Portada del ejemplar comentado; pintura de GIL COHEN |
Probablemente sea lo segundo, aunque bien sabe Dios que tener un Bolan ahí afuera, acechando en las sombras a quien se burló de la Justicia y humilló a sus víctimas saliendo impune del tribunal, alguna vez sería indispensable. Pendleton se esfuerza en mostrar a este vet de Vietnam como un buen hombre, mesurado y juicioso, que procede con quirúrgica precisión al extirpar el tumor allá donde es más maligno, evitando las víctimas colaterales tanto como sea posible.
DON PENDLETON (a la izquierda) posando junto al ilustrador Gil Cohen. Contentos, se los ve, ¿verdad? |
Y, concedido: Bolan estará cabalmente equilibrado, y tomó una medida de pensamiento lateral para resolver un problema que no tenía adecuada solución al modo ‘civilizado’. Tal vez se enajenó un instante abrumado por el dolor. Quizás, lo vio todo con claridad incomparable y asumió este pesado manto de responsabilidad como un insoslayable sacrificio personal, tan doloroso como necesario.
La cubierta en edición inglesa |
Y Pendleton debía intuir algo de esto porque también pone notable énfasis en advertir que la de Bolan es la guerra de un hombre solo contra un mundo lleno de peligros. (Esto también obedece al sentimiento de individualismo ferozmente arraigado en el colectivo norteamericano, troquelado en el lema de los Rangers de Tejas: “Un motín, un Ranger”.) ¡Nada de imitadores! Porque sus errores deslucirían la fenomenal cruzada emprendida por su sólido sargento de francotiradores.
La longevidad del personaje es considerable; las cubiertas se hacen más barrocas, incluso |
Pero Bolan no emprende el vuelo motu proprio. Las circunstancias que lo empujan a tomar el avión surgen de un enésimo capítulo de su enfrentamiento con la Cosa Nostra, sí, pero sortear los procedimientos oficiales lo logra merced a la documentación que HAROLD BROGNOLA, el funcionario federal (o sea, el Estado) le proporcionara en Miami. Haciendo esto, advertimos que Bolan deja de ser un hombre que mata mafiosos porque desconfía del todo/completamente del Reverso Tenebroso de la Justicia, léase, la Ley, los tribunales y sus sentencias. Es un verdugo a sueldo del Estado, es la mano negra que llega donde la del CABALLERO BLANCO no puede. La pureza de su cruzada así queda desvirtuada.
Cubierta del primer número del cómic dedicado a EL VERDUGO; que no falte la combinación sexo y violencia, motores básicos de estos relatos |
Pacto continental esgrime un vago rasgo pueril que, comentan también, es autóctono de la mentalidad USA, una ingenuidad que a nosotros, europeos carcomidos por siglos de cínica Historia, nos obliga a sonreír sarcásticamente: apenas Bolan aterriza en Francia, la maquinaria justiciera estadounidense, intuyendo el Mal, se pone en ON y aniquila con eficaz resolución unos cuantos hampones. Sin mala intención, Pendleton nos “amonesta”: Fijaos: estos tíos llevaban años allí, mangoneándoos, y llega Bolan y ¡BANG-BANG!, ¡liquida el problema! A ver, ¿tanto os cuesta proceder así? Por Dios bendito, ¡estaban a tiro! ¿Tan difícil era? No, pero, señor Pendleton, no está Norteamérica para darnos lecciones de ese tipo, aunque le reconozco su decisiva ayuda para derrotar al nazismo, que tan bien le caía al Senador JOSEPH KENNEDY.
Una plancha de algún número del personaje. ¿Cuánto de THE PUNISHER se habrá drenado a MACK BOLAN?, me pregunto |
Pese a sus esfuerzos, la guerra de Bolan contra la Mafia se cobra víctimas inocentes, cuya sangre empieza a empañar su pureza. Él no resiste este dolor y decide continuar la pelea (no puede abandonarla; la Mafia ni olvida ni perdona. Sólo puede morir con las botas puestas) asumiendo un autismo selectivo. Tiene un momento de aflicción para GIL MARTIN, el vanidoso actor con quien la Mafia le confunde (y por eso le torturan) y la cosmopolita CICI CARCEAUX (otra fémina, como la azafata NANCY WALKER, que cae rendida ante sus viriles encantos al punto —¿cuál será el secreto de Bolan?—), pero, macho, la guerra es así de puta y debo ganarla como sea, así caigan amigos o enemigos.
Vuestro Scriptor.
Documentación adjunta: