Afiche publicitario; la experiencia en THE AVENGERS ha debilitado la psicología de TONY STARK y ya no vive si no es enclaustrado en su traje de hierro |
Cómo se nota que DISNEY ha metido mano (profundamente) en los bien aceitados
engranajes de esta saga, quizás de todo en cuanto esté implicado MARVEL, compañía propiedad ahora de MICKEY MOUSE, y, aparte de ralentizar el
giro de esas eficientes ruedas, ha construido una secuela extraña, quizás
descompensada, comparada, al menos, con las entregas anteriores.
Han buscado ahondar en la personalidad de
TONY STARK (ROBERT DOWNING, JR.) al margen de su espectacular vestimenta
acorazada HI/TECH y ver cómo encaraba al mundo sin tan peculiar defensa.
Desnudo, dijéramos, y sin adecuada hoja de parra que cubrirle, aun mínimamente,
las vergüenzas. ¿Tendrá desparpajo para afrontar la abrasiva realidad?
SIR BEN KINGSLEY como EL MANDARÍN; en realidad, un mediocre actor interpretando al moderno VIEJO DE LA MONTAÑA y explotando nuestros terrores televisivos |
El planteamiento es bueno: expande, lleva
a salas quizás nada glamurosas, pero parte también del icónico personaje.
Numerosos lectores de cómic me han expresado que lo que les atrae de Iron Man es el hombre bajo el blindaje,
los atractivos que enfoscan a Tony Stark: mujeriego, billonario, bon vivant, espectacular inventor, y a
esa baza SHANE BLACK, el nuevo director, ha jugado. Por decisión propia o
imposición de la productora. Y pienso que, el resultado, aunque audaz y con
suficiente mérito, no ha cumplido como debía sus metas. (Ya sabéis: es obra
humana, expuesta pues al fallo...)
El verdadero villano: ALDRICH KILLIAN (GUY PIERCE). Ejemplo de cómo una inteligencia superdesarrollada puede esclavizarnos moviendo unos pocos y sutiles hilos mediáticos |
Algo a lo que nos habían acostumbrado tanto
Downing, Jr., como el director anterior, JON FAVREAU (alias HAPPY HOGAN), era a
un ingenioso Stark de rápida réplica llena de agudeza y mordacidad, acompañada
de determinada mímica quasihiperactiva. Black ha aletargado a Stark.
A ratos, chisporrotea esa vieja energía
en la actuación de Downing, Jr. (Imagino, por otra parte, que debe serle
agotador mantener en ON tanto frenesí. Pero teniendo presente que en SHERLOCK HOLMES perdura, quizás sea
parte de su propio ser que logra expresarse así.) Como lo de SIR LAURENCE
TONTAINA, cuando “presenta” a EL MANDARIN (o SIR BEN KINGSLEY) a DON CHEADLE (también
IRON PATRIOT —ahí lo llevas—). Pero
son remansos aislados de lo que antes era flujo constante, ejemplos que
pretenden tranquilizarnos, decirnos que sí, éste sigue siendo Tony.
Sólo que… lo hemos hecho madurar, puede
alegar Black en su defensa. Tony pasó por una traumática experiencia (en THE AVENGERS) y sufre como síndrome
postcombate. Como RAMBO. Arrojar el núcleo a través del portal abierto sobre su
rascacielos neoyorkino ha dejado (inesperada y) tenebrosa secuela.
Le ha vuelto hiperdependiente de su
armadura. La vivencia ha transformado el vistoso arsenal volador en fetiche
indispensable para Tony. Una potente muleta psicológica donde apoyarse para
afrontar el día-a-día y tratar de dormir esa noche. Trabaja en modelos de la
armadura nuevos-y-mejores incesantemente, pero luego, aquello que lo hace más
fuerte, lo teledirige desde un lejano y oportuno santuario. Interesante, ¿eh?
La DRA. MAYA HANSEN (REBECCA HALL) ha dado con algo, el extremis, capaz de hacer nuestra vida mejor. Pero no halla financiación, y eso la empuja a senderos aviesos... |
Iron
Man 3 se rinde
“definitivamente” a la saga EXTREMIS
escrita por WARREN ELLIS e ilustrada por ADI GRANOV. Las entregas anteriores lo
disimuló más. Esta vez, no. Van a hierro: casi todo brota de la miniserie
(nombres, poderes, aspiraciones, fracasos…) para luego mezclarlo con habituales
elementos de la serie Marvel o su
Universo. Esta vez le toca a IMA, lo cual tiene lógica. IMA es un poderoso rival
tecnológico capaz de competir, aun superar, con Stark y su compañía.
