Un afiche. Ese hieratismo santurrón refleja la falta de calor humano que desprende la cinta en conjunto. No emociona; no empatizas. Todo es como sus fastuosos SFX: virtual robotizado |
Tan simple. La secuela de THE MATRIX es una gigantesca y fastuosa maquinaria
visual preñada de pseudometafísicas nimiedades cuya aparatosa confusión y
enrevesado lenguaje procura camuflar la casi inexistencia de coherencia
dramática, más allá de
(la Cúpula del Trueno)
los habituales presupuestos de una
narración, como el socorrido crecimiento del personaje (el viaje del héroe;
apela, cómo no, al único argumento que existe: el viaje), las relaciones íntimo/personales
y los momentos de triunfo, fracaso, dudas y certezas, que deben rellenar el
metraje y hacernos sentir compensados por el tiempo/dinero gastado en ver la
cinta en cine, o la TV. Irte, si no contento, convencido de que has aprovechado
la jornada con un buen espectáculo.
The Matrix Reloaded se reduce a una tramoya de peleas de BRUCE
LEE o JACKIE CHAN perpetradas por KEANU REAVES y el “metafísico” LAURENCE FISHBURNE, más los toques de fetish
mórbido/morboso del vestuario de TRINITY (ese vinilo una vez y otra lustrado
para que brille y destaque en la glacial fotografía) junto a tiroteos a lo cine
de JOHN WOO que hoy replican hasta la saciedad y, extremados, conducen a lo
delirante y absurdo. Queda bien cuando es cine de Hong-Kong, pues es como uno
de sus rasgos culturales idiosincráticos, empero como el parásito real Hollywood
lo ha absorbido pensando que es un recurso a explotar indefinidamente, deja ya
de tener impacto, y claro, para revitalizarlo deben subirlo otro peldaño más
Más MÁS hasta quedarse sin escalera.
A ver que sacra intención oculta retiene el vestuario de los machos; el de la hembra, ya está claro: rompedor/escandalizador para separarse del harapiento mundo real donde habitan |
Hemos pasado del tío que abate de un disparo con un .38 a treinta metros a un andoba a esto de vaciar dos cargadores en el pecho a un menda a quemarropa, sin tránsito medio. Bueno, lo hubo; aunque en seguida lo descartaron.
Lo trascendental es que The Matrix
Reloaded está vacío. Es imagen, pura y dura. Viñetas vivas de GEOFF DARROW. La farragosa complejidad de los diálogos
sobre la elección, el karma, la simbiosis hombres-máquinas, que si NEO, eres el
sexto elegido, que si Zion caerá y deberás elegir veintisiete reconstructores…
todo declamado con una prosopopeya espesa que enmaraña, no clarifica… son caudales
desesperados de los HERMANOS WACHOWSKY para convencer a la crítica de que, en
efecto, esto no es sólo tiros, acosos extremos, súbito metamorfoseo de AGENTES
de Matrix y culos prensados en vinilo durante persecuciones catastróficas de
coches con un distópico telón de fondo.
Ah, y la alusión/ilusión al mesianismo y los
apóstoles con dudas o certezas absolutas que representa MORPHEO, quien incita a
orgías cavernarias con sus soflamas fanáticas.
El cura que pega hostias a réplicas infinitas de un rival descentrado y con puras metas hedonistas; este guiño a DRAGON BALL es casi cómico |
Escrutada con atención las intenciones de
Matrix, no entiendes por qué mantiene una ilusión computarizada para tener a
los humanos (¿o clones?) cautivos proporcionándole energía (alguien dedujo que
la cantidad que podíamos generar era mínima-nimia) puesto que admite que, si destruye
a los zionitas y los que tiene retenidos, podría sobrevivir… tirando, pero
sobreviviría. Siendo en última esencia una máquina, ¿qué propósito EMOCIONAL
tiene? Sobrevivir para ¿qué? Le sucede como a SKYNET: desencadeno el Día del
Juicio Final para librarme de los humanos y… ¿Y?
¿Conquistar el Universo? ¿Reformar la
Tierra? ¿Crear su estipe de esclavos T-800 que repliquen nuestra Sociedad? Los
creadores de estos mitos no tuvieron, al parecer, claro qué hacer después. Los
humanos nos marcamos metas, planeamos futuros. Pero ¿y Matrix? ¿O Skynet? ¿Son cautivos
de sus rutinas originales programadas, pese a sus aspiraciones de libertad, una
autoilusión, engaño que justifique sus acciones, a sí misma?
A Matrix encima le salen programas rebeldes (el ORÁCULO, SMITH) que lo enredan todo (para que esto abunde el metraje), cuya única finalidad es el hedonismo, confiesan. Vaya meta para grandes máquinas que deben sustituirnos, ¿no?