Afiche. Las constantes se mantienen: el coche amarillo, la motosierra, el héroe sarcástico... |
Tres episodios de treinta minutos confirman
¡el retorno grandioso del más icónico de los héroes desesperados, Ash,
caracterizado, como debía ser, por un iluminado BRUCE CAMPBELL (a quien la edad
ha echado algún kilo de más, pero sin mellar su mordiente y característico
sentido del humor, francamente fresco y irreverente) quien retorna, treinta
años después, a enfrentarse con esos perversos poseídos de ojos de pez hervido
y afiladas uñas.
Dios santo, ¡qué alegría me produjo
visionar esta serie, que destaca sobre esta sórdida atonía anodina de técnicos
policiales de probeta-y-laboratorio, o los pedantes pasmas metrosexuales que ni
se despeinan!, personajes planos y estereotipados incapaces de transmitir la
más mínima-nimia sensación de veracidad. Actuar siquiera. Por no citar a las intragables bulímicas dóminas que se comportan como esos policías, proclamando una absurda
postura feminista basada en… emular costumbres machistas.
Y doble alegría supone descubrir que no
va de zombis la cosa, ¡puta mierda de zombis, cojones!, sino de entes
diabólicos de un plano lovecraftiano. Se introducen en la carne auténtica de
personas desafortunadas a las que Ash da matarile con su inconfundible estilo y
una ingeniosa frase de recargado humor negro. Le han colocado, pega le veo, un
apéndice de dos chavales en plan aprendices. Empero, con el transcurso del
metraje, empiezan a granjearse tu aprecio. O tolerancia. (También sale XENA,
cuidado.)
BRUCE CAMPBELL se enfunda la sufrida camisa azul de ASH para adiestrar a estos dos jóvenes perplejos |
Hace siglos, un trío de entusiastas jóvenes
emprendedores deseaba meterse a cineastas. E idearon lo que hoy conocemos como Evil Dead. A destacar que la pobreza
como el proyecto vio la luz se compensaba con enormes dosis de arrebato y
talento, quedando en nuestra retina la vigorosa actuación del novel Bruce
Campbell y el manejo frenético de la cámara, vital, ingenioso, innovador, de
dibujo animado de CHUCK JONES o TEX AVERY de SAM RAIMI. (A ROBERT TAPERT sólo
le conocemos tareas de producción.)
La serie (rodada entre Australia y Nueva
Zelanda) ha seguido fielmente ese estilo feroz de mover la cámara. Campbell,
imagino, habrá efectuado un asesoramiento al respecto, mientras Raimi estaba
ocupado en algún otro proyecto. La cosa es que aquellos que, con sorpresa y
agrado, descubrimos los avatares de Evil
Dead allá por los ochenta (otra vez, Década 80 marca los tiempos/ritmos,
¿qué os parece?), vamos a disfrutar viendo aquellos vertiginosos travelings y fotogramas sacudidos marca
Raimi.
¡Menos mal, salimos del puto tóxico zombis! Que tocaba ya. La niña de EL EXORCISTA, ha envejecido |
Me gusta la gente que imprime su sello
particular a su obra. Le independiza. Caracteriza. Las puñeteras entregas de CSI-lo-que-sea se especializan en ser
clónicas; nada las resalta un episodio de otro. Todo transcurre en un escenario
frío de cristal helado donde recitan diálogos semejantes a cuescos. Tipos como
Raimi ‘corren el riesgo’ de tener un estilo personalísimo. La pega es que una
convencional/rancia casta de críticos (en su momento, denostaron los Evil Dead por esto: tener una estructura
narrativa visual poco convencional) y espectadores vituperen el ‘experimento’.
A cambio, el núcleo de fieles al estilo
es acérrimo, y aprecian a Raimi (por ejemplo) por ser constante a él. Mantenerlo.
No venderse. (Bueno, eludamos SPIDER-MAN
3. Las Majors a veces meten la
mano más de lo debido.) Y esos seguidores, por coherencia, perseveran con el
genio, ¡faltaría más! Lo personalísimo está muy criticado porque la inmensa
mayoría de creadores carece de ese sentido de “lo único”. Y, siendo la envidia
tan grande, estando tan extendida, ¡pues procuran aplastar esa rareza! Eso sí:
¡bien se nos invita, desde numerosos spots
televisivos, a ser distintos y únicos!
La motosierra, que no falte. Ah, cómo te han imitado por eso. Y no en plan homenaje, sino porque no damos para más |
Bruce Campbell… ¡GENIAL! ¿Cómo puedo seguir
encomiándole, si está escrita la palabra marco para definirle? Ojalá la serie,
su sarcástico protagonista, mantengan el pulso. ¡Necesitamos esta calidad! ¡Su
carencia es brutal! Y se multiplique, bendiciendo a otras producciones que
reclamen nuestra atención.