Si algo recibe IRON MAN esta vez, son palizas malas y de verdad; esta imagen lo anticipa |
Pero no sale MODOCK (el cabezón siniestro
empotrado en un exoesqueleto), sino GUY PIERCE conjuntando, en su
interpretación del ninguneado DR. ALDRICH KILLIAN, a tres (al menos)
supervillanos de Iron Man: FIREBRAND,
RAGA y EL FUNDIDOR, so pretexto de recrear al tecno-terrorista extremista
MALLEN, el mortal enemigo de Iron Man en Extremis.
Black introduce un giro peculiar en la
mitología visual de Iron Man: el cine
policíaco; a ratos, tenía la impresión de estar viendo una revitalización
HI/TECH de ARMA LETAL. Downing, Jr.
reemplaza a MEL GIBSON como MARTIN RIGGS y exploramos, así, otra ala del
psiquiátrico para traumas personales y postcombate del superhéroe. ¿Prueba? La
acción transcurre durante Navidad (como otra historia firmada por Black: MEMORIA LETAL) y Tony Stark dispara a
los malos en vez de arrearles con su coraza.
Tanta leña recibe que hasta pierde su casa, y deja a la dolida PEPPER POTS (GWYNETH PALTROW) meditar sobre los escombros y despojos. ¿Ha muerto el amor de su vida? |
El Mandarín (¡cómo detesto a ese
supervillano!) de Sir Ben Kingsley espera ser reflejo de los miedos televisivos
de la actualidad. Un hediondo misántropo con indumentaria espartana y voz átona
predica un evangelio de devastación terrorista, preñado de citas o feos
acontecimientos históricos, y Occidente sucumbe. El caos es casi inmarcesible.
De inmediato surgen ‘apóstoles’ (de derechas e izquierdas) solicitando la
rendición a los Gobiernos democráticos.
Pero ella tampoco escapa al caos originado por IMA. No, ni es LINDA HAMILTON ni TERMINATRIX; aunque el extremis inyectado en Pepper la acerca (mucho) a ambas |
El piojoso barbudo del monte tiene toda
la razón y lo respalda nuestra culpabilidad racial/social/lo-que-sea. Que hablemos
de un dictador fanático que exige la destrucción de nuestros más elevados
valores y libertades: no importa. ¡Claudiquemos! La TV e internet, buscando la
máxima audiencia, mas falta de toda integridad, han poblado el mensaje de
rotundidad e inyectado un soberano pánico en nuestra médula. Alcemos la bandera
blanca. ¡Estamos a tiempo!
Black intenta meternos esa reflexión en
la cabeza, y lo logra con cierta eficacia. Aunque Iron Man 3 es lo que es: espectáculo de alta ingeniería visual, no
docudrama social. Pero… ¿también ha empezado a despedirse? La destrucción del
hogar de Stark, la ausencia de SHIELD
(confinada a un comentario), la presunta madurez de Stark… ¿intuimos reebot
tras esta última entrega? ¿Por qué? ¡Lo hacían muy bien!
Iron Man seguirá volando, desde luego. Pero esta secuela deja el desagradable regusto de que estamos ante un inminente reebot. Esperemos que no sea así |
GWYNETH PALTROW, o PEPPER POTTS, convence
como secundaria bibelot y chica
rehén; Killian la amordaza a esos roles pues es el villano visionario que, como
THULSA DOOM, da a Stark un estigma para vivir mejor que su existencia banal
como playboy. Pero que Pepper salve
el día y ejecute al malo, papel históricamente reservado al héroe, ¡no cuela! Y
que no me vengan con zarandajas paritarias feministas.
Tampoco me ha gustado qué rol endosaron a
Favreau. Hospitalizado, por tanto lo han alejado de la dirección, tan brillante
otrora, cosa que semeja cierta vendetta
que Disney cumpliera con él por ignota ofensa.
Sobre ese chaval que ayuda a Tony…
Imagino que otro crítico habrá hecho una mejor y más incisiva apreciación sobre
él. Dejémosle, pues, explayarse.
Vuestro Scriptor.
También en: http://spnkgirl.blogspot.com.es/
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