jueves, 26 de septiembre de 2013

MASTERS DEL UNIVERSO — EL CUTRECUARTO MUNDO DE MATTEL

Afiche foráneo. Este HE-MAN afirma
tener el poder... de quedarse petrificado
…y del texto de un espadachín melenudo que combatía sui géneris extraterrestres, a otro que invadió, con indefinible éxito, las pantallas de cine, salto dado desde las jugueterías y tiendas de cómics.

No sé hasta qué punto este filme de GARY GODDARD yace en el légamo del olvido; por sí, la cinta acapara bastantes atractivos como para no recordarse: torpe puesta en escena, montones de manidos tópicos, peleas acartonadas, FX en el límite, actuaciones deleznables, encabezadas por la del estólido DOLPH LUNDGREN.

Y eso que “el entorno” prometía; la potente Serie B de Década 80 suministró historias con menos presupuesto aún (o argumentos apenas más floridos) que lograron convertirse tanto en hitos como ejemplo a seguir. He aquí qué distingue a un director de otro, cómo con sus (limitados) recursos consigue alcanzar la gloria o amalgamarse con el anodino montón de mediocres y nuncanada, especializados en trabajos menores, de escasa entidad.

DOLPH LUNDGREN como He-Man; así,
de entrada, imponente, pues quizás sí salve
el Universo. Pero, a la hora de la verdad...
Podría imputársele a los productores (los inefables de CANNON GROUP) que metieran la zarpa hasta límites indecorosos (como SYLVESTER STALLONE en JUDGE DREDD). También que el material de base sólo permitiese rodar un entretenimiento de rápida asimilación y olvido (difícil de creer, siendo fantasía pletórica de elementos), como un fast-food de celuloide, en vez de un llamativo clásico, de culto, que lamentáramos, en reseñas futuras, cómo podría haber sido de tener más apoyo.

SAM RAIMI, me parece, hubiera hecho, pese a todo esto, un encomiable Masters del Universo. (De contar con plena libertad creativa.) Aun PETER JACKSON podría haber destacado con este filme. Ambos habrían hallado el enfoque óptimo para despuntarlo.

FRANK LANGELLA es SKELETOR; no hay película de este
estilo sin villano de este corte. (Y versión de DARKSEID
en celuloide, por ahora)
Son ejemplos de autores que, con poco, logran mucho. Proceden de duras escuelas, obligados a exprimir a tope lo escaso disponible, pero haciendo que parezca realmente costoso. Si te anegan desde el principio de dinero y equipo, igual te las das de gran director y derrochas todos esos recursos, sabiendo que vendrán luego más.

Intento, empero, recordar que Goddard pudo contar con obstáculos (productores entrometidos, Mattel intolerante…) que barrenaron su talento y boicotearon tanto el guión, lleno de aciertos que jamás dejaron filmar, como la película, legando esto que conocemos como Masters del Universo, y que no deja de ser adaptación al plástico apto para consumo infantil de El Cuarto Mundo y toda la parafernalia de LOS NUEVOS DIOSES imaginados por Jack Kirby, breado de su experiencia negativa en MARVEL. (DC COMICS no le trató mejor.) Sino, ¿acaso SKELETOR (FRANK LANGELLA) no es DARKSEID? Es un tiparraco maligno con el rostro distinto al resto del cuerpo, y dueño de ciertos poderes nefarios.

Este enano, GWILDOR (BILLY BARTY) no tiene perdón de
Dios. Valente alivio cómico metieron en la película, tío
Además, Masters del Universo (muy a remolque de STAR WARS) empieza en Eternia, un distante mundo, y sus paisanos acceden al nuestro mediante especie de teletransportador que abre un túnel… el BOOM TUNEL descrito en El Cuarto Mundo, aunque aquí tiene base musical para darle encaje a la pareja de humanos que aparece en la cinta. (¿Debían; eran indispensables? ¿Las graves planicies de Eternia no eran lo suficientemente extensas y fértiles en maravillas que debían trasladar la cutreacción a Los Ángeles?)

