La cantidad habla por sí sola. Agradezco el apoyo de quienes, con sus recomendaciones, ayudaron a que esta esta cifra se alcanzara |
Aquí se llamaba RUFUS. Una de dos: o esas historias eran la hostia, o nosotros muy jóvenes o ingenuos |
Y, evocando viejos hitos, miran con perplejidad próxima al desaliento y la desconfianza los rumbos que sus editoriales preferidas y sus personajes favoritos están tomando. La cosa es muy simple, muchachos: todo está ya contado. Y recontado de nuevo. Y habéis encumbrado a firmas con instinto, pero no definición. Ahora, próximos a su límite, os desconcierta qué están produciendo. Sólo hay un ALAN MOORE (pongamos). Y éste nunca pretendió imitar a nadie, sólo relatar lo que bullía en sus sesos. Punto. Hoy día no tenemos legiones de escritores con buenas ideas, sino imitadores obsesionados con “crear” su propio WATCHMEN, y, merced a eso, hacerse inmortales. Tal empeño está desangrando la industria.
Boceto para una eventual portada de LA ESCLAVA DE MARSOON. La próxima novela que podréis leerme |
Inicié Una historia de la frontera con la firme intención promocionar mi labor, tras los siete años que colaboré con TEBEOSFERA, web decana del estudio y la difusión de la historieta en España. Ahí ‘fortalecí’ mis ‘músculos literarios’, que se probaron en las distintas novelas remitidas a concursos y editoriales con dispar suerte. Uno de los frutos de esa experiencia es el enriquecimiento de ese tonillo, cínico/cítrico, que contienen mis reseñas, y que parece ser, es cosa de vuestro agrado.
No sé qué éxito material ha tenido esta aventura, cuántas novelas habré vendido gracias al blog, a qué empresas interesó mi actividad. La competencia al respecto es brutal, y no os digo nada del aspecto literario. Compito contra autores formidables y con más veteranía, como demuestran en sus propios espacios, y es dura esta “lucha” debido a mi limitada dosis de talento… y nula capacidad para las relaciones públicas. Sólo tengo mi trabajo, amigos y amigas. Espero deslumbrar por él. No haciendo reverencias. (Se supone que, en un mundo decente, siendo bueno el trabajo, ya basta para ayudarte.)
Os agradezco la fidelidad y la constancia demostrada, y saludo a quienes ‘pasen’ a partir de ahora por ‘la frontera’. He evitado faltaros lo máximo, en serio, pero respetad mis creencias e ideas. No todos queremos ser robots del amanecer progre, como parece ser la exigencia para quien se lanza a la aventura de mantener un blog. ¿No tenemos el derecho a opinar distinto? ¿O me he equivocado?
Vuestro Scriptor.