viernes, 10 de septiembre de 2021

EL VERGUDO Nº 12 – FURIA SOBRE BOSTON — TOCAN LA FIBRA A MACK BOLAN

 

Portada. ¿Puro escapismo o
un esfuerzo de catarsis, es
esta serie, en cojunto?

Tras avisar sobre el salto entre pulps de este activo (tan prolífico como longevo) vigilante (es material difícil de obtener en España, y más atendiendo al año de publicación. Tuve demasiada chamba al adquirir mis pocos ejemplares), paso a comentar esta entrega, en la cual al ex-vet del Nam Mack Bolan la Mafia logra poner en un apuro como quizás nunca soñó verse, aunque de modo abstracto dicha amenaza habirase su imaginación, concretándose al fin, trocando un miedo incierto en terrible certeza.

Su familia (la que le queda: su hermano menor) y su novia (que tan poca atención por su parte puede recibir) son secuestrados por una ambiciosa (y cruel) rama de la Familia en Boston, parte de un “juego de tronos”, lo cual lanza al furioso y expeditivo justiciero a su implacable rescate. 

Enseguida Bolan ensangrienta las calles de dicha urbe, continuando casi sin tregua. En pocas horas, aterra a las asentadas huestes en la ciudad de la Cosa Nostra (que poco a poco se refinan, aficionándose a los trajes caros, los restaurantes buenos, las galas donde codearse con la jet set, empresarial o política, “dejando de lado” —o aparentan— los usos brutales por los cuales hicieron leyenda), poniéndolos de rictus erectus y casi disparando contra cualquier sombra que les induzca sospecha.

Bolan sigue letal, empero afronta algo que teme desde que empezó su particular cruzada contra el Crimen Organizado: caer en manos de sus carniceros (y sus interminables tormentos) en canje por la vida de sus seres queridos. No parecía consciente Mack de que luego la Mafia podría retractarse del acuerdo. Que temiese que JOHNNY reanudase la contienda donde la dejó su hermano mayor. La Mafia no puede permitirse más asesinatos a posteriori. Ergo: nos los cargamos igualmente. De forma ejemplarizante, además. Para evitar imitadores (cosa que Bolan no consigue, curioso, en un país con tendencia a tenerlos).

DON PENDELTON (es un alias, recuerdo)
hojeando (que no ojeando) un texto; quizás
para documentar la siguiente escalada de
violencia de su afamado personaje

DON PENDLETON, con su vigoroso estilo, tan lacónico como práctico-descriptivo (hay mucho que aprender de este autor, al respecto), procura “a modo” concienciar a sus compatriotas del cáncer criminal que supone la Mafia para la patria. Está pensando, en atención a los años de aparición de estas sagas (finales de Década 60, inicio de Década 70 —aunque la existencia de THE EXECUTIONER se prolonga aun hoy—), de forma convencional, destacando a un colosal enemigo contra el cual los recursos de las administraciones se muestran, si no impotentes, incapaces, desbordadas. (Comentan sin embargo que la Mafia no es lo que “en tiempos de Bolan”; otros competidores les han robado terreno, superando su ferocidad. Aunque, para el caso, el problema persiste.)

Miles de argucias legales; resquicios en el Sistema; miedo; sobornos; incompetencia. Todo eso combate Bolan con su Pasadena AutoMag y su código de acero, ¡MÁS ACERO!, pensando estar dando correcta respuesta a una urgente emergencia nacional.

Ilustración de EL CASTIGADOR,
surgido a la estela de MACK
BOLAN y que ha sabido, con
increíbles altibajos, rentabilizar
la idea

Y el Sistema le valora forma óptima de resolver sus limitaciones y, “como puede”, le presta socorros mediante HAROLD BROGNOLA, actuando bajo cuerda. Esto conduce a un interesante análisis. A las llamadas “cloacas del Estado”. ¿Puede proceder así una democracia; tener su vigilante “a sueldo” para procurar resolver un problema que le supera por la magnitud de sus derechos garantistas? Se configuraron esos derechos para evitar la tiranía de una Administración despótica. Pero se ve que, para ciertos casos, sólo sirven para que aterradores asesinos queden libres, con acaso una advertencia (de la cual se ríen) por parte de los tribunales.

Un problema de tener un vigilante a sueldo estatalizado reside en que: ¿y cuando, Mack, te envíe Harold B a matar al Senador Tal porque… “supone” una amenaza para el país? ¿Acatarás atacando, o te revolverás, dudoso? Y digo Senador como activista, o periodista, o empresario, que se muestre indócil, o crítico, con la Administración NIXON (la de su época). ¿Qué hará, entonces, El Verdugo? ¿Ciega obediencia, o justa consciencia?