Afiche foráneo. Este HE-MAN afirma tener el poder... de quedarse petrificado |
…y del texto de un espadachín
melenudo que combatía sui géneris
extraterrestres, a otro que invadió, con indefinible éxito, las pantallas de
cine, salto dado desde las jugueterías y tiendas de cómics.
No sé hasta qué punto este filme de GARY
GODDARD yace en el légamo del olvido; por sí, la cinta acapara bastantes
atractivos como para no recordarse: torpe puesta en escena, montones de manidos
tópicos, peleas acartonadas, FX en el límite, actuaciones deleznables, encabezadas
por la del estólido DOLPH LUNDGREN.
Y eso que “el entorno” prometía; la
potente Serie B de Década 80 suministró historias con menos presupuesto aún (o
argumentos apenas más floridos) que lograron convertirse tanto en hitos como ejemplo
a seguir. He aquí qué distingue a un director de otro, cómo con sus (limitados)
recursos consigue alcanzar la gloria o amalgamarse con el anodino montón de
mediocres y nuncanada, especializados
en trabajos menores, de escasa entidad.
DOLPH LUNDGREN como He-Man; así, de entrada, imponente, pues quizás sí salve el Universo. Pero, a la hora de la verdad... |
Podría imputársele a los productores (los
inefables de CANNON GROUP) que
metieran la zarpa hasta límites indecorosos (como SYLVESTER STALLONE en JUDGE
DREDD). También que el material de base sólo permitiese rodar un
entretenimiento de rápida asimilación y olvido (difícil de creer, siendo
fantasía pletórica de elementos), como un fast-food
de celuloide, en vez de un llamativo clásico, de culto, que lamentáramos, en
reseñas futuras, cómo podría haber sido de tener más apoyo.
SAM RAIMI, me parece, hubiera hecho, pese
a todo esto, un encomiable Masters del
Universo. (De contar con plena libertad creativa.) Aun PETER JACKSON podría
haber destacado con este filme. Ambos habrían hallado el enfoque óptimo para
despuntarlo.
FRANK LANGELLA es SKELETOR; no hay película de este estilo sin villano de este corte. (Y versión de DARKSEID en celuloide, por ahora) |
Son ejemplos de autores que, con poco, logran
mucho. Proceden de duras escuelas, obligados a exprimir a tope lo escaso
disponible, pero haciendo que parezca realmente costoso. Si te anegan desde el
principio de dinero y equipo, igual te las das de gran director y derrochas
todos esos recursos, sabiendo que vendrán luego más.
Intento, empero, recordar que Goddard
pudo contar con obstáculos (productores entrometidos, Mattel intolerante…) que barrenaron su talento y boicotearon tanto
el guión, lleno de aciertos que jamás dejaron filmar, como la película, legando
esto que conocemos como Masters del Universo,
y que no deja de ser adaptación al plástico apto para consumo infantil de El Cuarto Mundo y toda la parafernalia
de LOS NUEVOS DIOSES imaginados por
Jack Kirby, breado de su experiencia negativa en MARVEL. (DC COMICS no le trató
mejor.) Sino, ¿acaso SKELETOR (FRANK LANGELLA) no es DARKSEID? Es un tiparraco
maligno con el rostro distinto al resto del cuerpo, y dueño de ciertos poderes
nefarios.
Este enano, GWILDOR (BILLY BARTY) no tiene perdón de Dios. Valente alivio cómico metieron en la película, tío |
Además, Masters del Universo (muy a remolque de STAR WARS) empieza en Eternia, un distante mundo, y sus paisanos
acceden al nuestro mediante especie de teletransportador que abre un túnel… el
BOOM TUNEL descrito en El Cuarto Mundo,
aunque aquí tiene base musical para darle encaje a la pareja de humanos que
aparece en la cinta. (¿Debían; eran indispensables? ¿Las graves planicies de
Eternia no eran lo suficientemente extensas y fértiles en maravillas que debían
trasladar la cutreacción a Los Ángeles?)
EVIL-LYN (MEG FOSTER) no se mueve así la maten. Entre los villanos de menor rango, hay interesantes creativos también desperdiciados |
Lundgren interpreta un HE-MAN falto de
convicción. Casi siempre, el masivo nórdico ataviado en plan JOHN CARTER de Barsoom
parece esperar que ocurra algo (¿qué?) que supla sus carencias actorales, o
disimile las limitaciones del libreto.
Acaso se salve Langella por su colorida
actuación, llena de la mímica ausente en la de Lundgren. Debió divertirse lo
suyo con la capa, haciendo cuanto le impidieron como DRÁCULA. En la línea
histriónica de los rimbombantes supervillanos discursivos de Marvel, pienso que intentó darle un
empaque al filme que, por sí, no poseía.
Pero, en conjunto, los personajes (sobre
todo, los secundarios) adolecen de rigidez de clichés y acartonamiento. Son
notablemente refractarios. Sin duda, y viendo qué limitaciones exhibiera Goddard
(por no decir la historia, o su protagonista), llegaban al set por la mañana, hacían sus bromas durante el maquillaje y, bajo
los focos, dejaban transcurrir el tiempo para volver a casa y tomar un Martini reparador.
Terrestres en una fantasía sideral; STAR WARS no los necesita; ¿por qué Masters del Universo sí? También se lucen, JULIE WINSTON (COURTENEY COX) y KEVIN CORRIGAN (ROBERT DUNCAN MCNEILL) |
Poseyendo elementos fantabulosos de interés que explotar y explorar, Masters del Universo empero se confinó
en localizaciones californianas como si el tremendo salvador de Eternia, y el
Cosmos, dada la rampante amenaza de Skeletor (vaya nombre), tuviese un agudo
ataque de agorafobia, y sólo viendo cerca un McDonalds se sintiera seguro.
Pueden argüirse carencias de presupuesto,
que no podían recrear fantásticos pagos extraterrestres. Pero ¿se necesitaban?
Aquí es donde el talento del director actúa, sabiendo emplear sus recursos de
modo que lograran deslumbrarnos. Estamos ante otro (pero mal realizado) episodio del eterno conflicto del Bien contra el Mal, mas
no se explica por qué He-Man es el campeón de Eternia, qué produce el hambre de
poder de Skeletor, por qué ese planeta tiene la preponderancia sideral que unas
pocas líneas de diálogo le asignan. Y no
era cuestión de remitirnos a la infancia de los antagonistas, o flashbacks complejos, para abonar
nuestra información. Diálogo era cuanto precisaba; referencias y un par de
maquetas o pinturas para respaldarlo.
Lo que faltaba: el pasma capullo (JAMES TOLKAN como el DETECTIVE LUBIK). Tolkan se encuadró en este tipo de roles y no pareció ser capaz de eludirlos |
Para la inmensa mayoría que desconocíamos
el origen de He-Man y los demás
juguetes de complemento, Masters del
Universo semeja dados lanzados de sopetón al fieltro de nuestro consumo. Se
suponía (¡máxima arrogancia!) que estábamos
en el secreto, no precisábamos más aclaración. ¡Grave error en un narrador!
Todo esto conduce a la siguiente
conclusión: ¿a quién se destinaba, pues, Masters
del Universo? Más allá de a los fans de los juguetes, a un público muy poco
sutil, exigente, que tanto gozaba con esto que con un episodio de THE A-TEAM. Ambos productos tienen igual
traza e idéntico triste destino: un desdén compasivo y el olvido. Se buscó
rendimiento económico inmediato, en vez de realizar una inversión que siguiera
dando dinero décadas después de su estreno, merced a secuelas o precuelas.
Varios decorados, por su evocación a los de DUNE, merecen destacarse de esta producción |
Vuestro Scriptor.
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