Otro afiche de este ingenioso filme sobre una temática escabrosa para muchos |
Del compendio de filmes de uno u otro pelaje que tratan el escabroso asunto de los justicieros urbanos, siempre he considerado esta cinta de TROY DUFFY (aspirante a médico que, tras pasar por la música, terminó realizando esta película –con notable maestría pese a ser nuevo en esas lides-), la más inteligente de todas. Sus protagonistas, los hermanos CONNOR (VERITAS) y MURPHY (AEQUITAS) MACMANUS, irlandeses bostonianos, reciben la sagrada misión de ejecutar en el mundo del crimen la Ley de Dios, que es superior a la del Hombre. La ‘santidad’ que aureola su tarea les proporcionará letales y valiosos aliados, como WILLEM “JESUCRISTO” DAFOE, que encarna al singular y fascinado PAUL SMECKER, agente del FBI.
Los Elegidos, aparte de su primera y mordaz parte cómica, que acaso sea la que la hace tan relevante, rompe con el modus operandi del vigilante (víctima de una tragedia personal, asqueado de la pasividad social, repugnado por un permisivo Sistema saturado e incapaz de saciar su humano deseo de sangre en la medida exigida) y presenta a dos individuos que, motu proprio, se echan a la espalda la tarea de emprender una cruzada contra el crimen, aceptando sus riesgos y ventajas.
Y, tras la misa, un pito. CONNOR (SEAN PATRICK FLANNERY) y MURPHY (NORMAN REEDUS) poco podían imaginarse cómo cambiaría su vida pronto |
Los MacManus, profundamente religiosos, que no beatos, un tanto inofensivos, no obstante se ven implicados en un crimen y, después, asumen que han sido elegidos por la Más Alta Autoridad, Absolutamente Indiscutible, para ejecutar Su Ley Irrevocable. Es así como Duffy abandona el “canon” (léase: FRANK THE PUNISHER CASTLE, CHARLES PAUL KELSEY BRONSON, aun EL EX PRESO DE COREA) dotándoles del discernimiento obtenido durante la noche, pues padecen una revelación (interesante detalle, porque, como SAULO, salen de la ceguera), en la cual también son bautizados, recibiendo legitimización para emprender la labor encomendada por el mismo Dios.
PAUL SMECKER (WILLEN DAFOE) tampoco tardará en ver sus convicciones mutadas. Lo acompañan los sufridos detectives DOLLY, DUFFY y GREENLEY |
Los MacManus se sienten vehículos, no entidades. Dios manda. Ellos obedecen. No se consideran la justicia, como ocurre en los ejemplos antes citados. Es este detalle el que diferencia (y realza) Los Elegidos de otras obras (en papel, o filmadas) de este estilo. Sus “rivales” sufren un terrible estigma que les desarrolla un súbito y preclaro instinto, el que sólo ellos pueden arreglar la cosa, exclusivamente (con alguna eventual recaída que cuestiona sus actos, pero enseguida vuelven al “redil”), y deben actuar sin demora.
Más que una revelación, en esta secuencia se produce una conversión. Escena cargada de sigul |
Tampoco Los Elegidos puede escapar a su aire de tebeo tipo GARTH ENNIS, y los elementos que lo delatan pueden ser el “uniforme” de ambos hermanos, los tatuajes y rosarios que son como sus emblemas; sus marcados caracteres; el que uno de ellos se arroje, desde un sexto piso, para salvar al otro, flameando su albornoz como una cutre capa de BATMAN; su casa, un émulo ruinoso de la FORTALEZA DE LA SOLEDAD… Otro detalle que reafirma su decidida inspiración en el cómic la ratifica cómo IL DUCE (BILLY CONNOLLY) sale a escena: forrado de pistolas, en cantidad hasta aparatosa.
La extremaunción estilo "LOS SANTOS"; la mafia rusa empieza siendo su objetivo |
Este personaje, que resulta ser el padre de los MacManus, acapara también un puñado de tics gráficos. Nos recuerda a Castle en su etapa entre rejas (donde tiene sus roces con PUZZLE, ese villano de la cara tajada de forma tan macabra –visto en la última peli de The Punisher-), y luego en su edad, madura, y su carácter cerrado, sombrío, huraño, que le hace parecer un reverso de ALFRED (el de Batman), pero con malas pulgas. Es además autor de un lema poético que sirve de contraseña y le impide ejecutar a sus iluminados vástagos. El mismo modo como es presentado (la audiencia de la libertad condicional) es el primer aviso sobre su inspiración ilustrada.
Dos personajes más (aparte del sufrido trío de policías) concitan interés; el principal es Smecker, tanto por lo exuberante de su (también un tanto estridente) carácter como por su complejidad. Como agente del FBI lo asquea el Sistema (lleno de agujeros), pero no tiene la fuerza de voluntad para desobedecerlo y se empeña en cumplir sus leyes (porque, fuera de ellas, ¿qué hay?), envidiando empero la fe y determinación de los MacManus, LOS SANTOS, como los denomina la prensa, adjudicándoles aureola de superhéroes (en el epílogo se les junta con Batman y SUPERMAN). También intuimos que repudia su propia sexualidad (da muestras en varias ocasiones) pero tampoco logra zafarse de ella. Es revelador que empiece a ver la luz tras salir del confesionario.
ROCCO (DAVID DELLA ROCO) echa unas risas con los que serán sus futuros compañeros 'vengadores' en una cinta eminentemente misógina y no falta de sentido del humor |
El otro personaje es ROCCO, (DAVID DELLA ROCCO), el astroso mensajero de la Mafia y gran amigo de los MacManus. A modo, obtiene sus minutos de gloria, sobre todo en el bar donde ejecuta a los hampones. Con Rocco, curiosamente, las cosas en Los Elegidos no terminan de separarse de su vis cómica, hasta que PAPPA JOE YAKAVETTA (CARLO ROTA) le asesina, momento en que nos damos cuenta de cuán serio es todo.
Es una lástima que una película tan astuta, una parábola/catarsis en la que Duffy niega a sus protagonistas la decisión final, al contrario que sus homólogos del cómic, el cine o el PULP, individualistas inflexibles e implacables, máquinas de inexpugnable criterio razonado, quedando la autorización de ejecutar en un Ser Superior, pasara meteóricamente por los cines. Por lo que fuera, careció de atractivos para llamar la atención del espectador. Sin embargo, repito, quizás sea la mejor cinta sobre vigilantes jamás filmada (pues emplea la violencia como vehículo, no como un fin que tape deficiencias de dirección o de guión), inteligente, divertida, polémica, elegante. Lo demuestra la pregunta que hace Connor a Il Duce: ¿hasta dónde vamos a llegar? Kelsey, Castle, no la harían. Matarían a destajo hasta el Juicio Final.
Ya comandados por IL DUCE (BILLY CONNOLLY), padre de Los Santos, se convertirán en un flagelo para el mundo del hampa sin igual |
Alguien, empero, siguió teniendo fe en los MacManus, pues regresaron para seguir ajustando las cuentas a quienes lo merecían. Y, tal como termina la secuela, quizás pronto regresen a la pantalla de plata.
Y, apelando a Dios, Duffy sacó, de forma ingeniosa, del atolladero ético a sus personajes, evitándoles plantearse si un individuo, voluntariamente, debe o no ejecutar criminales. Castle no lo duda. RORSCHACH (Duffy hace mención a KITTY GENOVESE en la película) tampoco. Los MacManus, en cambio, hacen lo que les mandan.
Vuestro Scriptor.