peligro al volante, huyendo de las terribles fuerzas gubernamentales |
Criticar malvadamente esos mitos, no me parece. Pese a
la procacidad de Paul (inferior, empero, a la de Ted —sigue siendo mi favorito—),
toda la cinta busca un desenlace cordial que, a su vez, homenajee a esos filmes
que componen su columna vertebral. No hay vivo deseo de machacarlos, algo que
quizás hiciera un inspirado aunque demoledor KEVIN SMITH en un día pérfido. Pretenden
decir: Hey, todo esto ¡me flipa! Sin embargo, admito que tienen ciertos
elementos que pueden avergonzarme.
Pasa cuando, poco antes de toparse con
Paul, los dos freakies alucinados con
el espíritu ovnitológico del bar
donde paran a refrescarse, les abochornan dos rednecks de mala cuna, llamándoles incluso maricones. No les abruma
la falsa etiqueta sexual, sino el que, siendo tíos maduritos, se pierden por
chiquilladas de adolescentes. Resalta aún más estos complejos la “intromisión”
de RUTH, que, pese al reconocimientos de un incierto alarde erótico previo, les
obliga a un despertar sexual acelerado que significará romper lazos con ese querido
Universo de STAR WARS, FLASH GORDON, STAR TREK y las pueriles fantasías fetichistas de dóminas
andróctonas con tres pechos.
Intentando pasar inadvertidos por el paisaje urbano norteamericano y los ciudadanos de sus pequeñas ciudades |
Se hallan, entonces, en una sobrevenida
encrucijada; helos ahí: dos adultos loquitos por los muñequitos y las réplicas
de espadas, con aparente complejo de PETER PAN, y una mujer (perdida-presa en
el férreo misticismo dogmático de su freakieismo
religioso) que les exige madurar. Es la llamada de la Naturaleza: el sexo. En
sus garras, dejas de pensar en todo lo demás. Eso era una dulce área de
confort. Lo que Ruth propone exige prioridades que… Uno de los miembros del dúo
ODIA tener que aceptar.
Al fin convienen un acuerdo satisfactorio.
Es la pátina de bien intencionado edulcorante que desprende Paul, donde aprecias (y no es un
defecto, sino virtud) que, siendo de un molde muy parecido, se aleja de las muy
ácidas socarronerías (maduras, a pesar de sus detractores) de Ted. ¿A elegir? Sigo prefiriendo Ted. Es más elaborada, en otro sentido. Paul está igualmente laborada. Pero… en “bueno”.
Imagino que cubren el espectro para paladares de distinta exigencia. No te la
pierdas. Es bastante recomendable.