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Afiche. El florido y diverso elenco con el perro tocacojones delante. Maleantes peculiares en situaciones que rozan lo inverosímil |
La segunda cinta de GUY RITCHIE amplió su
reputación de regidor rompedor con ‘algo’ harto interesante que contar… aunque se
apoyase puntualmente en QUENTIN TARANTINO; el estadounidense había abierto notable
brecha en el concepto del noir con RESERVOIR DOGS y PULP FICTION, rompiendo con varios estándares aceptados
por todos, aunque a veces algunos directores los vulneraran un poco; sugiero
SAM PECKHINPAH con QUIERO LA CABEZA DE ALFREDO GARCÍA, o JOHN BOORMAN
con A QUEMARROPA.
Filmes que se apartaban del concepto “familiar” del cínico detective con
gabardina y secretaria mordaz en cochambrosa oficina a lo SAM SPADE.
Ritchie quiso emular a Tarantino, talento
personal/creativo aparte. ¿Por qué no hacerlo? Superarle incluso, de
presentarse la oportunidad. Lo emula en lo de presentar pintorescos marginados/terminales
del submundo del hampa; peculiares personajes que anadean por las calles
más/menos siniestras de Londres. Fecundo feudo abonado de sugestiva diversidad para
lo que pretende contar, haciéndolo con notable acierto.
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Los atribulados protagonistas de estos bajos fondos de historieta donde despuntamos a BORIS EL NAVAJA también |
Ritchie siempre despierta esa sospecha de
viñetas en sus fotogramas. No sé cómo de apuntado a 2000AD estará,
siquiera si lee TBOs. Empero la influencia que las historietas han estampado a
su obra nos es manifiesta para quienes gozamos de ese esparcimiento. Sus
personajes tienen rasgos de cómic. Usan alias que suenan irreales en la vida
real. Consecuentes sobre papel.
Nos presenta a TURCO, modesto delincuente
que sobrevive sin estrecheces en ese hampa londinense que a modo domina EL
LADRILLO, figura espeluznante con el cual ni conviene cruzarse ni menos aún cabrear.
Escoltado de matones igual de implacables, gobierna los bajos fondos arrojando
a sus piaras de cerdos a sus enemigos; no obstante, imagino procura no exceder
sus límites/capacidades para que los “gobernadores”, los auténticos pesos
pesados del crimen de la capital inglesa, no lo aplasten como un insecto.
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PELIGRO-PELIGRO; EL LADRILLO y sus sicarios, igual de malos; tienen de quién aprender |
Turco procura profundizar poco en el delito.
Hace trapicheos insignificantes que pueden reportarle pequeñas condenas en caso
de pillarle. Sin embargo, adversos avatares y la ineptitud de su compadre al
comprar una caravana (porque la que usa Turco como sede es auténtica ruina), le
comprometen de tal modo que se ve obligado a hacer lo que más teme: solicitar
favores a El Ladrillo, usurero que los cobra al más alto interés posible.
Sorprendidos por LOCK AND STOCK, su soberbia labia, combinación de
submundo con personajes inefables en entornos casi indescriptible, Snatch!
(decían que, en argot, significaba ¡coño!, en plan interjección) debía por
supuesto generar grandes expectativas que Ritchie no defrauda. Hasta puede
contratar a un BRAD PITT en pleno auge, que interpreta a un boxeador gitano
“tirado” con puños de dinamita y garla incomprensible, un toque de retorcido
humor que Ritchie elimina de golpe cuando El Ladrillo manda matar de cruel
manera a la madre del gitano (presentados como lacra social inglesa).
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Maleantes y mantas; el toque étnico en una cinta donde el personal femenino es fantasmal, por no decir efímero. Consecuente, teniendo en cuenta la trama; no dejaba espacio a romances bobos |
En la línea humor, Ritchie presenta a un
trío de espabilados negros que adquieren un formidable diamante codiciado por los
principales secundarios de la historia. En perspectiva, la tramoya de esa gema
es una subtrama, aunque parezca que Snatch! va de eso: de recuperar el
diamante ofrecido a codiciosos traficantes de alhajas judíos. Otra vez pienso
que el auténtico argumento de la película es ejecutar un majestuoso ejercicio
de caracterización de sujetos cuya estructura psicológica se ha esmerado
Ritchie en crear para construir un fantástico episodio digno del cine criminal,
marcando al espectador.
Apunto que el romance con MADONNA (ésa que exagerados dicen arruinó su carrera — aunque algo parece afectó—) se esboza en algunos compases en la cinta, como demuestra la obsesión por un tema de la rubia el espectacular TONY DIENTE DE BALA. En resumen: Snatch! es espectáculo “anti” ARMA LETAL (como elemento innovador del género en su momento) que empujaría al ávido público a ver ROCK`N`ROLLA.