Afiche foráneo lleno de colorines y donde no entiendes nada de lo que ves |
La adaptación del cuento de HARLAN ELLISON del mismo título (aunque aquí estrenaron la película como 2024, Holocausto nuclear) por parte de L.Q. JONES profundiza más en el mundo subterráneo de Topeka de lo que el relato hace. El personaje de QUILLA JUNE HOLMES (SUSANNE BENTON) adquiere una dimensión más amplia y sofisticada, así como gana también un poco más de angulosidad la caterva de carcas que gobernaban la Subtrópolis.
Asimismo Topeka aparece como un entorno sellado sin simulacro de cielo, que lo tenía en el cuento, y los ciudadanos están controlados por normas que invaden la totalidad de las esferas públicas e íntimas. En el cuento se sugiere que abrazaron una época que juzgaron la más idónea de la Historia (por su grado de “decencia” o “pureza” moral, más que científica) para perpetuarla y evitar cometer el error (nuclear) que les forzó a vivir bajo tierra, a gran profundidad, lejos de los estragos de la Tercera Guerra. En la cinta se obliga a todo el mundo a vivir así, pensar así, actuar así, bajo una constante admonición de recetas de comida transmitidas por megafonía, que intercala mensajes destinados a MICHAEL (HAL BAYLOR) para que arregle esto o aquello, o le parta el cuello a algún disidente (ejecución solapada bajo el eufemismo “se fue a la granja”).
Los protas: VIC (DON JOHNSON) y BLOOD (voz de TIM MCINTIRE), al acecho en los páramos que les ha tocado vivir a base de sarcasmo y socarronería |
Pero 2024, Holocausto nuclear reproduce con bastante fidelidad el cuento de Ellison. Todos estos cambios, la Topeka totalitaria que obedeciera a algún impulso de la época (1974), ayudan a engrosar un texto que era magro por su naturaleza. L.Q. Jones juzgó que nadie pagaría un par de pavos por ver a DON JOHNSON (aún cercano a su época del porno, pero lejos de MIAMI VICE) ladrándole obscenidades malhumoradas a un perro de mirada triste en medio de un secarral perdido de la mano de Dios.
¡En el cine, bien cómodos! En ningún momento, el filme aclara por qué Blood es telépata, ni se hace referencia al mundo que lo permitió, al avance científico que supone |
Así que… (supongo pensó)… son los 70, estamos comprometidos con algo que suena fuerte y revolucionario, e incorporarlo a la trama es un argumento tan bueno como cualquier otro para rellenar metraje. Además, apelando a la lucha de un joven tarugo por la supervivencia en un oscuro y oscurantista entorno que disimula una dictadura con recetas de tartas de manzana y desfiles de bandas de música de pueblo, muchacho que es desconsideradamente explotado tanto por Quilla June (más por ella) como por el consejo tribal comandado por JASON ROBARDS, seguro que el giro del protagonista comprometiéndose con la lucha por la libertad y tal le hace tilín a la crítica y nos vapulea poco. Demostramos estar en sintonía con la modernidad, ajá, sí. De momento, id llenando la sala del cine que debo recuperar la inversión efectuada.
QUILLA JUNE HOLMES (SUSANNE BENTON) logra embrujar de esta manera al siempre 'dipuesto para la acción' de Vic (convindente Don Johnson, por cierto) |
Y un derroche económico, por cierto. Suerte que los extensos páramos estaban ya puestos, y los andrajos que engalanaron a los personajes de la película debieron salir baratos. Para continuar en una línea de austeridad presupuestaria (¡algo que vamos a conocer bien pronto!), L.Q. Jones ni siquiera encargó la construcción de algunas maquetas que simularan una ciudad derruida y achicharrada, como describe Ellison en el relato, sino que sugiere que todo está enterrado bajo el manto polvoriento del yermo.
HAL BAYLOR como MICHAEL, el robot multiusos; la "cara amable" de un sistema de gobierno despótico |
Así provecha para mostrar una rapiña de las que nutren a VIC y a BLOOD (el perro) en estos desolados andurriales, presentando a un grupo de los que tanto temía llegar a pertenecer el Vic del cuento, cavando como locos extrayendo alimento enlatado. El grupo parece una extraña comparsa de bufones medievales jugando a algo más que a desesperados supervivientes de un mundo barrenado por la IV Guerra Mundial, que duró cinco días, y lograron vaciar todos los silos de armas nucleares.
El resto del metraje desarrolla el constante tira-y-afloja entre las personalidades del perro y el muchacho. Blood (voz de TIM MCINTIRE) se muestra cauteloso y paciente. Instintivo. Vic, impulsivo e insensato, queriéndolo todo para ya; y aun así, le parece muy tarde.
Atentos a la expresión de Vic; con estas pintas pensaba conquistar el futuro. Le repateaban el hígado, claro |
Acaso por estar UN MUCHACHO Y SU PERRO narrado en primera persona, y Vic racionaliza sus actos al lector, su conducta pasa contemplada como la de un bárbaro al que un perro enseñó un puñado de rudimentos culturales. Pero el filme le muestra como un violador que todavía se ofende con la víctima por oponer resistencia, como si Vic estuviera haciéndole un favor, no una desgracia. Aún puede alegar que es hijo de su época, y que quizás no es tan malo como los que merodean a Quilla Jone en la ruina donde entablan el combate que deja herido a Blood. Pero no debemos hacernos ilusiones con respecto a Vic.
JASON ROBARDS (derecha) como LOU CRADDOCK, el mandamás de Topeka, auxiliado por el DR, MOORE (ALVYN MOORE) y MEZ SMITH (HELENE WINSTON) |
Durante las relaciones que mantienen tras el tiroteo (que Vic gana simulando ser un aterrador mutado, un SCREEMER, que brilla verde en la oscuridad, espantando a la banda que les quería violados y muertos, amén), Quilla June se lo camela y lo transforma en un egoísta absolutamente dependiente de su embrujo, tanto que abandona sin reparo moral alguno a Blood en el exterior pese a su estado, ignorando el vínculo de amistad que les une.
A modo de castigo poético por esta traición, cae en la trampa urdida por los de Topeka; el consejo carca que quiere “sangre nueva” para fecundar a treinta y cinco jóvenes, y la que Quilla June planeó, empleando a Vic, un salvaje manipulable con sexo, para dar un golpe de estado que la entronizara.
Quilla June irreconocible de blanco; ante el altar del enlace que justifica las "relaciones" con Vic; está a un paso de iniciar su propia "revolución" |
Esta es otra diferencia con el relato, pues Quilla June se presenta como el cebo sexual que refleja la película, pero luego queda reducida a cándida enamorada del silvestre superviviente. No desarrolla esta ambición revolucionaria que exige sangre para ungir sus cambios. Lo más que obtiene es que Vic se cargue al robot Michael multiusos, y terminar engullida por Blood cuando logran escapar de Topeka, regresando arriba.
Es este cínico reverso de la conducta heroica (rescato a la joven en peligro sólo para que alimente a mi mascota) el que da atractivo a un relato al que, en su adaptación al cine, despojaron de toda referencia a lo homoX tan presente empero en el cuento. Podemos iniciar revoluciones sanguinarias, pero el héroe no acabar tan mal sus días de acción, es la consigna. Y L.Q. Jones, por supuesto, la respetó.
Al final, las cosas se resuelven como debieran. El vínculo entre estos dos tiene algo que supera las veleidosas y gratas promesas de Quilla June |
Vuestro Scriptor.
De otros supervivientes: