viernes, 21 de febrero de 2025

SNATCH! — CERDOS Y DIAMANTES

 

Afiche. El florido y diverso elenco
con el perro tocacojones delante.
Maleantes peculiares en situaciones
que rozan lo inverosímil

La segunda cinta de GUY RITCHIE amplió su reputación de regidor rompedor con ‘algo’ harto interesante que contar… aunque se apoyase puntualmente en QUENTIN TARANTINO; el estadounidense había abierto notable brecha en el concepto del noir con RESERVOIR DOGS y PULP FICTION, rompiendo con varios estándares aceptados por todos, aunque a veces algunos directores los vulneraran un poco; sugiero SAM PECKHINPAH con QUIERO LA CABEZA DE ALFREDO GARCÍA, o JOHN BOORMAN con A QUEMARROPA. Filmes que se apartaban del concepto “familiar” del cínico detective con gabardina y secretaria mordaz en cochambrosa oficina a lo SAM SPADE.

Ritchie quiso emular a Tarantino, talento personal/creativo aparte. ¿Por qué no hacerlo? Superarle incluso, de presentarse la oportunidad. Lo emula en lo de presentar pintorescos marginados/terminales del submundo del hampa; peculiares personajes que anadean por las calles más/menos siniestras de Londres. Fecundo feudo abonado de sugestiva diversidad para lo que pretende contar, haciéndolo con notable acierto.

Los atribulados protagonistas de estos bajos 
fondos de historieta donde despuntamos a
BORIS EL NAVAJA también

Ritchie siempre despierta esa sospecha de viñetas en sus fotogramas. No sé cómo de apuntado a 2000AD estará, siquiera si lee TBOs. Empero la influencia que las historietas han estampado a su obra nos es manifiesta para quienes gozamos de ese esparcimiento. Sus personajes tienen rasgos de cómic. Usan alias que suenan irreales en la vida real. Consecuentes sobre papel.

Nos presenta a TURCO, modesto delincuente que sobrevive sin estrecheces en ese hampa londinense que a modo domina EL LADRILLO, figura espeluznante con el cual ni conviene cruzarse ni menos aún cabrear. Escoltado de matones igual de implacables, gobierna los bajos fondos arrojando a sus piaras de cerdos a sus enemigos; no obstante, imagino procura no exceder sus límites/capacidades para que los “gobernadores”, los auténticos pesos pesados del crimen de la capital inglesa, no lo aplasten como un insecto.

PELIGRO-PELIGRO; EL LADRILLO y sus
sicarios, igual de malos; tienen de quién aprender

Turco procura profundizar poco en el delito. Hace trapicheos insignificantes que pueden reportarle pequeñas condenas en caso de pillarle. Sin embargo, adversos avatares y la ineptitud de su compadre al comprar una caravana (porque la que usa Turco como sede es auténtica ruina), le comprometen de tal modo que se ve obligado a hacer lo que más teme: solicitar favores a El Ladrillo, usurero que los cobra al más alto interés posible.

Sorprendidos por LOCK AND STOCK, su soberbia labia, combinación de submundo con personajes inefables en entornos casi indescriptible, Snatch! (decían que, en argot, significaba ¡coño!, en plan interjección) debía por supuesto generar grandes expectativas que Ritchie no defrauda. Hasta puede contratar a un BRAD PITT en pleno auge, que interpreta a un boxeador gitano “tirado” con puños de dinamita y garla incomprensible, un toque de retorcido humor que Ritchie elimina de golpe cuando El Ladrillo manda matar de cruel manera a la madre del gitano (presentados como lacra social inglesa).

Maleantes y mantas; el toque étnico en una cinta
donde el personal femenino es fantasmal, por no
decir efímero. Consecuente, teniendo en cuenta
la trama; no dejaba espacio a romances bobos

En la línea humor, Ritchie presenta a un trío de espabilados negros que adquieren un formidable diamante codiciado por los principales secundarios de la historia. En perspectiva, la tramoya de esa gema es una subtrama, aunque parezca que Snatch! va de eso: de recuperar el diamante ofrecido a codiciosos traficantes de alhajas judíos. Otra vez pienso que el auténtico argumento de la película es ejecutar un majestuoso ejercicio de caracterización de sujetos cuya estructura psicológica se ha esmerado Ritchie en crear para construir un fantástico episodio digno del cine criminal, marcando al espectador.

Apunto que el romance con MADONNA (ésa que exagerados dicen arruinó su carrera — aunque algo parece afectó—) se esboza en algunos compases en la cinta, como demuestra la obsesión por un tema de la rubia el espectacular TONY DIENTE DE BALA. En resumen: Snatch! es espectáculo “anti” ARMA LETAL (como elemento innovador del género en su momento) que empujaría al ávido público a ver ROCK`N`ROLLA.