EVIL-LYN (MEG FOSTER) no se
mueve así la maten. Entre los villanos
de menor rango, hay interesantes
creativos también desperdiciados
Lundgren interpreta un HE-MAN falto de convicción. Casi siempre, el masivo nórdico ataviado en plan JOHN CARTER de Barsoom parece esperar que ocurra algo (¿qué?) que supla sus carencias actorales, o disimile las limitaciones del libreto.

Acaso se salve Langella por su colorida actuación, llena de la mímica ausente en la de Lundgren. Debió divertirse lo suyo con la capa, haciendo cuanto le impidieron como DRÁCULA. En la línea histriónica de los rimbombantes supervillanos discursivos de Marvel, pienso que intentó darle un empaque al filme que, por sí, no poseía.

Pero, en conjunto, los personajes (sobre todo, los secundarios) adolecen de rigidez de clichés y acartonamiento. Son notablemente refractarios. Sin duda, y viendo qué limitaciones exhibiera Goddard (por no decir la historia, o su protagonista), llegaban al set por la mañana, hacían sus bromas durante el maquillaje y, bajo los focos, dejaban transcurrir el tiempo para volver a casa y tomar un Martini reparador.

Terrestres en una fantasía sideral; STAR WARS no los
necesita; ¿por qué
Masters del Universo sí? También se
lucen, JULIE WINSTON (COURTENEY COX) y KEVIN
CORRIGAN (ROBERT DUNCAN MCNEILL)
Poseyendo elementos fantabulosos de interés que explotar y explorar, Masters del Universo empero se confinó en localizaciones californianas como si el tremendo salvador de Eternia, y el Cosmos, dada la rampante amenaza de Skeletor (vaya nombre), tuviese un agudo ataque de agorafobia, y sólo viendo cerca un McDonalds se sintiera seguro.

Pueden argüirse carencias de presupuesto, que no podían recrear fantásticos pagos extraterrestres. Pero ¿se necesitaban? Aquí es donde el talento del director actúa, sabiendo emplear sus recursos de modo que lograran deslumbrarnos. Estamos ante otro (pero mal realizado) episodio  del eterno conflicto del Bien contra el Mal, mas no se explica por qué He-Man es el campeón de Eternia, qué produce el hambre de poder de Skeletor, por qué ese planeta tiene la preponderancia sideral que unas pocas líneas de diálogo le asignan.  Y no era cuestión de remitirnos a la infancia de los antagonistas, o flashbacks complejos, para abonar nuestra información. Diálogo era cuanto precisaba; referencias y un par de maquetas o pinturas para respaldarlo.

Lo que faltaba: el pasma capullo (JAMES TOLKAN como
el DETECTIVE LUBIK). Tolkan se encuadró en este tipo de
roles y no pareció ser capaz de eludirlos
Para la inmensa mayoría que desconocíamos el origen de He-Man y los demás juguetes de complemento, Masters del Universo semeja dados lanzados de sopetón al fieltro de nuestro consumo. Se suponía (¡máxima arrogancia!) que estábamos en el secreto, no precisábamos más aclaración. ¡Grave error en un narrador!

Todo esto conduce a la siguiente conclusión: ¿a quién se destinaba, pues, Masters del Universo? Más allá de a los fans de los juguetes, a un público muy poco sutil, exigente, que tanto gozaba con esto que con un episodio de THE A-TEAM. Ambos productos tienen igual traza e idéntico triste destino: un desdén compasivo y el olvido. Se buscó rendimiento económico inmediato, en vez de realizar una inversión que siguiera dando dinero décadas después de su estreno, merced a secuelas o precuelas.

Varios decorados, por su evocación a los de DUNE,
merecen destacarse de esta producción
Pese a su grandilocuente título, Masters del Universo no se concibió para lo cósmico, sino para lo doméstico, un ámbito muy reducido. Como exuberante fantasía, y en manos más capaces, merecía suerte mejor. Más decente.

Vuestro Scriptor.